- Durante conmemoración del 85 aniversario del tránsito a la inmortalidad del General Sandino
Negociar para consolidar la paz y construir una nueva ruta que mejore las condiciones para que el país y para que el pueblo nicaragüense se pueda ir recuperando más rápidamente de los efectos del intento del golpe de Estado de abril pasado, anunció el presidente Daniel Ortega durante el acto en conmemoración del 85 aniversario del tránsito a la inmortalidad del General Augusto C Sandino. “En esta lucha nos inspira el ejemplo de nuestro General Sandino, porque es una lucha por la soberanía, es una lucha por la autodeterminación, es una lucha por el bienestar de las familias nicaragüenses”, sostuvo. (A continuación, su discurso).
Hermanos nicaragüenses, familias de nuestro General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino. Saludamos a la compañera embajadora, nuestra hermana Diana Balladares. Saludamos a los hermanos de las fuerzas políticas, movimientos revolucionarios que en la lucha por la paz y en solidaridad con el pueblo heroico de Bolívar han tenido este encuentro aquí en Managua, en solidaridad con el pueblo y gobierno que encabeza nuestro hermano Nicolás Maduro. Bienvenidos queridos hermanos.
A ellos los acompañan también unos hermanos irlandeses, de Irlanda, un pueblo que… ¡cuánta lucha, cuánta lucha, cuánto sacrificio, cuánto heroísmo, hasta finalmente conquistar la paz! Y para llegar a la paz ellos tuvieron que pasar por un proceso de negociaciones complejas hasta que finalmente triunfó la paz en ese pueblo heroico, en ese pueblo valiente. Todo nuestro amor, todo nuestro cariño del pueblo de Darío, del pueblo de Sandino para el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela que hoy está librando, una vez más, una lucha por la paz. Eso lo ha expresado con toda claridad nuestro hermano, el presidente constitucional Nicolás Maduro, lo ha dicho con toda claridad: lucha por la paz, lucha por la soberanía, lucha por la Independencia.
La lucha por la paz es un compromiso que tiene sus bases en lo que es el espíritu y la convicción de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños, que es su compromiso con la paz. Y así lo dejamos plasmado todos los países, todos los pueblos, todos los gobiernos latinoamericanos y caribeños en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Allí están en sus principios, en sus fundamentos.
Toda la región latinoamericana y caribeña es una zona de paz. Así lo dijimos, así lo comprometimos, así lo juramos, y así lo ratificamos hoy en el 85 aniversario de nuestro General de Hombres Libres.
Y la paz habrá que defenderla, y la paz finalmente triunfará, más allá de las amenazas, porque estoy convencido y así lo han expresado todos los gobernantes latinoamericanos y caribeños, en eso han sido unánimes, más allá de las diferencias, en que no admiten, no avalan una intervención, una agresión militar contra la República Bolivariana de Venezuela.
Igualmente lo han dicho los países de la Comunidad Europea. Más allá de las diferencias, más allá de sus posiciones políticas, lo han dicho con toda claridad.
Las diferencias no significan que estén a favor de la intervención, de la guerra, sino que hay una coincidencia: tiene que buscarse, tiene que trabajarse, tienen que desarrollarse, en todo caso, iniciativas dentro del marco constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, e iniciativas pacíficas para encontrar una solución por la vía pacífica.
Así ha quedado consignado, y todos esperamos, todos deseamos que se pueda trascender a la amenaza, que se pueda trascender a lo que son los intentos de querer convertir a la región en una región de conflicto bélico, y que al final va a prevalecer la paz.
Abrir una nueva ruta de seguridad
Para nuestro pueblo, para las familias nicaragüenses nuestro reconocimiento por la forma en que han venido enfrentando los desafíos, los retos que nos dejó el intento de golpe. No solamente la pérdida irreparable de vidas humanas, sino que también el daño a la infraestructura de centros hospitalarios, de escuelas, de viviendas… ¡cuánto daño!; el daño a la economía, el daño al empleo.
