Por Jonathan Flores Martínez*
En el imaginario colectivo de Occidente, África se ha representado como un remoto territorio repleto de fauna silvestre exótica bien conocido por los famosos documentales de National Geographic, dejando al margen la historia sociopolítica del segundo continente más extenso del mundo. ¿Pero a qué se debe la invisibilización de África no solo dentro de la agenda pública de las grandes potencias, sino también del propio sistema de las Naciones Unidas? Esta interrogante es la que intentaremos responder en este artículo.
En la actualidad el continente africano cuenta con más de 30 millones de kilómetros de extensión de tierra firme, y políticamente está dividido en 55 países, cuenta con una poblacion total de 1,400 millones de habitantes que representa el 17.5 % de la población global. Un continente con una riqueza no solo natural, sino cultural e histórica por ser el lugar donde se desarrollaron las grandes civilizaciones antiguas que han dejado su legado a lo largo del tiempo. Sin embargo, la historia moderna de este continente se puede considerar trágica debido al sufrimiento sistemático al que han sido sometidos poblaciones enteras desde el inicio del colonialismo europeo desde el siglo XV.
El pasado colonial de África entre el saqueo y el exterminio
El sometimiento de África a los procesos coloniales de las potencias europeas se da en un contexto de expansión imperial. Tras la incursión colonial de los portugueses se da lugar a uno de los procesos más violentos que trastocó la historia y la geografía humana a nivel mundial, nos referimos al comercio exterior de esclavos y la explotación de la mano obra africana dentro del propio continente. El esclavismo como una institución colonial se convirtió en uno de los negocios más lucrativos.
El tráfico de esclavos dio lugar a nuevas rutas comerciales hacia otros continentes, de aquí nace lo que se conoce como el “triángulo del oro”, que significa la extracción de esclavos de África para llevarlos al continente americano, para luego dedicarlos al trabajo de extracción y producción de materias primas que eran enviadas posteriormente a Europa, que estaba en el apogeo de la industrialización.
El comercio de esclavos es una de las aristas del proceso colonial del continente, también hay que añadirle la extracción descomunal de materias primas. Desde el punto de vista histórico se puede decir que, el reparto colonial de África ha sido uno los proceso coloniales más nefastos y violentos, tomando en cuenta que las potencias europeas se repartieron vastas regiones como si se tratara de territorios desprovistos de cualquier indicio de culturas o poblaciones arraigadas.
El punto álgido del reparto de los territorios africanos por parte de las potencias coloniales se da en 1884 y 1885 con la conocida Conferencia de Berlín, que fueron dos reuniones en la que las potencias coloniales europeas se convocaron para decidir la anexión de territorios, el establecimientos de nuevas rutas comerciales y minimizar los conflictos entre las potencias que tenían intereses voraces en África.
La Conferencia de Berlín (1884-1885) representa una de las estrategias geopolíticas más efectivas que las potencias coloniales utilizaron para el completo dominio del continente africano, debido a que antes del siglo XIX los imperios colonizadores solo se habían limitado a explorar y establecer contacto más en el norte de África. A partir de esta conferencia las potencias coloniales dieron inicio a la ocupación y explotación imperialista del continente mediante el principio de ocupación efectiva. El control geopolítico de diversas regiones de África hizo que las potencias mantuvieran tensas relaciones debido a la delimitación de sus zonas de influencias.
El resultado de este reparto arbitrario y ambicioso fue el establecimiento de líneas divisorias sin importar las configuraciones culturales, étnicas, históricas de las poblaciones africanas que legítimamente se encontraban en esos territorios. La delimitación de las zonas de influencia de cada potencia colonial se hizo basado plenamente en los intereses imperiales, lo que conllevó a una desestructuración de las poblaciones autóctonas, dejando sociedades y fronteras artificiales que hasta la actualidad forman parte de la herencia colonial europea con consecuencias devastadoras en términos del expolio de los recursos naturales, la pérdida de millones de vidas humanas y el trágico estatus de crisis humanitaria que viven diferentes regiones del continente.
