Líbranos del obispo Báez y de todo mal…Amén

Líbranos del obispo Báez y de todo mal…Amén
  • Respaldados por medio millón de firmas y alcanzarán un millón
  • Obispo Báez es un soberbio, líder de los tranques y del golpe de Estado fracasado
  • Jerarquía católica debe de pedir perdón al pueblo

David Gutiérrez López

Están indignados, lacerados, mortificados. Así se sienten miles de cristianos católicos nicaragüenses, que han reaccionado ante un audio que evidencia al obispo Silvio José Báez Ortega al calificar de “idea extraordinaria” los tranques de la muerte y el deseo de llevar a un magnicidio al presidente comandante Daniel Ortega Saavedra, durante el fallido golpe de Estado de abril a julio del 2018.

Los católicos expresan su malestar y dolor a través de medio millón de firmas suscritas con nombres, cédulas pidiendo y rogando ser liberados del mal ejemplo del pastor promotor e instigador de la violencia, de muerte, tortura y crímenes, contrario a promover el amor, la paz y la reconciliación como lo mandó el maestro Jesús de Nazaret, a todos los hombres de buena voluntad.

Todo inició cuando la comunidad San Pablo Apóstol, de las Comunidades Eclesiales de Base, (CEB) de la colonia 14 de septiembre de Managua, presentaran el audio el 23 de octubre, donde se escucha la voz del obispo auxiliar capitalino donde expresa la urgencia de retomar los tranques contra el gobierno y el pueblo de Nicaragua para presionar al Ejecutivo a pedirle a los jerarcas de la Conferencia Episcopal reanudar el diálogo que fracasó en junio.

José Tomás Valdez Rodríguez, conocido como el “profe” nos recibió en la intimidad de su modesto hogar en el barrio Américas tres, rodeado de libros, diplomas y viejas fotografías con la amabilidad y soltura que le caracteriza. Es un administrador de empresas graduado en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) Managua. Tomás ha cobrado notoriedad desde que encabezó la denuncia contra el obispo Silvio Báez Ortega, como miembro de las CEB.

El soberbio con aires de superioridad

Tomás, uno de los católicos que llevaron la carta petitoria al nuncio apostólico, representante de la Santa Sede en Managua, externa que el Obispo Báez es un “soberbio” con sentimientos de superioridad ante sus semejantes con un trato distante y despreciativo, que provocó la indignación de los cristianos católicos cuando escucharon sus confesiones y posiciones violentas que distan mucho de las enseñanzas de Jesús.

Obispo Silvio Báez, señalado de instigar la violencia y los tranques de la muerte.

“¿Cómo es posibles que diga el obispo Silvio Báez que los tranques fueron una idea extraordinaria, lugares donde sirvieron para torturar, asesinar, vejar y violar a mujeres, como en el colegio de monjas San José de Jinotepe?, se pregunta con severidad Tomás, quien afirma que nunca ha tenido un encuentro personal con el jerarca. “No lo conozco personalmente”.

Respecto al diálogo donde la Iglesia Católica sirvió de testigo entre el gobierno y grupos opositores incluyendo estudiantes, empresarios aglutinados en la cúpula del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) disidentes del Frente Sandinista, movimientos de feministas abortistas, todos apoyados y financiados por algunos medios de comunicación y Organismos No Gubernamentales, el mismo falló “porque nació muerto”, afirma Tomás.

Nació muerto porque los dirigentes se peleaban entre ellos para salir en las cámaras de televisión gritando y amenazando al gobierno exigiendo la renuncia inmediata del ejecutivo, a la vez que instalaban tranques de la muerte, atacando y asesinado a sandinista o personas que laboraban para instituciones gubernamentales y municipales.

Todavía se guarda en las mentes y en las redes sociales electrónicas la muerte y quema del cuerpo de Francisco Arauz Pineda, hijo de la luchadora sandinista Amada Pineda. Su cuerpo fue quemado en una calle de Villa Libertad y sus criminales asesinos (ahora presos y confesos) danzaban en torno a su cuerpo en una danza macabra. Esos crimines los promovió y alentó desde varios pulpitos el obispo Báez.

No es ataque a la Iglesia

Las comunidades eclesiales de base tienen 52 años de existir y tienen una historia rica de compromiso de luchar por la reivindicación de los más pobres como manda el Vaticano de que había que trabajar por la justicia, “nosotros no atacamos a Iglesia porque somos miembros de la misma Iglesia”, indica Tomás.

Desde el intento de golpe de Estado fracasado y la abierta participación de jerarcas, junto con algunos sacerdotes agitando e incitando a la violencia y muerte desde los pulpitos, un gran porcentaje de la población de católicos se ha retirado de los templos, reclamando que ellos llegan a escuchar la voz de Dios y no la de violencia.

En una parroquia de la comunidad de Chagüitillo, en Sébaco, el párroco durante el oficio religioso pidió a los presentes levantaran la mano los que eran sandinistas, a los que lo hicieron les exigió abandonar el templo, relata Tomás.

Revela Valdez que la información de los audios les llegó del centro Gaspar Laviana y “al escucharla nos indignamos con Silvio Báez que es la cabeza y dirigente de esa violencia, entonces decidimos hacer una petición pública que la enviamos por medio de los medios electrónicos al Vaticano y al Prior de los Carmelitas Descalzos, la mandamos al CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) que es la congregación de los obispos para América Latina, donde se confirmó que es la voz y la palabra del obispo.

Entregada al representante del papa Francisco

A pocos días de la denuncia pública contra Báez, los dirigentes de la CEB San Pablo Apóstol, entregaron la carta formalmente al nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, quién los atendió cordial y diplomáticamente en un encuentro que duró cuarenta minutos.

