Msc. Jorge Bautista Lara
Escribe Jesús Hernández en su libro “La primera Guerra Mundial” que “…al visitar algunos de los desangelados cementerios militares… hace mucho tiempo que sus descendientes dejaron de acudir a honrar su memoria con flores frescas…”. Y entre comentario y análisis anota: “Nadie parece recordar hoy por qué luchó y murió aquella generación de jóvenes”. Y concluye sus comentarios con una frase “…la flagrante inutilidad de tantas muertes, de las que las infinitas hileras de cruces son un mudo recuerdo”. Porque todo aquello “no había servido para nada, nada y cien veces nada”.
Iniciamos este artículo con un lamento al sin sentidos de las grandes guerras mundiales. Como ocurrió con Serbia, al final de la I Guerra Mundial, donde la mitad de los varones en edades de combatir, hasta los 58 años, fueron exterminados … para nada. O la batalla de Verdún y Somme en esa misma guerra donde murieron centenares de miles de soldados en una sola localidad geográfica. Y en muchos de esos casos fue por terquedad de los gobernantes o mandos militares, aun sabiendo que nada se podía hacer, o que el significado de mantener la posición ya no tenía sentido militar ni podía defenderse más, y pese a ello continuaron enviando soldados al matadero.
La realidad contextual de esa I Guerra Mundial es que traía consigo, de tiempo atrás, larvadas contradicciones que solo requerían del impulso de una chispa para el incendio. El pretexto que fuese las veces de un detonante. En sus estudios previos de esta primera conflagración mundial, Jesús Hernández nos dice que “…Gran Bretaña no contemplaba con buenos ojos el objetivo de Alemania de convertirse en una potencia naval…”.
En ese momento Alemania se encontraba en proceso de construcción de un ramal de ferrocarril que lo conectaba con los turcos, y que su extensión debía llegar al Mar Rojo. Al punto que lo pusiere en contacto con Egipto y en su momento hasta Bagdad. Quedando, en su tramo final, a un paso de la “joya de la corona” de los ingleses (India). Y esto no les gustó para nada a los anglosajones.
Y, acorde con sus intereses, los ingleses llegaron a constituir acuerdo de palabra con Francia desde 1904, sumando más tarde a Rusia zarista, en una triple alianza con vistas contra Alemania a rodearla y cercarla. Igual se movieron al Pacifico y firmaron, en el mismo sentido, con Japón para frenar las aspiraciones de Alemania. Con lo que habían logrado prácticamente rodear geográficamente a los alemanes y las potencias centrales, con posibilidades reales de limitar su acceso a los mares y océanos del mundo. Esto obviamente dejó en estado total de recelo a los alemanes.
Y mientras los años pasaban, la realidad venía complicando los escenarios.
Menciona Jesús: “Los alemanes pese a su gran potencial económico e industrial y a ser una referencia mundial universal en el arte, la ciencia y la técnica, se veían constreñidos a su prisión europea…”. Aunque se les estaba completando un cerco geográfico continental, y en los mares. Los alemanes eran conscientes de lo que se estaba construyendo. Un cerco, no solo a los alemanes, sino a un grupo de potencias centrales europeas. Y al frente, dirección de este cerco, los anglosajones organizando “la orquesta”.
Actuar histórico de los anglosajones
La aspiración de Inglaterra era mantener el dominio de los océanos, de las aguas. Y ello pasaba por cortar la aspiración de un país como Alemania que tuviere perspectivas reales de hacerle contrapeso y compartir esos dominios. Si retrocedemos un poco el tiempo, esas pretensiones imperiales las encontramos desde el siglo XVIII en los ingleses (aunque en la víspera de la I Guerra Mundial, estaba Inglaterra y Francia contra Alemania).
Inglaterra y Francia en ese siglo crecían y tenían los objetivos de forjar imperios comerciales en todo el mundo. Y España, para ese siglo XVIII, estaba actuando en correspondencia del lado de “mantener su imperio territorial”, según nos dice Rafael Bernal en su libro (El Gran Océano). Teniendo como un dato a tomar en cuenta que esas islas conquistadas por piratas y bucaneros ingleses, en el Caribe, luego fueron convirtiéndose en colonias de la corona inglesa. Un método que ha marcado una manera de ser y hacer las cosas en los anglosajones.