El presente de África: Guerras invisibles y crisis humanitarias crónicas
El reparto imperial de África condenó a naciones enteras a la desigualdad, el hambre y a la pervivencia de conflictos interétnicos como resultado de la artificialidad geopolítica que marcó sus territorios, y que son parte de la herencia colonial europea. Los conflictos actuales que vive el continente tienen décadas de existencia como una forma de impedir la estabilización y el desarrollo soberano de las naciones africanas. África es el claro ejemplo de la paradoja de la abundancia o la maldición de los recursos que se refleja en la pobreza y desigualdad extremas de sus poblaciones a pesar de ser regiones ricas en recursos naturales estratégicos para alcanzar su desarrollo.
La violencia crónica de diversas regiones de África se debe a la influencia de Europa tras los procesos de descolonización después de la II guerra mundial que dejó Estados débilmente configurados y sociedades altamente polarizadas y desiguales. En la actualidad el continente atraviesa diversos conflictos tales como guerras civiles, conflictos étnicos, el avance y control de regiones estratégicas por parte de grupos terroristas, el expolio por parte de empresas transnacionales de materias primas y la presencia de tropas extranjeras que custodian sus intereses geopolíticos en la región.
Sin embargo, ante la agenda mediática occidental pareciera que África es una región insondable e irrelevante para la opinión pública mundial. Son escasos los titulares de la prensa internacional que destaquen el perpetuo ciclo de violencia y crisis que atraviesa diversas regiones africanas, por lo general en el imaginario colectivo de Occidente pervive una imagen de África anclada en lo exótico/diferente/atrasada, situándola en una región mediáticamente invisibilizada. Esto se debe a una estrategia neocolonial, que busca no posicionar otras regiones como internacionalmente relevantes y mantener una especie de anonimato que no rompa con la hegemonía cultural occidental.
En la actualidad, en África existen según la ONU alrededor de 25 conflictos y guerras de las que muy poco se sabe, y que mediáticamente las cámaras suelen apagarse cuando se trata de enfocarlas. Como son la crisis políticas y humanitarias del Sahel, la guerra del hambre y el terrorismo el Cuerno de África, la guerra de Yemen, la guerra devastadora de Libia, el conflicto armado en Etiopía, el terrorismo en Nigeria, entre otros conflictos que enfrascan al continente en una crisis permanente de múltiples factores y actores internos y externos, conflictos que no están exentos tanto de la herencia colonial, la influencia político- militar extranjera y los intereses geoestratégicos de Occidente. En el artículo nos centraremos en algunos de los más relevantes.
– Guerra civil de Somalia
La guerra civil en Somalia data desde 1991, un país que prácticamente está dividido y bajo el control de bandos militares que mantienen su dominio bajo el uso de la violencia. Somalia es una nación sin Estado y víctima de la fragmentación colonial cuando estuvo repartida bajo el dominio de Francia, Italia y Reino Unido. La situación de guerra de Somalia ha dejado más de 300 mil víctimas mortales y casi 1.5 millones de desplazados. La inestabilidad, la violencia y la usencia de un gobierno nacional hacen de esta región un escenario óptimo para el saqueo y contrabando de recursos naturales y arqueológicos. Geopolíticamente Somalia es uno de los países africanos con la mayor costa lineal de mar, posicionándolo como una región atractiva para el comercio internacional y de acceso marítimo hacia África Oriental.
– La guerra civil de Sudán del Sur
Sudan ha tenido una de las guerras más largas de toda África desde 1963, lo que ha sumido a este país a diversos conflictos armados que terminaron por dividirlo en dos, Sudan y el actual Sudán del Sur, que logra su independencia de Sudán en el año 2011. Un territorio rico en petróleo, pero amenazado por las hambrunas y la guerra. Actualmente el conflicto entre Sudán y Sudán del Sur no ha acabado, sin embargo, la mayor inestabilidad se experimenta dentro del propio territorio de Sudán del Sur producto de las diferentes facciones que quieren controlar el territorio. Desde el punto de vista geopolítica Sudán es uno de los países que controla la cuenca fluvial más importante del Cuerno de África, como es el Rio Nilo, además de ser un país rico en petróleo, factor que atiza la guerra. El conflicto de Sudán se da una región geopolítica clave como lo es el Mar Rojo, una ruta estratégica para el comercio internacional.
