Edgar Palazio Galo
Habían pasado tres años del triunfo de la Revolución Popular Sandinista cuando en enero de 1981 llega a la presidencia de los Estados Unidos el republicano Ronald Reagan y con él se incrementa la agresión imperial contra nuestro país. Se arrogaba el deber de restablecer la hegemonía imperial en estas latitudes y contener, según lo expresaban en documentos oficiales, el “avance del comunismo” mediante uso de la fuerza. Tales eran los componentes fundamentales de la política exterior que desplegó el gobierno de Reagan.
Esta política belicista fue evidente en abril de 1982, durante la guerra por el reclamo territorial de las Malvinas: los Estado Unidos se involucraron proporcionando apoyo logístico a Inglaterra contra Argentina. En octubre de 1983 subieron el nivel de agresividad invadiendo la isla de Grenada para derrocar al gobierno progresista encabezado por Maurice Bishop, quien finalmente es asesinado.
En Centroamérica, el afán guerrerista del imperio yanqui desplegó desde febrero de 1983 las maniobras militares Pino Grande en territorio hondureño, incrementando la participación militar norteamericana y la amenaza contra nuestro país. La amenaza de agresión militar directa que afrontaba la Revolución Popular Sandinista era una posibilidad real, ya que en los círculos de línea dura la invasión a Grenada era un precedente que certificaba ese camino.
Antecedentes a Esquipulas
En la ruta hacia los acuerdos de paz de Esquipulas, se encuentra la significativa contribución del grupo de Contadora, formado en enero de 1983 por cuatro países latinoamericanos: México, Colombia, Venezuela y Panamá, con el objetivo de encontrar una solución pacífica al conflicto armado que afectaba a Centroamérica, a través del diálogo y la negociación entre las partes involucradas y evitar una intervención militar directa del imperio yanqui. El grupo de Contadora tuvo el apoyo diplomático de otros países de América Latina, particularmente de Argentina, Brasil, Perú y Uruguay, países que en julio de 1985 conformaron el Grupo de Apoyo a Contadora.
El grupo de Contadora formuló un plan de paz que obtuvo gran impacto en la región, pero fue saboteado por la oposición manifiesta de los Estados Unidos que nunca mostraron voluntad de negociación y más bien buscaban una salida militar e intervenir en Nicaragua. Sin embargo, se debe reconocer que Contadora allanó el camino que hizo posible el proceso de paz de Esquipulas.
Declaración de Esquipulas
Cuando el 24 y 25 de mayo de 1986 se reúnen en Esquipulas, Guatemala, los presidentes Oscar Arias Sánchez de Costa Rica, Marco Vinicio Cerezo Arévalo de Guatemala, José Napoleón Duarte de El Salvador, José Azcona Hoyo de Honduras y el Comandante Daniel Ortega Saavedra de Nicaragua, fue un paso trascendental en la búsqueda de la paz y establecer un marco de cooperación, entendimiento, diálogo y salida negociada a la situación de enfrentamiento militar que vivía Centroamérica.
En la declaración de Esquipulas I se afirmó la decisión de “formalizar las reuniones de presidentes como una instancia necesaria y conveniente para analizar los problemas más urgentes que se presentan en el área en relación a la paz y al desarrollo regional, y buscarles soluciones apropiadas”.
La Declaración de Esquipulas I constituye un hito importante en la historia de Centroamérica, ya que sentó las bases para lograr un proceso de paz y reconciliación y cerrar el camino a la política intervencionista de los Estados Unidos contra la Revolución Popular Sandinista.
Además, en la declaración de Esquipulas I se estableció la “creación de mecanismos institucionales que permitan fortalecer el diálogo, el desarrollo conjunto, la democracia y el pluralismo como elementos fundamentales para la paz en el área y la integración de Centroamérica”. Surgió de esa forma el Parlamento Centroamericano, como un organismo regional con el objetivo de crear un espacio de diálogo y cooperación entre los países de la región, para abordar los desafíos comunes y promover e impulsar acciones conjuntas del área y dinamizar los procesos de integración.
La declaración reconoció, que la paz en Centroamérica solo sería el resultado de procesos políticos que implicaran la “promoción de la justicia social, el respeto a los derechos humanos, la soberanía e integridad territorial de los Estados y el derecho de todas las naciones a determinar libremente, sin injerencias externas de ninguna clase, su modelo económico, político y social, entendiéndose esta determinación como el producto de la voluntad libremente expresada por los pueblos”.
Entre los principales aportes de los Acuerdos de Esquipulas a la paz se encuentran:
Promoción del diálogo: los acuerdos fomentaron el diálogo y la negociación como medios para resolver conflictos y diferencias entre los países centroamericanos. Fomento de la democracia: los acuerdos promovieron la democracia y el respeto a los derechos humanos como bases para la estabilidad política y social de la región.
Solución pacífica de conflictos: los acuerdos establecieron mecanismos para la solución pacífica de conflictos entre los países centroamericanos.