La carta de las CEB fue acompañada y respaldada inicialmente por 284 mil firmas, las que posteriormente se completaron cerca de medio millón. El representante del papa Francisco en Managua se mostró sorprendido por la cantidad de firmas de cristianos católicos apoyando el retiro del obispo Báez, recogidas en tan poco tiempo.

“Pedimos que Báez salga a cumplir otras misiones y que seamos capaces los nicaragüenses de entendernos, sin que un obispo aliente y promueva sanciones económicas de las potencias contra Nicaragua, división política y conflictos sociales, así como odio y resentimientos improcedentes e incorrectos para la mayoría de nicaragüenses”, expresa el texto de la carta.

Obispos deben adherirse a cultura de reconciliación y paz

 A criterio de Tomás Valdez algunos Organismos No Gubernamentales (ONG) que son financiados desde el exterior son los responsables de llevar a la situación que hoy se encuentra el país y para superarla y lograr estabilidad y tranquilidad, les ofrecen a los obispos la oportunidad de adherirse a la política de cultura y paz promovida por el Gobierno y dejen de oír esas voces de odio, “entonces seguiremos llegando a los templos y alabando a Dios”

Esperamos que el papa Francisco se entere que aquí no estamos atacando a la Iglesia Católica porque somos miembros católicos cristianos que nos sentimos lastimados por esas actividades que han generado violencia, muertes y daños a la propiedad pública y privada.

¿Cómo es posibles que un sacerdote de la parroquia San Juan Bautista (de Masaya) Harvin Padilla, quien públicamente ordena a R-21 a través de una comunicación a tirar el cadáver del oficial de policía Gabriel Vado Ruiz, a un excusado para ocultar las evidencias?, se pregunta Tomás.

Esa evidencia de complicidad con los terroristas está grabada y la jerarquía no se pronunció al respecto, convirtiéndose también en cómplices de ese crimen atroz. El policía fue torturado, asesinado y quemado en la carretera donde se levantó un tranque cercano a Las Sabogales.

Los cristianos católicos nicaragüenses han demando al Vaticano y a los superiores de los Carmelitas Descalzos (orden a la que pertenece Báez) retirarlo para liberarlos del obispo y de todo mal que abiertamente y por su propia boca ha confesado haber promovido los tranques de la muerte e instigar a jóvenes a la violencia arrastrándolos al dolor y muerte.

Deben pedir perdón

El policía Gabriel Vado Ruíz, torturado, asesinado y quemado en uno de los tranques, idea del obispo Báez.

Durante tres días del 12 al 14 de noviembre los jerarcas católicos nicaragüenses sostuvieron una encerrona en  la que analizaron con profundidad su involucramiento y abierta participación en los actos violentos que pretendían dar un golpe de Estado al gobierno del presidente Daniel Ortega, (algunos más que otros como Silvio Báez, Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y Abelardo Mata, obispo de Estelí), en la misma reunión se lamentaron del masivo retiro de católicos de los templos y sin mucha pompa el 14 de noviembre del corriente emitieron un documento que terminó con las grandes expectativas de sectores de la derecha.

El cardenal Leopoldo Brenes, leyó un comunicado que en su parte medular expresa que se disponen a retornar a sus iglesias para seguir acompañando al pueblo. Externan también su agradecimiento por las oraciones y reiteran querer estar cerca de los feligreses que se les han ausentado.

En opinión de Tomás Valdez, esas declaraciones no son más que un juego de palabra dirigido a los tranquistas, pero en ningún momento han pedido perdón al pueblo cristiano católico por su involucramiento en la ola de terror y por haber contribuido desde los pulpitos a arengar e instigar a la violencia que terminó en una orgía de sangre y muerte.

Por esas acciones los católicos están indignados, lastimados y piden a Dios y al papa Francisco los libere de todo mal y de los malos guías espirituales.

El personaje

José Tomás Valdez Rodríguez nació en Managua, el 24 de mayo de 1950. Contrajo nupcias con Juanita Quintana Williams, mujer extraordinaria que lo ha acompañado en su matrimonio durante 48 años.

Es padre de dos hijos, Erick Alberto y Raquel, el primero de 42 y la segunda de 39 años. Durante el terremoto del 23 de diciembre de 1972 perdió a un hijo. Es abuelo de dos nietos y bisabuelo de uno.

Recibió el sacramento del bautismo y su primera comunión fue celebrada cuando cumplió seis años. Fue monaguillo durante muchos años de la parroquia El Redentor, ubicada cerca del actual Ministerio de Gobernación.

En la Managua antes del terremoto de 1972 vivió entre el infierno y la gloria. El infierno era una pulpería y la Gloria una cantina, muy cerca donde existió el Instituto Ramírez Goyena.

 Tomás es uno de los dirigentes de las Comunidad Eclesiales de Base (CEB) San Pablo apóstol, de la Colonia 14 de septiembre, con 52 años de funcionamiento, puesto que se formaron en 1966, pero nunca han recibido reconocimiento de la jerarquía católica criolla, no obstante, cuenta con el apoyo y solidaridad de muchos sacerdotes católicos que no comparten la actitud de los jerarcas.

Es licenciado graduado en Administración de Empresas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAM). Profesor titular de la Universidad Centroamericana (UCA), durante 19 años, también fue docente en la UNAN y UAM.

Gerenció diversas empresas. El último de su trabajo fue en Aduanas, donde dirigió la Ventanilla Única de Servicios a Zonas Francas. También dirigió la empresa encuestadora e investigadora Siglo XXI. Es sobreviviente de cáncer, el que logró vencer con fe en Dios y con la ayuda del comandante Daniel Ortega, la compañera Rosario y las autoridades del INSS que lo enviaron al exterior a un tratamiento de radioterapia.

Durante años el “profe” ha sido formador y capacitador de cuadros políticos del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

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