Occidente prepara lo impensable contra Rusia y la humanidad
El centro vs la periferia

Occidente prepara lo impensable contra Rusia y la humanidadEl centro vs la periferia

Manuel S. Espinoza J. (*)

Es increíble cómo la humanidad, de no poder detener al Occidente Colectivo (EEUU, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, España, Japón, Australia, principalmente), se aproxima vertiginosamente al punto de no retorno en el enfrentamiento global entre este primer grupo y el Grupo Anti- hegemónico (China, Corea del Norte, Irán, Rusia, principalmente). Si bien es cierto aún se puede detener, pero el freno mismo no será también nada agradable.

Razones históricas de odio entre civilizaciones, el aniquilamiento de un grupo a otro, su esclavitud y despojo territorial y de sus recursos, así como armamento de destrucción masiva, tecnología de punta, capacidades económicas a favor de unos, las alianzas, el discurso convertido en cinismo político, son las premisas básicas para que cualquier conflicto se desarrolle al nivel que las potencias donde y cuando lo deseen.

Todo eso y más lo hemos leído en la historia de conflictología en las relaciones internacionales y lo estamos evidenciando en nuestros días en tres escenarios actuales: África, Europa y Medio Oriente. Y el único instrumento para el mantenimiento de la paz internacional con su andamiaje jurídico que pudiera detener al monstruo de la guerra existe, la ONU, pero es totalmente ineficaz. Y en resumen la sobrevivencia de la humanidad se basa en los niveles de capacidades militares, económicas, tecnológicas y las intenciones de cada grupo enfrentado.

Europa vs Africa

Desde los primeros contactos con los europeos hasta la era contemporánea, en Africa la historia del esclavismo, colonialismo y neocolonialismo, lo permanente ha sido el horror, la saña, explotación y opresión sistemática con que han exterminado a esos pueblos. La razón: un continente rico en recursos naturales de todo tipo, beneficiando económica, industrial y tecnológicamente a las potencias europeas mientras empobrecen a todo el continente.

El esclavismo, desde tiempos antiguos y con el auge del comercio transatlántico de esclavos a partir del siglo XVI, trajo consigo una escala y brutalidad sin precedentes. Las potencias europeas, ávidas de mano de obra barata para sus colonias en América, se involucraron activamente en la captura y comercio de seres humanos africanos. Este tráfico causó un sufrimiento inimaginable a millones de personas, que devastó comunidades étnicas enteras en África.

Es así que el secuestro y la venta de personas se volvieron una práctica común en la cultura y valores occidentales hasta hoy justificado por racistas blancos. El legado del esclavismo continúa siendo un peso sobre los hombros de ese continente, y las secuelas de la trata de esclavos se manifiestan hasta hoy día en la diáspora africana, y en la persistente desigualdad económica y social en todo el mundo.

El periodo del colonialismo en Africa representó la subyugación de todo el continente. Se intensificó en el siglo XIX, cuando las potencias occidentales lo dividieron durante la Conferencia de Berlín de 1884-1885. Esta división arbitraria ignoró por completo las fronteras étnicas y culturales existentes, lo que llevó a generar conflictos étnicos y territoriales que persisten hasta el día de hoy.

El colonialismo trajo consigo la explotación desenfrenada de los recursos naturales a nivel continental. Las potencias europeas se apropiaron de tierras fértiles, ricas en minerales y recursos naturales y las explotaron para su propio beneficio económico. Además, impusieron sistemas políticos y sociales que favorecían a las élites locales colaboracionistas, perpetuando así la opresión, represión y barbarie sobre las masas africanas.

El impacto del colonialismo en Africa fue devastador. Se destruyeron sistemas políticos y sociales existentes, se saquearon recursos naturales de manera indiscriminada, y se impusieron estructuras de poder que marginaban a la mayoría de la población. La educación y la salud fueron nulas, perpetuándose así estereotipos racistas que justificaban la dominación europea sobre los africanos.

El neocolonialismo en África, no es más que la continuación del expolio. Aunque muchos países africanos obtuvieron la independencia política en el siglo XX, el neocolonialismo persiste como una forma efectiva de dominación económica. Las antiguas potencias coloniales y actuales occidentales continúan aprovechándose de su inmensa riqueza de recursos naturales, en función de su industrialización y enriquecimiento.

El neocolonialismo se manifiesta en varias formas: desde la deuda externa insostenible impuesta a los países africanos hasta los acuerdos comerciales desiguales que favorecen a las naciones industrializadas que los han llevado al límite de “comida por trabajo”. Las empresas multinacionales que mantienen a las élites corruptas locales, explotan a su gusto y antojo los recursos naturales de Africa sin preocuparse por las consecuencias socio-políticos, humanas o ambientales.

