- Colocados en la Avenida de Bolívar a Chávez
Oscar Robelo
E l padre Antonio Castro, párroco de la iglesia La Merced del Barrio Larreynaga, de Managua, está convencido que los altares colocados de parte del gobierno en la Avenida de Bolívar a Chávez demuestran que Nicaragua es de María, evidenciando la religiosidad popular, la devoción y el amor a María que es reflejo de todo un país, de un pueblo, de toda una Nación.
Una forma de expresar esa religiosidad y devoción popular, para el padre Castro, es desde las instituciones, los centros de cultura, centros de producción, “a través de esa avenida que es un símbolo de unidad, de patria, de amor y de vida, que la gente la recorre cantando, alabando, uniéndose a la Virgen desde su fe religiosa tradicional, desde su fe bíblica y desde su amor a María”.
Eso significa, a su juicio, que el gobierno está respetando la cultura popular tradicional, religiosa, facilitando ese espacio para que todo mundo pueda celebrar a María y también es una forma de promover la fe, la unidad entre los nicaragüenses.
“Ahí no hay distinción quién es creyente, quién no es creyente, quién es político, el católico, el evangélico, ese día es cristiano, es mariano porque es nicaragüense y Nicaragua es de María”, resaltó el respetado y querido religioso. El gobierno revolucionario inició la tradición de los altares en la Avenida Bolívar, hoy de Bolívar a Chávez, desde los años 80, donde se exhibían bellísimos altares, que ahora son más espectaculares con la tecnología.
La novena, oración poderosa
El sacerdote explicó que la Purísima o novena es una fiesta y devoción popular que se celebra en Nicaragua en honor a la Virgen María entre el 28 de noviembre y el 6 de diciembre, culminando el 7 de diciembre con la llamada Gritería, tiempo en que la gente se reúne con su familia y amigos para rezar y cantar a la Virgen.
Dijo que la novena, una de las oraciones más poderosas a la Virgen María, consiste en nueve días de preparación a la celebración de la fiesta de la Inmaculada, de la Purísima Concepción de María. “Son nueve días de oración, de celebraciones no en el templo solamente, sino en las casas”.
Agregó que en la novena los rezos cada día varían porque la misma novena lleva un plan de lecturas bíblicas diferentes relacionadas a María, cada día va cambiando la motivación, la reflexión, de tal manera que ya el último día concluye con el dogma de la Inmaculada concepción de María. “Se reflexiona sobre María como madre de la iglesia, María como reina de la paz, María como auxiliadora de los cristianos, María como refugio de los pecadores, cada una de las advocaciones de María se van meditando durante los nueve días”, explicó.
“Esta novena es una preparación inmediata próxima a la fiesta de la Virgen, como nosotros nos preparamos para una boda, unos quince años con tiempo suficiente preparando lo que es logística, afecto, el sentido de tu vida en ese aniversario o en esa boda, en ese paso que vas a dar viendo el significado, así también nos preparamos para la fiesta de la novena de la Purísima, para celebrar con amor esta solemnidad”, acotó.
Surgimiento de la fiesta
Esta fiesta surgió a comienzos del Siglo XVIII en toda Nicaragua con los padres franciscanos. Monseñor Gordiano Carranza orientó que en todas las casas, en los hogares las familias celebraran la oración a la Purísima Concepción de María, celebración que concluye el 7 de diciembre, que es la víspera de la fiesta solemne, con la Gritería. El obispo Gordiano, en este caso, lanzó el gritó ¡Quién causa tanta alegría! y la gente respondió ¡La concepción de María!
“Nos podemos preguntar por qué es causa de alegría la concepción de María, por qué María es causa de alegría¿, primero, dicen muchos teólogos porque ella fue encontrada grata a Dios, agradable a Dios, porque el Señor Dios está contigo;
es motivo de alegría, porque fuiste escogida entre todas las mujeres para ser la madre del hijo de Dios, llevando en tu vientre al hijo de Dios, lo vas a concebir no por obra humana de José, sino por obra del espíritu de Dios, el Espíritu Santo”, afirmó.
De acuerdo al sacerdote, María es causa de alegría por todos esos elementos que provocan unidad, cercanía, fraternidad, gozo y paz en los corazones de todos los creyentes en Dios y en el hijo de Dios que “fue traído por María en su vientre puro para salvación, reconciliación y redención del género humano”.