Con esa acción criminal lanzaron al desempleo a muchos hermanos nicaragüenses; afectaron los cimientos de nuestra economía que tenía un crecimiento sostenible de manera ininterrumpida, crecimiento que andaba entre 4.5% y 5%. Cómo veníamos atacando la extrema pobreza, reduciéndola, y reduciendo la pobreza, desarrollando los programas de salud, educación, todo en beneficio de los pobres que son la mayoría de nuestro país, todo en beneficio de los trabajadores, del pueblo trabajador, todo en beneficio de los campesinos, en beneficio de la juventud, en beneficio de las mujeres.
Cuántos programas que venían caminando, que se venían multiplicando, y la tenacidad del pueblo nicaragüense ganándose el respeto de la comunidad internacional, y la comunidad internacional aportando recursos, proyectos, programas, en beneficio de las familias nicaragüenses, en beneficio de las comunidades, de las comarcas, de los municipios. Y cuánto agradecemos esa cooperación, esa solidaridad incondicional que han brindado y siguen brindando pueblos hermanos al pueblo nicaragüense.
El Golpe fue tan fuerte en el terreno económico que nos ha llevado a tener que discutir, debatir en la Asamblea Nacional, y abriendo la discusión a los diferentes sectores económicos y sociales, desde los más pequeños hasta los más grandes, para que aporten con sus ideas, con sus propuestas a la Reforma Tributaria.
Una Reforma Tributaria que lleva como objetivo buscar cómo recaudar, en una situación extraordinaria, los recursos básicos para sostener los programas de salud, para que no se cierren los hospitales, para sostener las escuelas, los programas de educación, y que no se cierren las escuelas; para garantizar los servicios básicos de la población; para inyectarle, a través de diferentes programas, mayor fortaleza a lo que es el espíritu emprendedor del nicaragüense.
Porque los hermanos que quedaron desempleados no se quedaron ahí sentados a la orilla de la acera, sino que inmediatamente ahí nació un emprendedor. Porque todos tenemos el potencial de emprender las más diversas tareas, las más diversas actividades, y se han multiplicado estas iniciativas que dan lugar a que desde abajo se estén fortaleciendo actividades productivas.
Mientras, los sectores medios y los sectores altos que fueron afectados buscan también la forma de fortalecerse y que, uniendo fuerzas todos los nicaragüenses, podamos retomar el camino que veníamos caminando a buen paso, que podamos retomarlo, que podamos abrir de nuevo esta ruta de seguridad, de bienestar, para las familias nicaragüenses.
Consolidar el mundo multipolar
Esa es la batalla de hoy, y eso lo sabemos todos. Esa es la lucha de hoy, y en esta lucha estamos comprometidos todos, y en esta lucha nos inspira, claro que nos inspira el ejemplo de nuestro General Sandino, porque es una lucha por la soberanía, es una lucha por la autodeterminación, es una lucha por el bienestar de las familias nicaragüenses.
Porque bien sabemos que el pensamiento y el Programa de Lucha de nuestro General Sandino no solamente se planteaba la defensa del territorio y la soberanía nacional frente a la invasión extranjera hasta expulsarla, sino que también incorporaba los programas de orden social, y hacía un énfasis muy grande en los programas en beneficio de los campesinos, de los artesanos, de lo que era una población económicamente activa en esos años, en esa época.
Y como buen hijo de Bolívar reivindicaba también el Supremo Sueño de Bolívar, qué bien lo expresó, qué bien lo presentó en su documento escrito allá en La Segovia, donde presentaba el plan para hacer realidad el Supremo Sueño de Bolívar. Es decir, la unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Así lo recogió, así lo levantó nuestro General Sandino.
Sabemos que estamos inmersos en una lucha donde se mueven siempre los intereses expansionistas, se mueven siempre los intereses para los cuales no existen fronteras, y piensan que las fronteras tienen que estar siendo constantemente delimitadas por la fuerza del poderío militar. Todavía, a pesar que el mundo ha avanzado en lo que es la pluralidad en el orden económico, en el orden comercial y en el orden militar, también están los que se resisten a entender que el mundo desde hace un buen rato dejó de ser unipolar, que no puede ser el planeta Tierra dominado y sometido a imperio alguno.
Esos tiempos ya quedaron atrás y ya se configuraron otras fuerzas económicas, ya se configuraron otras fuerzas políticas, ya se configuraron otras fuerzas culturales, ya se potenciaron, y ya estamos frente a lo que es el surgimiento, viene surgiendo, se viene desarrollando y se va a consolidar el mundo multipolar.