Esta es la verdadera razón del supuesto triunfo capitalista sobre el socialismo. El capitalismo está basado en la explotación continua que perpetúa el ciclo de pobreza y subdesarrollo en el continente africano, mientras que las naciones industrializadas continúan enriqueciéndose a sus expensas. Los horrores de ese pasado nefasto y criminal cuenta entre 25 y 50 millones de africanos perecidos en el tráfico y comercio de esclavos.

Para que Africa pueda liberarse completamente de las cadenas del capitalismo europeo, se requiere un esfuerzo concertado a nivel nacional e internacional, y esto no está en la voluntad del occidente colectivo. Es el bloque anti–hegemónico el que está contribuyendo a la des-neocolonización e independencia de varios países africanos en la actualidad.

Occidente vs Rusia

Las historias de enfrentamiento occidental contra Rusia tienen los mismos objetivos, propósitos, intenciones de saqueo de recursos naturales, despojo territorial, exterminio civilizacional eslava y la imposición de un yugo imperial. Solo que Rusia ha sido un hueso duro de roer, pero en su sobrevivencia civilizacional ha tenido que vivir el horror de la criminal cultura occidental. Esto es y será el cuento de nunca acabar.

Lo impensable en la lucha contra Rusia está a la orden del día. Haberles causado treinta millones en pérdidas humanas durante la Gran Guerra Patria (1941- 1945), parece no tener un peso en la conciencia histórica europea, pero la verdad es que tal no existe. Recordemos que en mayo de 1945 no había terminado la Segunda Guerra Mundial cuando los estados mayores de los ejércitos de Inglaterra y EEUU habían planificado la “Operación Impensable” contra la URSS, aun cuando eran aliados contra la Alemania nazista.

La operación la codificaron como impensable, porque los soviéticos jamás se imaginarían (pensarían) que los ejércitos de esos dos países se aliarían con divisiones de tropas fascistas alemanas y polacas para lanzarles un ataque sorpresivo e imponerle por la fuerza militar la voluntad imperial de ambos países a la Unión Soviética. Los servicios de inteligencia soviética descubrieron y denunciaron ante el presidente Roosevelt esta operación, y otra conocida como la “Operación Aurora” sobre las conversaciones secretas con los alemanes para pactar rendirse solo ante los EEUU e Inglaterra, mas no ante la URSS.

La excusa de esta operación era que al final de la IIGM la URSS tenía una ventaja sobre ellos de 4 x 1 en soldados, 2 x 1 en tanques y hasta 7 x 1 en artillería. Churchill decía sentirse amenazado con tal fuerza asimétrica, pues le daría la posibilidad de avanzar contra los países de Europa Occidental y al igual que los ocho países de Europa Oriental que la Unión Soviética ya había liberado.

¿Pero acaso impensable no era entender que al final de esa misma guerra los EEUU se quedaron con la posesión del arma atómica y que impensablemente para el mundo entero lanzaron dos a Japón, para atemorizar a los mismos soviets? ¿O los múltiples planes posteriores impensables de lanzar más de 300 y 1,000 bombas atómicas a la URSS durante toda la guerra fría? Acaso no presenciamos la destrucción “impensable” de la URSS misma y de todo el sistema socialista.

En la actual guerra entre Occidente en contra de Rusia, el discurso de amenaza procedente de Rusia que hemos escuchados de Francia e Inglaterra, sobre todo su temor que tras ganarle la guerra a Ucrania el ejército ruso iniciará su ataque a la Europa Occidental, es igual que el de Winston Churchill a finales de la IIGM como excusa para lanzar la Operación Impensable. Por eso 61 mil millones de dólares le han sido concedidos, para contener el avance ruso y evitar la derrota ucraniana.

En todo caso, los rusos aseguran que no piensen en que el ataque sorpresivo de la Alemania hitleriana del 22 de junio de 1941 lo podrá realizar hoy la OTAN. Es más fácil que se imaginen que el ejército rojo los irá a visitar hasta las capitales de Francia e Inglaterra como lo hizo con Alemania en mayo de 1945. O lo que sería peor para ellos es dejarlos planos, como sugería el político ultranacionalista ruso Zhirinovsky.

La estrategia es acostumbrarnos a la idea de que solo se trata de una guerra convencional prolongada de desgaste para Rusia con el sacrificio del peón ucraniano; y que acciones impensables como la guerra directa con la OTAN o el uso de armamento táctico nuclear como disuasivo psicológico contra la URSS, como fue el bombardeo atómico en Hiroshima y Nagasaki, están descartadas.

Occidente afirma que no dará ese paso. Putin puede dormir tranquilo, dice Biden. ¿Pero y si no habrá tal choque directo OTAN vs Rusia o empleo de arma táctica nuclear, entonces dónde lo habrá de paso para meter en miedo al oso ruso o al dragón chino?