La Gritería comenzó en León, famoso también por sus altares marianos que se levantan en el interior de la mayoría de los hogares con el saludo de ¡Quién causa tanta alegría! ¡La concepción de María!. Le cantan, hacen una pequeña oración por la paz, la familia, los jóvenes, los ancianos, por todas las necesidades y luego se comparte un brindis tradicional típico de lo que produce el país.
Luego esta celebración se extendió hacia Granada, donde los altares de la Virgen se ponen en la calle y se hacen procesiones de un altar a otro, y cada barrio hace lo mejor que pueda para presentar su altar de la mejor manera posible. Ahora bien, en el norte del país la fiesta reviste un carácter más íntimo, tal vez por el clima, más religioso. Por ejemplo, en Jinotega se hace dentro de las casas, la gente entra, reza y canta y recibe el brindis y va a otras casas.
En Chinandega se acompañan los grupos a través de la carretera que va de El Viejo hacia Chinandega con vehículos y en caravanas, los grupos cantan de una a otra ciudad. Allí la Gritería se hace al mediodía, la mañana del 6 de diciembre inicia con una misa y luego lo que le llaman la Lavada de la Plata.
Es decir, todos los vasos sagrados del templo de El Viejo, la platería antigua del tiempo de la colonia y las coronas de la Virgen de la Concepción en el Santuario Nacional se lavan. “Toda la gente llega con fe y devoción a lavar esos vasos sagrados con perfume, con algodones, de modo que todo queda limpio”, señaló el padre Castro.
Derroche de pólvora en Managua
El párroco confió que en Managua es diferente. Hay derroche de pólvora desde el mediodía del 7 hasta las seis de la tarde del 8. “El grito es a las 6 de la tarde del 7 que lo hace el obispo de la localidad en todas las parroquias, todo es en las casas, si se va al templo está vacío, en los hogares se celebra con ese gran espíritu en los porches, en los jardines, en las calles son grandes colas de gente con ese espíritu de oración, de alegría, de cultura y de amor también”, destacó.
“Además del derroche de la pólvora, se ven los brindis con gofio, chicha, cajetas, el zapoyol, la leche de burra y todos nuestros productos nacionales, esa gorra es el brindis típico preparado para esa ocasión, aunque se ha ido cambiando, a partir de 1980 se ha ampliado, ya no sólo son cosas típicas, sino con productos que ayudan a la familia, a la economía del hogar llevando arroz, frijoles, azúcar, aceite provisión para el sustento de la propia familia como una forma de solidaridad, de fraternidad y de amor a la comunidad siempre en nombre de la Virgen”, agregó.
Al respecto, el padre Castro reconoció los sacrificios y esfuerzos que hace la gente para celebrar la Purísima, porque “no es ningún gobierno, ninguna institución, ni un poderoso” el que financia las fiestas, sino el mismo pueblo que va ahorrando y se va preparando durante el año. Eso “tiene muchísimo valor porque ahí está tu sacrificio, tu sudor, tu esfuerzo, tu privación, tu amor a la Virgen”.
El clérigo acotó que en la actualidad las instituciones del Estado, a pesar de ser un estado laico según la Constitución, le rinde homenaje a la Virgen construyendo altares sobre la Avenida de Bolívar a Chávez con nuevos diseños, coloridos bonitos, con gusto, donde reflejan también el arte, la cultura, la espiritualidad de todo un pueblo.
“Es importante saber que el amor a María es una gracia de Dios, por eso se ha agregado otra consigna que nosotros decimos: ¡María de Nicaragua, Nicaragua de María! Porque en todo el país, en las instituciones, las escuelas, centros de salud, hospitales, centros penitenciarios, en todas partes se canta, se reza, se alaba a la Virgen María, aún fuera de nuestras fronteras, donde hay un nicaragüense en el exterior allí se canta, se reza a la Vir gen. También en las embajadas de nuestro país las delegaciones celebran la fiesta de la Virgen María”, subrayó.
El mensaje de la iglesia
Al concluir el padre Antonio Castro dijo que este año el mensaje es de paz, señalando que “un canto a la Virgen dice que ha venido a América, ha venido al mundo para traer paz, para motivarnos a ser constructores de paz, más fruto de justicia, más fruto del derecho, más fruto de la reconciliación, más fruto de la dignidad, fruto de la vida, ese es el mensaje de paz”.
“Ahora que hay tantas guerras, tanta muerte, tanta violencia en Israel, Palestina, en Ucrania, en Africa y muchos países nuestros en América Latina, que seamos constructores de paz, si amamos a María que demostremos ese amor construyendo paz, construyendo vida en el lugar que Dios nos ha ubicado”, reiteró.