– Crisis actual de la República Democrática del Congo
Otro de los conflictos inacabados de África es la crisis que sufre el Congo, es uno de los países más grandes del continente y posee inmensa cantidad de recursos naturales, desde su independencia de Bélgica en 1960, el país ha estado sumido en una espiral de violencia que ha marcado su historia. Al actual conflicto se la ha llamado la guerra por el coltán un recurso de alto valor estratégico (se emplea para producir los teléfonos inteligentes, tablet y computadoras portátiles), el 80% de este mineral se encuentra en la República Democrática del Congo. Un mineral explotado ilegalmente por diversos grupos armados y financiados por grandes empresas occidentales. Al coltán se le conoce como un mineral de sangre por las víctimas mortales que causa en su proceso ilegal de explotación tanto en las minas no oficiales así como los conflictos armados que provocados por el control de estos yacimientos que han dejado miles de personas muertas y millones de refugiados.
Se puede decir que, el presente África sigue siendo un continente expoliado por los conflictos armados y por el saqueo de los recursos de alto valor estratégico, la presencia del terrorismo en regiones geopolíticamente estratégicas no es casualidad o azarosa. La responsabilidad de Occidente en las múltiples crisis africanas es incuestionable, hasta el punto que le preocupa la creciente influencia de Rusia y China en el continente africano.
El futuro: Entre la incertidumbre y la oportunidad
Según las estimaciones de la ONU, para el año 2,100, África tendrá una población estimada de 4 mil 300 millones de habitantes, en la actualidad el continente se encuentra en lo que se llama la gran explosión demográfica, brindándole la oportunidad de tener población económicamente activa y joven. El crecimiento económico de la región también es otro de los factores que le sitúa en el despegue de su desarrollo, es por eso que muchos estudiosos de África la han llamado el continente del futuro.
Los profundos lazos que han venido estableciendo diverso países africanos con la República Popular de China, le ha permitido un flujo sin precedentes de recursos financieros e inversiones que han permitido el elevar el crecimiento de la región. También las nuevas alianzas militares con Rusia son claves para contener la influencia tradicional de Occidente en la región. Este dinamismo del desarrollo de África que se desenvuelve en un contexto donde Occidente experimenta un debilitamiento de su hegemonía y una reducción de sus esferas de influencia geopolíticas, la convierte en una región geopolíticamente relevante, frente a la cual regiones como América Latina que tenido un relación distante y superficial con África debe aprovechar para fortalecer sus vínculos birregionales.
Este contexto favorable de África le ofrece la oportunidad de orientar su potencial hacia su desarrollo y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes que durante siglos han sido víctimas de la pobreza, la explotación y la violencia multidimensional.
Sin embargo, el continente también se enfrentará a desafíos estructurales como son lograr una estabilidad sociopolítica de largo plazo, gestionar de manera estratégica los conflictos interétnicos y las guerras inter-estatales. Tambien desde el punto de vista geopolítico debe de fortalecer sus alianzas regionales con Asia y América Latina que se reclaman un nuevo rol en el mundo multipolar. Otro de los desafíos de África es el de convertirse en un actor mucho más visible e influyente en la política internacional, así como fortalecer sus instituciones regionales y sus procesos de integración. Si bien es merecido que África se proyecte como el continente del futuro, también es real que es una región en disputa, lo que le puede posicionar en el epicentro de nuevas tensiones geopolíticas que desemboquen en guerras interminables como estrategias para perpetuar el despojo de sus recursos naturales que son el pasado, el presente y el futuro de este continente.