Antes era una potencia; después de lo que fue la desaparición de la Unión Soviética quedó una sola potencia, la potencia norteamericana, y se podría haber pensado en su momento: bueno, ahora el mundo se volvió totalmente unipolar, todo el mundo pasa a estar sometido al poderío de la potencia norteamericana.
Pero es que más allá de la existencia de esos 2 bloques, que era la Unión Soviética y los Estados Unidos, ya se venían configurando, se venían desarrollando otras fuerzas económicas, otras fuerzas sociales, otros países, otras naciones, y es lo que tenemos ahora en nuestro planeta, y es lo que tiene que consolidarse y es lo que vendrá finalmente a asegurar y a afirmar la paz en nuestro planeta.
La región puede ser una potencia
En esta región tenemos la posibilidad de desarrollar y fortalecer una potencia sin armas atómicas. Porque por principio y por compromiso los latinoamericanos y caribeños tenemos en el Tratado de Tlatelolco el compromiso desde entonces: ¡No hay armas atómicas! Nuestras armas tienen que ver con las enormes riquezas que tienen nuestras naciones en América Latina y el Caribe; la primera riqueza: los pueblos. Los pueblos con identidad, pueblos trabajadores, pueblos creativos, con mucha creatividad, pueblos emprendedores, pueblos luchadores, y luego los recursos naturales de toda la región.
Por eso Rubén lo decía, y luego Sandino: “Unida América Latina y el Caribe”. No para hacerle la guerra a nadie. No para convertirnos en una potencia para a ir a disputar territorios y dominio a otras zonas, sino para erradicar la pobreza de toda nuestra región y desarrollar el bienestar; desarrollar la salud, desarrollar la educación, desarrollar la cultura, la tecnología.
Todo lo que hoy está en manos del mundo desarrollado, desarrollarlo acá en nuestra región latinoamericana y caribeña, y ahí unidos todos, claro que nos convertimos en una gran potencia.
Una potencia para la paz, una potencia para hermanarnos con otros pueblos, con otras naciones, para poner en práctica también el principio de la solidaridad, que es un principio que está en la naturaleza humana.
Mientras tanto, aquí seguimos nosotros luchando para defender la paz y alejar las amenazas que siempre existen en el mundo, de provocar hechos de violencia, o terrorismo, o hechos de violencia como los que vemos todos los días en otras naciones.
En los mismos Estados Unidos de Norteamérica, ¡cuántos hechos de violencia!, ¡cuántos muertos! Y no nos alegra, nos duele porque también somos hermanos del pueblo norteamericano. Nosotros no somos enemigos del pueblo norteamericano, somos hermanos del pueblo norteamericano.
Nuestro General Sandino no era enemigo del pueblo norteamericano, así lo dijo y lo escribió, dejó constancia: ¡hermano del pueblo norteamericano!
Lo que sí es, que no aceptamos que el más poderoso se sienta con el derecho de atropellar al que ve más débil en términos económicos y en términos militares. Eso no es democrático, eso no es justo, eso no es cristiano. Eso va contra los principios que contiene la Carta de Naciones Unidas que hemos firmado todos en el planeta, desde los países más poderosos hasta los países más pequeños.
Queda consignado ahí: tenemos iguales deberes y tenemos iguales derechos; por lo tanto, tenemos que respetarnos.
La paz, como la economía, como la salud, como la agricultura, como todo, la vida misma hay que estarla cuidando todos los días, hay que estarla defendiendo todos los días.
Ya sabemos de esa otra peste que cruza por nuestra región -general Avilés, general Díaz-, el narcotráfico y el crimen organizado, donde los grandes consumidores están en el norte, desgraciadamente, tristemente, no deberían de estar ni en el norte ni en el sur porque la droga es veneno, en todas sus formas, todas son agresivas y terminan aniquilando al que cae en la drogadicción.
Narcotráfico y crimen organizado amenaza soberanías
Ya sabemos que el gran mercado está en el norte y la gran producción está en el sur; una producción que nunca fue pensada por nuestros antepasados, ni por los campesinos cocaleros de Colombia, de Bolivia, de esos países. Nunca fue pensada en convertirla en droga.
