Fredy Franco (*)
El 22 de agosto de 1978 se produjo uno de los actos más audaces e impactantes en la lucha guerrillera del FSLN, la Toma del Palacio Nacional por un Comando del FSLN, donde sesionaba el Congreso Somocista.
La Operación “Muerte al Somocismo Carlos Fonseca Amador”, ejecutada con mucho heroísmo, ingeniosidad y firmeza por 25 combatientes sandinistas que integraban el Comando “Rigoberto López Pérez”, puso en jaque a la dictadura somocista, quien cedió a las demandas del FSLN.
1- Decisión de una acción contundente para golpear a la dictadura
Después de la experiencia exitosa del 27 de diciembre de 1974, en mayo de 1978 en Costa Rica fue analizado por dirigentes del FSLN, como los comandantes Daniel Ortega y Víctor Tirado, entre otros, desarrollar una acción espectacular que golpeara a la dictadura y que permitiera hacer avanzar más rápidamente la estrategia de provocar una mayor crisis al sistema somocista.
La Dirección del Frente Sandinista decidió efectuar la Toma del Palacio Nacional, acordando poner al frente de la misión al comandante Edén Pastora. Se fueron dando los pasos preparatorios en la organización de la acción, primero en la zona del Boquete en Carretera Vieja a León y luego en la zona de Monte Tabor en la Carretera Sur.
También se comenzó a obtener información de la dinámica del Palacio Nacional, de las sesiones del Congreso somocista y del mapeo del sitio para saber orientarse exitosamente. Conociendo que la Cámara de diputados iba a sesionar el 22 de agosto, se decidió puntualmente realizar la toma, reuniendo el avituallamiento mínimo para este tipo de acción.
Luego, antes del mediodía del 22 de agosto, los dos grupos del Comando bajaron desde distintos puntos de la capital tras acordar encontrarse en un punto del centro de la vieja Managua. Vestidos con uniforme de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), cuerpo élite de la Guardia Nacional, los combatientes se dirigieron hacia el Palacio Nacional a las 12 del mediodía y se distribuyeron en dos grupos para entrar por dos flancos distintos, en las partes laterales del Palacio.
Un grupo encabezado por Edén Pastora, llamado Comandante Cero, jefe de la Operación, avanzó hacia la parte lateral Este. Con paso y voz firme, simulando ser oficial de la guardia entró gritando que pronto llegaría el jefe (Somoza) y que deberían abrir paso y entregar los fusiles. Así desarmó a varios guardias, y penetró rápidamente al Palacio. Otro grupo entró por el costado Oeste, y subió al segundo piso por las escaleras laterales.
Con la puerta del Palacio cerrada, el éxito inicial de la acción se consolidó tomando como rehenes a los diputados del Congreso somocista, algunos funcionarios somocistas y familiares de Somoza.
Gabriel García Márquez cuenta en la Crónica que escribió sobre este hecho: “Edén entró por la puerta principal del Salón Azul, donde sesionaba el Congreso Somocista (La Chanchera) gritando: “¡Todos al suelo, todos al suelo, hijueputas, chanchos”! Tiró un par de disparos al aire y todos se metieron debajo de los escritorios. Empezó la sesión que presidió Edén Pastora”.
Se completó así la toma y el control del local y de las personas, con lo que se inició inmediatamente después la negociación con Somoza.
2- Se cumplen las demandas del FSLN
Controlada la situación por el Comando y ante el temor de Somoza de que ajusticiaron a sus familiares, se produjo una intensa negociación.
El FSLN demandó la liberación de los presos políticos, conformado por decenas de cuadros y militantes. Tal petición era importante para fortalecer la lucha revolucionaria en ese momento ascendente en búsqueda de la liberación de Nicaragua.
Otra demanda fue la publicación por todos los medios de comunicación de un importante comunicado, donde se denunciaban los crímenes de la dictadura somocista; y, por último, una importante cantidad de dinero, para financiar la lucha de liberación del FSLN.