Israel vs Palestina e Irán

Estamos siendo testigos del genocidio contra el pueblo palestino por parte del gobierno sionista de Israel, y tal barbarie el mundo la había vivido solo en la IIGM por parte de la Alemania fascista y el militarismo japonés. Pero la barbarie sionista ya superó al nazismo hitleriano. Más de 35 mil personas han sido asesinadas en 7 meses y más de la mitad han sido niños y mujeres, y la expulsión de 2.2 millones de palestinos que residían en Gaza.

¿Acaso el despojo de un territorio ajeno (porque nunca le perteneció) a Israel puede generar tal nivel de criminalidad humana? Estamos ante la presencia del mayor cinismo del siglo XXI y la muestra de lo impensable de la capacidad de odio a la vida humana del occidente colectivo, y de lo que está listo a emprender en su temor por perder la hegemonía global por medios de ilegalidad internacional y la barbarie.

¡Y el cinismo no solo proviene de Israel, sino también de sus aliados occidentales que aunque algunos de ellos, atreviéndose a pedir por el reconocimiento del Estado de Palestina, no dejan de enviar armas al país sionista sin proponer medidas mayores de acción coercitiva multilateral que logren detener la carnicería humana de palestinos ya! Y ya ni se diga de su fiel siervo mayor, los EEUU, que han vetado varias veces dentro del Consejo de Seguridad de la ONU hasta el cese al fuego o la entrada de ayuda humanitaria.

El riesgo de una guerra entre Israel contra Irán o, mejor dicho, entre el occidente colectivo contra Irán, también devela la posibilidad de que se emplee el arma atómica contra el país persa. La estrategia para la “construcción del gran srael” necesariamente requiere de una guerra a largo plazo contra el mundo árabe, una de las principales periferias de la geografía política. La destrucción de Irán con armamento nuclear atómico debe ser una lección para todo país de cualquier parte del mundo que se atreva a ir más allá de lo que el poderío occidental les pueda permitir.

Lo anterior incluye a China y Rusia. Es la aplicación en términos nucleares de la frase “¿If you talk the talk, do you walk the walk”? (¿caminarás el camino, hablando como hablas?). Es posible que por muchas razones este mensaje sonó en la cúpula traidora de Gorbachev y Yeltsin en su momento, pero en la nueva era de Putin no funciona ese ablandamiento psicológico. La recién visita de Putin a China confirma un nuevo momento en la lucha de ambas potencias contra la hegemonía imperial occidental.

Y ya que todas las potencias evitan el enfrentamiento directo militar y el uso de armamento nuclear, el mejor campo de guerra fría es la PERIFERIA. La periferia africana está en ebullición y su enfrentamiento contra potencias neocoloniales está planteado a largo plazo. Medio Oriente se activa a un ritmo desproporcionado y prolongado. Latinoamérica está siendo controlada políticamente con el retorno de la ultraderecha al poder; está siendo diezmada psicológicamente con los discursos abiertos de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson.

Ni China ni Rusia y mucho menos Irán serán tolerados en el hemisferio occidental. La política de “Strategic Denial” (“Negación estratégica”) apenas inicia a implementarse y no necesariamente porque Biden no desea perder en las elecciones o Trump desea ganar. La estrategia está sustentada en mayores consideraciones de competitividad estratégica entre las potencias, y de ahí que su implementación considera acciones de mayores niveles de agresividad. La guerra hibrida está a la orden del día para darle pase a formatos de guerra proxis.

La exitosa aplicación de Tik-Tok, de fabricación china, está causando serios dolores de cabeza a las élites de poder que cubren y amparan el sionismo o sus mismas fechorías criminales en la periferia global. Su incidencia en el despertar de las sociedades en temas de los planes macabros de exterminio de la Agenda 2030, encubiertos en pandemias y vacunas, el progresismo y la destrucción del Estado, la sociedad, familia e individuos, es cada vez mayor.

La periferia está en un proceso de activación y organización bastante tardía, pero con logros significativos. Solo pensar cómo la guerra de genocidio contra los palestinos logró trasladarse a lo interno de los EEUU, y sobre todo en la intelectualidad joven en más de 60 universidades norteamericanas, la brutal represión policial a docentes, catedráticos, administrativos de estas y las medidas abiertas de suprimir a cualquier costa todo ataque o crítica hacia Israel en Norteamérica, es más que significativo.

Aún no todo está perdido. El punto de no retorno se percibe, pero se vislumbra que en cualquier momento puede alcanzarse. La única forma de evitarse es la guerra en la periferia. Esta se desarrolla día a día y está creciendo e intensificándose. Son zonas de escape para victorias regionales tácticas, que unidas conllevan al retraso de la construcción de multipolarismo o a su ya apresurada gestación. Lo fatal es lo impensable de la forma en que este proceso de cambio de orden mundial se desarrolle.

(*) Director del Centro de Estudios Internacionales (CREI).

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