El esfuerzo alcanzado en Esquipulas I fue completado el año siguiente, el 7 de agosto del año de 1987 con el acuerdo de Esquipulas II, en el que los cinco presidentes se reunieron nuevamente para firmar el Procedimiento para Establecer la Paz Firme y Duradera en Centroamérica. Asimismo, la declaración fue el primer paso hacia el marco general que dio lugar a los sucesivos acuerdos de paz a nivel interno de los países: 1988, acuerdo de Sapoa entre el gobierno constitucional de Nicaragua y la resistencia;1992, acuerdos de paz de Chapultepec entre el FMLN y el gobierno de El Salvador; 1996, acuerdo de paz de Oslo entre la movimiento guerrillero de Guatemala y el gobierno de ese país; 1998, Acuerdo de Paz en Honduras, entre el gobierno y la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario.
El asedio imperial yanqui
Un mes después de la declaración de Esquipulas 1, el 26 de junio de 1986 el imperio yanqui dejó claro su desconocimiento al esfuerzo de paz, y las dos cámaras del congreso de los Estados Unidos, tanto republicanos como demócratas, aprobaron 100 millones de dólares para seguir financiando militarmente a los contras y continuar a través de ellos la guerra de agresión contra Nicaragua.
Con soberbia imperial e irrespeto total a las normas del derecho internacional y a los esfuerzos de paz de Nicaragua y los países centroamericanos, Reagan y su gobierno buscaban activamente debilitar y derrocar al gobierno revolucionario cuyo pecado era haber roto las cadenas del vasallaje imperial, defender la soberanía y autodeterminación del pueblo nicaragüense a ser libre y poder construir una sociedad con justicia social.
En este mismo mes, en el campo diplomático se obtuvo una victoria histórica contra la política guerreristas imperial. El 27 de junio de 1986 la Corte Internacional de Justicia de la Haya, dio la razón a Nicaragua y condenó sin vacilación alguna a los Estados Unidos por “entrenar, armar, equipar, financiar y abastecer a las fuerzas “contras” y al instigar, apoyar y asistir en cualquier otra forma las actividades militares y paramilitares en Nicaragua y contra esta, violando (…) la obligación que les impone el Derecho Internacional (…) de no intervenir en los asuntos de otro Estado”.
Legado de Esquipulas
El legado de Esquipulas es significativo porque dio lugar que la región avanzara hacia la paz, gobernabilidad y, por tanto, atender procesos de desarrollo económico social asentando los fundamentos de la integración centroamericana. Los acuerdos de Esquipulas siguen siendo un hito importante en la historia centroamericana y entre los principales logros se encuentran:
Paz y estabilidad: los acuerdos contribuyeron a poner fin a la guerra de agresión contra Nicaragua y la guerra civil que afectaron a países como Guatemala y El Salvador, permitiendo que las nuevas generaciones crecieran en un ambiente más pacífico y seguro.
– Integración regional: los Acuerdos de Esquipulas promovieron la integración regional y el diálogo entre los países centroamericanos. Establecieron un marco para la cooperación económica, política y social, fomentando la confianza y el trabajo conjunto entre las naciones. Esto ha permitido a las nuevas generaciones de centroamericanos vivir en una región más unida y fortalecida.
– Resolución pacífica de conflictos: los acuerdos sentaron las bases para la resolución pacífica de los conflictos en la región. Establecieron mecanismos de diálogo y negociación para resolver las diferencias entre los países, evitando la confrontación armada. Este enfoque ha dejado una lección importante para las nuevas generaciones, resaltando la importancia de buscar soluciones pacíficas y constructivas para los conflictos.
– Fortalecimiento de la democracia: los acuerdos promovieron la democracia y la participación ciudadana en la toma de decisiones. Esto ha contribuido a la consolidación de la democracia en la región y ha empoderado a las nuevas generaciones para participar activamente en la vida política y social de sus países.
– Compromiso con los valores de paz: el legado de los Acuerdos de Esquipulas ha dejado un fuerte mensaje sobre la importancia de la paz y la no violencia. Ha fomentado una cultura de paz entre las nuevas generaciones, instándolas a buscar soluciones pacíficas y a promover el respeto mutuo. Este compromiso con los valores de paz es fundamental para construir sociedades más justas y equitativas.
El sandinismo y la vocación de paz
Se debe destacar que la búsqueda de entendimiento mediante el dialogo, resguardando la soberanía y dignidad nacional, fue parte fundamental de la política de gobierno de la Revolución Popular Sandinista. El sandinismo, con el comandante Daniel Ortega al frente, desempeñó un papel activo en la búsqueda de la paz durante las negociaciones de los Acuerdos de Esquipulas.
El compromiso del sandinismo con la paz y la voluntad de participar en negociaciones diplomáticas fueron fundamentales para alcanzar los acuerdos que pusieron fin al conflicto armado, y sentar las bases para la reconciliación y la estabilidad en la región.
Excelente reflexión para recordar la vocación de paz del pueblo de Nicaragua y de los pueblos centroamericanos, cuando el comandante Daniel llega al diálogo en su discurso inicial expresa que llega fortalecido en el orden internacional, recuerden el triunfo en la HAYA, y militarmente se ha golpeado a la contra con la ofensiva Danto 88, el talón de Aquiles era la economía en donde EEUU hizo estragos, y a pesar de la sentencia no la acepta por su arrogancia y prepotencia imperial, al fin está arrogancia ya ha llegado a fin con el multipolarismo actual.