Una hoja que es energizante para los campesinos, para los indígenas, energizante como puede ser el café, todavía ahí la mascan nuestros hermanos. Pero luego, con la tecnología, para la maldad, con la ciencia, para la maldad, entonces ahí salió el veneno y empezó el mercado, y los que producían y procesaban la droga allá en el sur porque, bueno, el caminito estaba hecho, Centroamérica- México para llegar al gran mercado, a los Estados Unidos.
Eso ha significado una lucha que amenaza la soberanía de nuestros pueblos, porque el narcotráfico y el crimen organizado aspiran a apoderarse de las instituciones, de los Estados que se encuentran a lo largo de este camino, incluyendo apoderarse de las instituciones allá en el gran mercado de los consumidores. Porque para que esa droga pueda penetrar allá, tiene que haber complicidad; para que pueda luego circular en los barrios de las ciudades norteamericanas, tiene que haber complicidad; para que puedan lavar miles de millones de dólares en los grandes bancos norteamericanos, tiene que haber complicidad.
No sé si fue el año pasado, o hace 2 o 3 años, hubo una noticia, porque eso sucede con frecuencia, un banco norteamericano que había lavado no sé cuántos miles de dólares, ¡sancionado! ¿Cómo? Lo multan, lo multaron, aplican la multa ahí.
Es decir, es una actividad que va penetrando y que en nuestro caso aquí en la región centroamericana, bueno, vinculado a las pandillas, vinculado a las maras; entonces se crea una situación de inseguridad, de inestabilidad para las familias de la región, y no pueden desplazarse tranquilamente, no pueden vender sus productos tranquilamente porque ahí les están poniendo impuesto.
Y si no lo pagan, los matan. Y le ponen el impuesto al transportista y si el transportista no lo paga le ametrallan los vehículos, y matan a todos los pasajeros que van en el bus.
Eso está aconteciendo con frecuencia en nuestra región, en toda Mesoamérica, lo sabemos queridos hermanos, toda Mesoamérica sacudida por esa violencia terrible, terrible, que siembra temor en las familias y que luego también provoca éxodos de familias que, buscando seguridad, emigran hacia los mismos Estados Unidos con la ilusión de que en los Estados Unidos van a encontrar seguridad, van a encontrar trabajo.
Y aquí nosotros dando la batalla, sí, con el presupuesto más bajo de toda la región centroamericana. Nicaragua tiene el presupuesto más pequeño, Nicaragua tiene el Producto Interno Bruto más pequeño de toda la región centroamericana; nuestros soldados del Ejército, nuestra Policía, tienen el salario más bajo de toda la región centroamericana; tienen el presupuesto más bajo las instituciones, el Ejército y la Policía, de toda la región centroamericana.
Con mística se libran las batallas
Y con esos recursos limitados aquí se ha venido dando la batalla, y se ha venido ganando esa batalla que hay que defenderla todos los días. Hay que defender la paz y la estabilidad todos los días, hay que defender la seguridad todos los días; y se ha venido dando esa batalla para darles seguridad a las familias nicaragüenses. Para darle seguridad, estabilidad y paz al país se ha venido librando esa batalla.
¿Y qué es lo que inspira a los mandos del Ejército, a los soldados de nuestro Ejército, a los mandos de la Policía, a los soldados de la Policía? ¿Qué es lo que los inspira? Los inspira el pensamiento de nuestro General Sandino. Los inspira lo que es la lucha heroica, vibrante, valiente de nuestros antepasados y que Sandino supo unir en un Pensamiento, en un Programa.
Y esa lucha tiene un elemento que es fundamental: la mística, la mística. No es casual por eso que el Ejército, la Policía, con esa mística saben librar la batalla contra el narcotráfico y el crimen organizado. Y saben que, para lograr efectividad en la batalla, no bastan los compañeros que están en la nómina de la Policía, ni bastan los compañeros que están en la nómina del Ejército; ellos saben bien que para que esta lucha por la seguridad, por la estabilidad de las familias sea efectiva, el Ejército y la Policía tienen que vincularse, encarnarse con la comunidad, con el barrio, con la gente del campo.
