Bismarck, compañero militante, hermano, papá, abuelo
- Secuestrado y torturado en un tranque de la muerte, creación de obispos católicos
- Un video en un celular puso al descubierto la crueldad de los terroristas en Jinotepe
- Le asfixiaban con un mecate en la garganta
- En Operación Bertha se movilizó al frente de 800 combatientes
David Gutiérrez López
Es un clamor envuelto en angustia e incertidumbre. Todos lo reclaman, lo lloran y exigen saber dónde está.
Bismarck Martínez Sánchez, el militante sandinista, subjefe de ornato de la Alcaldía de Managua se encuentra desaparecido desde que fue secuestrado el 29 de junio del 2018 por delincuentes terroristas ubicados en el tranque de la muerte del Colegio San José, regentado por religiosas, ubicado en la carretera principal entre Jinotepe y Dolores.
Fue en ese tranque, creado a la imagen de varios obispos católicos, -confesado por el vicearzobispo de Managua monseñor Silvio Báez- que Bismarck fue secuestrado y sometido a las más crueles y perversas torturas, las que quedaron registradas en un video realizado en un celular por uno de sus mismos torturadores, que cayó en poder de la Policía.
Bismarck aparece con su rostro bañado en sangre sin camisa, con sus manos atadas a la espalda y los pies maniatados. Le apuntan con un revólver a su cabeza, en tanto otro sicario le atormenta hasta llevarlo a la asfixia con un mecate que hala despiadadamente sobre su cuello.
El tormento se repite una y otra vez, los insultos, los golpes. Quieren que hable, que diga dónde está su familia con claras intenciones de ir en busca de ellos para continuar en su orgía de odio, sangre, tortura y muerte.
Esos tormentos fueron en los tranques de la muerte, una “idea extraordinaria”, según monseñor Silvio Báez, el obispo católico que afirma en un audio grabado mientras aleccionaba y alentaba a golpistas a intentar volver a levantarlos para continuar en la macabra danza, diabólica de sangre que les teñirán sus blancas sotanas como marca permanente de su complicidad, maldad y terror contra la población nicaragüense.
El día que lo capturaron, este portaba una identificación de la Alcaldía de Managua, eso fue suficiente motivo para que sus captores con desmedido odio se lanzaran en contra de él como canes rabiosos sedientos de sangre.
Le acusaban de infiltrarse entre los tranquistas y cuando les dijo que únicamente pretendía legar hasta donde sus familiares, lo torturaron para que les dijera donde se encontraban sus parientes.
Lo quedaron esperando
En cada marcha y en cada plantón se exige se revele donde se encuentra el compañero desaparecido. Justicia y reparación gritan los congregados sandinistas y sus familiares sobre todo su nieto que añora y extraña al cariñoso abuelo que lo cuidaba y mimaba con ternura.
A Bismarck no lo hicieron hablar, no lo doblegaron y lo desaparecieron.
Ese día del 29 de junio su hija Myrlhem Graciela Martínez Méndez y su nieto José Daniel se quedaron esperándolo con la angustia natural de no saber de su suerte. Los días pasaron y sus compañeros de trabajo en la Alcaldía extrañaron su ausencia, porque tiene una disciplina militante en sus labores.
Fue hasta que se logró desmotar los tranques de la muerte y tras la captura de varios de los terroristas de Jinotepe que se descubrió en un celular las macabras imágenes grabadas para siempre en la memoria de los nicaragüenses, que condenan esa saña criminal.
El trabajador de la Alcaldía de Managua viajó ese viernes 29 de junio la cabecera departamental de Carazo para abrazar a sus amados hija y nieto a quienes no había visto en varios días desde que las fuerzas malignas alentadas desde los pulpitos de las iglesias por jerarcas y sacerdotes de sotana, levantaron los tranques atendiendo el llamado a la conspiración para derrocar al gobierno constituido y electo del comandante Daniel Ortega.
Quería Bismarck reiterarles a sus seres queridos lo tanto que les amaba, como buen padre, buen hijo y buen militante sandinista, quién siempre actuó con lealtad a su juramento de ¡Patria Libre o Morir! desde 1977 cuando tomó conciencia y aceptó la responsabilidad histórica de luchar por la libertad de Nicaragua con la bandera sandinista.
¿Pero dónde está Bismarck?
Diversas informaciones sobre el secuestro y tormentos a los que fue sometido Bismarck condujeron a realizar investigaciones en diversos sitios como detrás del estadio e incluso en el patio del Colegio San José, pero los esfuerzos fueron infructuosos. No se encontraron indicios que condujeran a conocer su paradero de vivo o muerto.
José Daniel, su nieto, un niño con garra de revolucionario sandinista dijo que su abuelo dejó sembrada la semilla de un militante inclaudicable, al mismo que sus verdugos no lograron doblegarlo ni amilanarlo.
Un hombre que guarda prisión de nombre Bismarck Antonio Navarro Gómez, acusado por el Ministerio Público de Nicaragua de estar involucrado directamente en el secuestro, torturas y desaparición del compañero Bismarck Martínez, todavía no revela la verdad si lo tienen oculto en algún sitio del departamento de Carazo o en el peor de los casos que lo hayan asesinado y desaparecido su cuerpo.
En tanto, no se conozca su paradero Bismarck continúa participando en las caminatas junto al pueblo sandinista defendiendo los espacios y las calles ganadas en las luchas y tareas que ha impulsado la Revolución Sandinista desde la toma del poder en 1979.