Fuentes consultadas por el autor
Cruz, L. (s.f). África escenario de la colonización, esclavismo e imperialismo. Rebelión. chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://rebelion.org/docs/54020.pdf
De María y Campos, M. (2019).Transformaciones y futuros de África. Tendencias, desafíos y oportunidades rumbo a 2035. Revista Mexicana de Política Exterior, 116,17-36. file:///C:/Users/SIL/Downloads/demariaycamposmrmpe116%20(1).pdf
Jiménez, J. (2014). Sudán del Sur: un conflicto interminable. http://catedrapsyd.unizar.es/observatorio-psyd/opina/sudan-del-sur-un-conflicto-interminable.html
Montag, S; & Floyd, O. (31 de mayo de 2023). Cuerno de África. ¿Qué está pasando en Somalía. La Izquierda Diario. https://www.laizquierdadiario.com/Que-esta-pasando-en-Somalia
*Docente-investigador y analista geopolítico de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-Managua
Se refleja el análisis exhaustivo de las complejas y dolorosas realidades que enfrenta África, desde el legado destructivo del colonialismo hasta las crisis actuales y las perspectivas futuras. Un comentario adicional me gustaría resaltar es la importancia de un enfoque más equilibrado en la cobertura mediática y la política internacional hacia el continente.
Se destaca acertadamente cómo el legado colonial y las dinámicas geopolíticas actuales han perpetuado el sufrimiento en África. Sin embargo, es crucial también subrayar que, además de la responsabilidad histórica y la explotación contemporánea, existe una necesidad urgente de reformar la manera en que África es representada en los medios internacionales y las agendas políticas globales.
La invisibilización de los conflictos y las crisis africanas no solo refleja una falta de empatía, sino también un vacío en la justicia global. Promover una cobertura más equitativa y una participación más activa de África en las instituciones internacionales podría ser un paso fundamental para romper el ciclo de crisis y avanzar hacia un futuro donde el continente pueda aprovechar plenamente sus oportunidades sin el lastre de una historia de explotación y abandono.
Hola estimada Michelle, gracias por el tiempo que se ha tomado de leer esta reseña que a vuelo de pájaro plantea la compleja realidad de uno de los continentes más importantes del mundo antiguo y moderno. Sin lugar a duda es bastante acertado el análisis y la propuesta interpretativa acerca de África que usted plantea. También es meritorio destacar su interés por este tema que no deja de cobrar relevancia en la actualidad.
Saludos
Es un importante acercamiento a la interpretacion de la realidad contemporánea de África en su conjunto, en la medida en que hace apreciasiones sobre los conflictos internos de esa tierra que nos parece extraña y que por causas culturales, idiomáticas y políticas; parece no tener nada en común con nosotros. Desde luego es el continente del futuro, pero esa apreciación se debe hacer en función, por desgracia, únicamente de la importancia que sus recursos naturales representarán para las futuras y presentes metas de transición energética, no porque el continente vaya a despegar o convertirse en una tierra independiente y política e internacionalmente decisiva en la medida en que los conflictos y los regímenes militares, como en el Sahel, lejos de acabar parecen multiplicarse, esta vez con ayuda de Rusia y China, países con intereses económicos en África. Esta tierra parece estar aún lejos de una independencia verdadera e íntegramente democrática.
MP gracias por su comentario, realmente el relato político de África debería cambiar pensando más en la transformación de sus realidades más regionales, nacionales y locales que verlo solo en la magnitud de las dinámicas geopolíticas globales, sin embargo un análisis más realista no obliga a tener que verlo a luz de esos cambios e intereses de carácter más global y geopolítico.
Saludos
Hola estimada Michelle, gracias por el tiempo que se ha tomado de leer esta reseña que a vuelo de pájaro plantea la compleja realidad de uno de los continentes más importantes del mundo antiguo y moderno. Sin lugar a duda es bastante acertado el análisis y la propuesta interpretativa acerca de África que usted plantea. También es meritorio destacar su interés por este tema que no deja de cobrar relevancia en la actualidad.
Saludos