Ahí está la gran fortaleza, una unidad de las instituciones con el pueblo, lo que explica la efectividad que tienen nuestras instituciones para haber logrado construir un muro de contención frente al narcotráfico y el crimen organizado. Y coordinando también desde aquí, lógicamente, con los hermanos de Honduras, de El Salvador, de Guatemala, de México; más allá coordinar la lucha, y aquí el muro de contención y las familias trabajando en esta lucha. Ahí está la explicación.
Y reconociendo la labor, el esfuerzo de las familias nicaragüenses que en esta etapa difícil han venido instalando pequeños negocios, medianos negocios, de todo tipo, para sostenerse ellos y sus familias, y para brindarle servicio también a la población, entendiendo que es importante crear mejores condiciones para que el país pueda ir recuperándose.
El sábado recién pasado, el sábado 16, invitamos a una reunión para hablar del tema de la estabilidad, de la seguridad, de la paz, del tema económico y lógicamente también ahí salen los temas políticos. Y en esta reunión estuvimos intercambiando con dirigentes de los empresarios, líderes de los empresarios nicaragüenses que desde el año 2008 hasta abril del 2018 venían trabajando sin condicionamiento político.
O sea, no era una alianza política, ellos con su pensamiento político; sin condicionamiento ideológico, ellos con su pensamiento ideológico. Ni se nos ocurría a nosotros decirles a ellos que se convirtiesen en afiliados o militantes sandinista, ¡no se nos ocurría!, porque conocemos bien el pensamiento político de ellos. En todas las elecciones que tuvimos, desde la del 90 hasta la del 2016, en todas esas elecciones ellos siempre votaban por, o simpatizaban o apoyaban a partidos de oposición al sandinismo.
Pero sí entendían que era imprescindible, dada las condiciones de subdesarrollo –porque tenemos que hablarlo así- de la economía nicaragüense, había que hacer acuerdos, alianzas de orden económico para combatir la pobreza, generar empleo, desarrollar programas de salud, etc., todo lo que necesite el Estado para poder responderle al pueblo en sus demandas básicas. Y veníamos caminando a buen paso.
Se instalará mesa de negociación
Pero, por otro lado, estaban los grupos extremistas que condenaban y cuestionaban ese entendimiento y esa alianza, acusando a los empresarios de ser ya como que eran militantes del sandinismo, como que ya política e ideológicamente se habían convertido en sandinistas y, como siempre, yendo a denunciarlos allá a los Estados Unidos, cuando se estaban viendo los resultados de un país que venía avanzando, venía creciendo, venía derrotando a la pobreza.
Pero en abril ese entendimiento se rompió, se destruyó con las pérdidas de vidas que provocaron los que intentaron el golpe; Y bueno, para reunirnos con ellos y que no fuesen después a decir allá afuera que habían llegado ya a buscar su carnet de militantes sandinistas, entonces se hacía necesario para ellos la presencia del cardenal Brenes y del Nuncio Sommertag.
Entonces, llegaron ellos, llegó el Cardenal, llegó el Nuncio que fueron testigos de lo que hemos hablado y de lo que hablamos ahí. ¿Y qué debemos hacer para asegurar la paz, la estabilidad, la seguridad? y que podamos abrir una nueva ruta, porque ya no podemos hablar de que vamos a retomar la situación anterior, ¡ya no, eso ya pasó! Esa es una etapa que se quemó, la quemaron con todo lo que fue ese terror en los meses a partir de abril.
Sino abrir una nueva ruta, y para abrir una nueva ruta entonces una de las conveniencias, conversando, intercambiando, de entablar, bueno, abrir un encuentro, instalar una mesa en ese encuentro, una mesa para negociar, negociar para consolidar la paz en nuestro país, negociar para construir esa nueva ruta, ese nuevo camino que mejore las condiciones para que el país y, por lo tanto, el pueblo nicaragüense se pueda ir recuperando más rápidamente de los efectos del intento de golpe de abril.
Así dimos a conocer lo del encuentro y que el objetivo era ese, y acordamos ahí empezar a intercambiar para que ellos trabajaran también su propuesta, y con quiénes se podía instalar esa mesa de parte de ellos. Porque, bueno, eso tienen que decidirlo ellos, nosotros no podemos decir a quiénes ponen ellos de su lado a una negociación con los representantes del Gobierno. Ese es un principio en toda negociación.