Anota Rafael que en ese siglo XVIII “Mientras la industria crecía en Inglaterra y requería de mercados para su producción y de materias primas para seguir viviendo. Todo esto llevaba necesariamente a la expansión” de los ingleses. Que es lo que explica en parte sus actos a la fase imperial para menoscabar las capacidades del entonces Imperio Español.
Por lo que ese actuar histórico que estamos observando de Inglaterra, lo ha llevado en diversos momentos a guerra en Europa con distintos países. Y no solo en el siglo XX. Aunque sí, ello mismo lo arrastra como dinámica de existencia, como pésima costumbre al siglo XX e inicios del XXI. Mismo comportamiento que transmitió genéticamente a su gran colonia, hijo legítimo, en continente americano (Estados Unidos); que, en su conjunto en el presente, es denominado en el mundo de la geopolítica como “los anglosajones” (Estados Unidos e Inglaterra).
El aspirar a ser Imperio, ocupar sus métodos, se lo endosó a los Estados Unidos. Así como el vivir y desarrollar como país parásito a costillas de las colonias con la sustracción de riquezas de los países conquistados. Podemos decir que esto ha venido de padre a hijo en la misma línea genética. Con la diferencia del nivel de escala que, en el caso de la colonia americana, adquirió extensiones mayores que los mismos ingleses, cuya extensión territorial, población y dominio de los mares con el periodo de la reina Victoria comprendía gran parte del mundo.
Pero una vez finalizada la II Guerra Mundial, siglo XX, la primacía global migró al patrimonio y dominio de la antigua colonia desde las competencias de su creador, cediendo con ello el dominio de los mismos mares y vías marítimas comerciales.
Inglaterra se hizo imperio bajo la base del saqueo. Eso nos cuenta y muestra la historia, cuando llegaron a cada país donde impusieron su presencia. Y Estados Unidos no ha sido diferente, desde su inicio, bajo un instrumento de neocolonialismo y de recolonización, imitó. Que hoy se perfecciona y se “invisibiliza” por medio del sistema financiero como nuevo instrumento global que se une a los métodos tradicionales que no han desaparecido.
¿Quién está detrás de las guerras?
Pero el punto, que es la importancia del dominio de los mares, sigue en la palestra. Y con ello las rutas comerciales y su dominio sigue tan vigente como en el pasado. Quien lo controle dominará el comercio y sus rutas comerciales, en consecuencia, el dominio de la economía del mundo.
¿Qué provocó ese encierro y cuál fue su consecuencia? La primera y segunda guerra mundial. En tanto los alemanes actuaron en consecuencia, según sus análisis, antes que el cerco se completara. Guerras históricamente vinculadas, consecuencia la una de la otra. Una guerra con un lapso de receso que dio paso a recuperación de la industria y la economía que estaban agotadas. Y dando el tiempo al crecimiento de nuevos jóvenes varones para la segunda parte de la carnicería.
En la actual guerra en Ucrania, cuando se ha preguntado a los habitantes de los territorios afectados, y se observan reportes e investigaciones, sobre quién está detrás de esta guerra, se cita concretamente a los anglosajones como los directores, financiadores e instigadores de la misma. Y en ella está comprendido el mismo binomio de las guerras últimas: Estados Unidos e Inglaterra. Y ese país, Ucrania, cubre una longitud de frontera con Rusia de 1,576 Km. Luego, la solicitud de ingreso a la OTAN de Finlandia, país en el norte de Europa, que posee una frontera con Rusia de longitud de 1,340 km.
La guerra en Israel con Hamas, que inició el 7 de octubre de 2023. El conflicto militar en Siria (inició el 15 de marzo de 2011) que no termina de pacificarse. Con tropas norteamericanas enquistadas en bases militares en este país y en Irak (que de paso extraen sin permiso de nadie el petróleo de la zona, igual que la piratería de los ingleses en el siglo XVII Y XVIII).