El alfabetizador
Cumpliendo con la consigna de “también enséñenles a leer”, frase del comandante Carlos Fonseca Amador, que se convirtió en una orden, Bismarck se integró en 1980 a la insurrección por la liberación de miles de iletrados. Le correspondió la lejana y entonces inhóspita zona de Nueva Guinea donde se entregó a enseñar y también aprender de las tareas del campo donde sus maestros eran sus alumnos, convirtiéndose en una interacción de campo y ciudad.
El Ministerio de Educación en 1980, otorgó reconocimiento de brigadista destacado a Bismarck, por su entrega y solidaridad de enseñar a leer y escribir a sus hermanos campesinos, donde dejó una imborrable huella de amor y humildad hacia sus semejantes.
Tras su participación en la Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA) ingresó a laborar a la Casa de Gobierno Nacional, de la recién formada Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. Desempeñó el cargo de subjefe de comunicaciones.
En la Operación Bertha
El secreto mejor guardado y más grande realizado por la Revolución Popular Sandinistas fue la Operación Bertha, que consistió en el cambio de la moneda devaluada a una nueva. Fue el 15 de febrero de 1988, en el día de los enamorados.
El país estaba en guerra -impuesta y financiada por el gobierno de los Estados Unidos, durante la administración de Ronald Reagan- miles de hombres se encontraban movilizados en lugares estratégicos y objetivos económicos. Bismarck era uno de los tantos de esos miles, a diferencia que él junto a otros compañeros estaban al frente de mil seiscientos combatientes armados y equipados para enfrentar a las fuerzas de la contrarrevolución.
Las fuerzas contrarrevolucionarias manejaban millones de córdobas que utilizaban para desestabilizar la economía nacional principalmente en las zonas productivas, donde introducían dinero para crear una superinflación.
Bismarck para entonces era un fogueado combatiente de las Milicias Populares Sandinista, entrenamiento que había completado en 1982.
La orden de movilización llegó intempestivamente. Se necesitaba movilizar a 800 hombres para resguardar diversos puntos de importancia estratégica para el cambio de viejos córdobas por nuevos billetes, lo que constituía un duro golpe para las fuerzas de la contra, que contaban con millones de córdobas.
Bismarck no preguntó dónde era la misión, ni se la hubiesen dicho por la secretividad de la misma. Se preparó con los 800 combatientes y salió a cumplir con éxito la misión que días después dejó perplejos a todos los adversarios de las Revolución cuando se logró poner el orden en la nueva moneda.
Entre otras tareas, que desarrollo en su vida partidaria sandinista, fue integrarse como fiscal del FSLN en todas las elecciones nacionales y departamentales realizadas a partir de 1990, hasta convertirse en jefe de centro de votación de uno de los más concurridos de la capital.
Boerista y asiduo visitante de los estadios
Era común ver a Bismarck llevando de la mano a su nieto José Daniel a los estadios a presenciar los juegos de béisbol, deporte que le apasionaba y lo disfrutaba, en vivo en medio de la algarabía y aplausos constantes cuando el equipo de su preferencia, El Bóer, anotaba carrera o el jugador alcanzaba una base y amenazaba al contrario con impulsar una carrera. Todas esas emociones las vivía con su pequeño nieto.
En la cabina de Radio Ya, los locutores lo recuerdan con simpatía y cariño, porque siempre pasaba saludándolos y a la vez le saludaban a través de la emisora.
El proyecto habitacional que lleva su nombre
El gobierno sandinista en reconocimiento y homenaje al compañero desaparecido desde hace 4 meses, ha desarrollado un complejo habitacional para viviendas dignas, con el nombre de Bismarck Martínez.
La primera etapa de este complejo que lleva el nombre de Nazaret, estableció la entrega de 50 lotes, de ellos, los primeros 30 se entregaron a familias que se encontraban habitando en zonas altamente vulnerables de la capital, situación que se agudizó con las últimas y fuertes lluvias de septiembre y octubre.
Bismarck Martínez fue un militante entregado a las tareas de la revolución, siempre asistía a colocar una flor al mausoleo del comandante Carlos Fonseca, los 19 de julio marchaba con su tropa de amigos y parientes hasta la plaza y cumplía a cabalidad desde su puesto como responsable del ornato de Managua.
Mientras no aparezca persistirá la esperanza y la fe de volverlo a ver con vida, para que vuelva a las marchas, a su trabajo, a recorrer las calles supervisando la ornamentación capitalina listo a seguir con su lealtad al Frente Sandinista, en tanto, nos acompañará en cada marcha, en cada plantón y en cada nueva tarea por la reconciliación y la paz de Nicaragua.
El personaje
Bismarck de Jesús Martínez Sánchez, nació en Managua el primero de octubre de 1962. Fue procreado por José María Sánchez Pérez y Graciela Martínez Conde (q.e.p.d). Fue el octavo de un total de diez hermanos Martínez Sánchez.
Es casado con la comisionada de Policía en retiro Miriam Méndez.
Es militante sandinista desde 1977, antes del triunfo de la Revolución.
Procreo cuatro hijos: Bismarck Antonio, Heydi Lisbeth, Oscar Danilo, todos Martínez Pineda y Myrlhem Graciela Martínez Méndez.
Un verdadero hombre del pueblo, con su asesinato su sangre da testimonio de lo sanguinarios que son los enemigos de la revolución que manipularon a débiles marginales para mancharse las manos con sangre. Ya tus asesinos dieron un salto a las tinieblas donde no hay retorno. Mientras vos compañero, estás ya para siempre en la historia del lado del pueblo
a quien serviste con amor , bajo la bandera azul y blanca, defendida y protegida por la rojinegra del FSLN.