Se ha estado en este proceso y yo diría que estamos haciendo esfuerzos para que se pueda instalar esta mesa para la negociación, que ya el próximo miércoles 27 se pueda instalar la mesa, ya no con la multitud, no, ya no con esa multitud, tampoco con medios de comunicación. Es que eso no es correcto en ninguna negociación.
Nosotros ahí realmente con esa negociación, ahora unos se ríen en medio de una tragedia, porque es una tragedia verdaderamente; pero en esa negociación nosotros pusimos un Guinness Record, porque es la única negociación que ha habido, que ha existido, multitudinaria y transmitida en vivo y a todo color… ¡Nunca, nunca! Entonces no podía salir nada bueno de esa negociación.
EE.UU. debería promover política de negociación
Todas las negociaciones exitosas han pasado por procesos incluso totalmente privados que han durado semanas, meses, a veces años, y donde luego los que negocian son 2 o 3 de cada parte. O sea, ese es el procedimiento, y grandes luchas, grandes batallas, como la del heroico pueblo de Vietnam, finalmente llegó a unas negociaciones donde igualmente aquello fue paso a paso, discutiendo entre ambas partes cómo se hacía, dónde se hacía, detalles, y luego van saliendo los acuerdos.
Las negociaciones que han desarrollado los Estados Unidos, por ejemplo, con la República Popular Democrática de Corea, algo que parecía imposible, porque Estados Unidos sólo le ofrecía “cuetazos” y Corea ofrecía “cuetazos” también, y así estaban. Entonces parecía que venía ya el fin del mundo, la Tercera Guerra Mundial ya con armas atómicas.
De repente un delegado de los Estados Unidos conversa, sale una declaración, después declaraciones del Presidente de los Estados Unidos, y luego las iniciativas que toma el gobierno del Presidente de Corea.
Primero toma la iniciativa de invitar para los Juegos allá en Corea a una delegación de Corea del Norte, y llegó la delegación encabezada creo por una hermana del presidente Kim Jong-un. Fíjense lo que es la diplomacia ahí.
Luego, las reuniones que ha tenido el Presidente de Corea, han tenido varias reuniones con el Presidente de Corea del Norte, avanzando en acuerdos; y el Presidente de los Estados Unidos reuniéndose con el presidente Kim Jong-un… ¿Quién se iba a imaginar? Quien escuchaba al Presidente de los Estados Unidos hablar del presidente Kim Jong-un antes de todos esos intercambios, parecía imposible que pudiesen platicar siquiera. Bueno, tuvieron una reunión, ahora van a tener una segunda reunión los dos presidentes allí en Vietnam.
¡Ese es el ejemplo que hay que seguir! Eso debería de promover el Gobierno de los Estados Unidos aquí en América Latina, con aquellas naciones con las cuales ellos no tienen buenas relaciones. Ellos deberían de promover ese tipo de políticas, de la comunicación, de la negociación, para la paz, en este caso para la paz en la región latinoamericana y caribeña, así como lo está haciendo con Corea.
Y si Estados Unidos lo puede hacer con Corea, ¿por qué no lo va a poder hacer con América Latina? ¿O es que es necesario tener armas atómicas para que te puedan atender de esa manera? Entonces estaríamos alimentando el armamentismo y estaríamos alimentando la carrera armamentista atómica; porque cualquier país va a decir: bueno, para que me respeten necesito tener armas atómicas, y cuantas más armas atómicas tengamos en el mundo, en cualquier momento, por cualquier error incluso, vuela un armamento atómico, artillería atómica de cualquier país donde haya arsenales atómicos, ¡y vuela el mundo, volamos todos!
Así estamos, sobre un arsenal atómico, con un potencial en armamento atómico para volar 10 veces la población que tiene el planeta Tierra, o 100 veces. Pero bueno, el camino es ese para la paz: la negociación. Y aquí, con la mayor seriedad, la mayor responsabilidad, nosotros asumimos el compromiso ante nuestro pueblo que ese encuentro y esa negociación que esperamos se inicie el día miércoles, vaya cargada de buena voluntad, de compromiso, ¿para qué?, para que le demos a nuestro pueblo lo que nuestro pueblo merece, que es la paz con justicia y con dignidad. Gracias.