Funciona y hace las veces de cuña en el territorio de conflictos de Oriente, y no permiten que se lleguen a acuerdos que lleven a pacificar la zona. Pues el objetivo no es otro que, en su momento en el calendario, se unan al resto de fronteras en conflictos que bordean a Rusia. De manera que puedan ser eficientes y efectivas en desestabilizar y aumentar las tensiones de Oriente Medio.
Esta idea pasa por la necesidad de que se contagie a otros países y amplié su extensión hasta Irán, ampliando más la línea de fuego y frontera de rodeo. De manera que Rusia no solo tendría incendiadas o en calentamiento sus fronteras con parte de Europa, sino incendiadas sus fronteras con Oriente Medio. Y en ambos distraer recursos de su presupuesto, mano de obra, en gastos; militares, personal, finanzas, industrias, etc.
Anillo de fuego y conflictos
A la par de lo expresado, se está pretendiendo dinamitar la “Ruta de la Seda”, donde China ha firmado en días recientes sus primeros acuerdos con Siria (pese a la guerra). Y, otro objetivo, golpear a los recién nombrados miembros del BRICS-PLUS como son Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Egipto. Diríamos que van de “carambola” en tres bandas, demoliendo en el cerco todo lo que estén creando Rusia y China.
De manera que no es posible entender esta guerra de Israel, sino es ese último punto que lo hizo necesario ejecutar a lo inmediato. En tanto, días antes el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu fue a la ONU y planteó una nueva ruta que incluye algunos de estos mismos países, y comprendería hasta la India, descartando a China. Como vía alternativa pro-occidente con sello de planificación estratégica anglosajón. Así, el conflicto de Israel tiene entre uno de sus motivantes, ser parte del gran cerco en construcción que impulsan los anglosajones.
Si venimos siguiendo el mapa y geo- política, encontraremos que las zonas se van uniendo y rodeando, a la par de las bases militares existente, en todo lo largo del borde fronterizo de Rusia. Estas se van acercando con los que están bordeando a China. Amenazando en un corto a mediano plazo en unirse en un solo anillo de fuego y conflictos. Iniciando la zona de tensión desde el Ártico, dando la vuelta a la total geografía de Rusia. Aumentando, supuestamente, los costos de sus productos y aumento de los riesgos de la mercancía en su tránsito. Con una incidencia pronosticable en su economía como país, y en ello ver posible un nacimiento de posibles conflictos internos en Rusia para su implosión. Punto último a lo que apuesta Estados Unidos y el Occidente Colectivo.
De manera que el conflicto con Taiwán es parte de esa dinámica del gran cerco, a la que unen Corea del Norte. Y casi se puede adivinar nazcan, o se reactiven, otros conflictos en zonas de esa ruta como las fronteras en el Tíbet, entre China e India, o en Cachemira, completando el ideal planificado de ese cerco. Y mientras van ampliando y “cerrando” el inmenso cerco, van haciendo negocios con ventas de armas o combustible como en el caso de Europa.
Ahora, volvamos y ubiquemos el mapa y demos color a las zonas de conflicto que se han ido construyendo. En todos y cada uno, se puede constatar, están las manos de Estados Unidos y el Occidente Colectivo, sin excepción.
Coincidencia o no, existe otro elemento notorio, y es que esas zonas donde se han ido desarrollando antiguos conflictos, traídos y renovados al presente, fueron zonas que en un momento estuvieron bajo influencia de potencias europeas y sembraron, al diseñar sus fronteras, confrontaciones entre pueblos, comunidades y países completos. Diríamos que fueron bombas de tiempo diseñadas en su mayoría por los anglosajones, que hoy están monitoreando su explosión “controlada”. Palestina se presenta como el mejor ejemplo, el conflicto de China e India, igual; el conflicto Pakistán e India, igual, etc.
¿Lograrán construir el gran encierro de Rusia y China los anglosajones? La primera guerra mundial nos dice qué pasa en esos casos cuando las potencias sujetas al encierro llegan al límite de su paciencia. Con lo que la dinámica del cerco, va a determinar la fecha de una III GM.