Con la mediación del arzobispo Miguel Obando y Bravo, las negociaciones fueron intensas y tensas, pero comenzaron a dar fruto a la media noche del miércoles 23 de agosto y al amanecer del 24 de agosto. Somoza aceptó las condiciones exigidas: liberación de los presos políticos de las cárceles somocistas, divulgación de los comunicados del FSLN en todos los medios de comunicación, medio millón de dólares, y garantías de los miembros del Comando y de los liberados y su traslado fuera de Nicaragua.
En la mañana del 24 de agosto, el comandante Edén Pastora informó de los acuerdos y brindó palabras victoriosas en el Salón Principal del Palacio, sellando el éxito de la acción.
A las 9 de la mañana, en buses fue trasladado el Comando guerrillero junto a algunos rehenes hasta el Aeropuerto Las Mercedes, hoy Augusto C. Sandino. En el trayecto, sobre la carretera norte, la población saludaba jubilosamente a los guerrilleros que habían propinado un golpe demoledor a la dictadura.
Los diputados y los periodistas se fueron a sus casas, al mediodía fueron liberados los presos políticos y los guerrilleros fueron trasportados vía aérea a distintos países, conforme lo negociado.
Como resultado de la acción fueron liberados los siguientes compañeros: Tomás Borge Martínez, René Núñez Téllez, Javier Carrión, Marcio Jáenz, Iván Montenegro, Javier Pichardo, Luis Guzmán, Francisco Cuadra, Edgard Lang, Juan José Úbeda, Roberto Calderón, Francisco Guzmán, Álvaro González Cerrato, Martha Cranshaw, Rosa Argentina Ortiz, Gloria Campos, Charlotte Baltodano, Felipe Peña, Margine Gutiérrez. Gustavo y Víctor Moreno, Yadira Baltodano, Apolonio Martínez, Leopoldo Rivas, Eddy González, Rodolfo Amador, Lucas Cortez, Maximiliano Martínez, Roberto McEwans, Amílcar Lorente, Doris María Tijerino, Fernando Chamorro R., Jorge Guerrero y José Armando Bolaños.
Otros compañeros que estaban en la lista no fueron localizados, pues habían sido asesinados por el régimen somocista: Donald Guevara, Elvis Chavarría, Pedro Antonio Jiménez, Gregorio Montoya, J. Francisco Tijerino, Azucena Suárez Meza, Marcos Silva Molina, José Jarquín y Antonio Mairena Lugo.
3- Significado de la Toma del Palacio Nacional
Con la acción del 22 de agosto de 1978, el FSLN tomó la iniciativa estratégica, incrementando la disposición de lucha del pueblo y el espíritu insurreccional que se concretizó pocas semanas después con la insurrección en Estelí, Chinandega, León, Managua y Masaya en septiembre de 1978. La iniciativa y liderazgo indiscutible del FSLN creció, se consolidó y culminó con el triunfo de la revolución once meses después.
Con esa acción, el FSLN le salió al paso al accionar de la derecha reformista que, tras el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro en enero de 1978, creó el Frente Amplio de Oposición con el propósito de canalizar el sentimiento anti somocista del pueblo, pretendiendo capitalizarlo a favor de su proyecto de derecha.
Igualmente, también salirle al paso a las maniobras del somocismo que a fines de 1977 pretendió maquillarse con algunas maniobras políticas. Y, sobre todo, estar a la altura y capacidad de hacer frente al uso más brutal de la fuerza y la represión militar del somocismo.
La práctica insurreccional que inició en octubre de 1977, el espíritu insurreccional que creció en 1978 con la chispa que representó la Insurrección de Monimbó en febrero de 1978, bajo la consigna Monimbó es Nicaragua, y luego el fogonazo estratégico que aportó la acción del 22 de agosto de 1978, pese a la brutalidad somocista y las maniobras imperialistas, provocaron el ascenso de la lucha sandinista.
Con la exitosa Operación Muerte al Somocismo se materializó plenamente el triunfo de la revolución, derrotando y enterrando para siempre el somocismo.
(*) Cientista Social e Historiador. Profesor Titular UNAN-Managua.