RUBÉN DARÍO ES AMANTE Y PROFETA DE LA PAZ

Luis Morales
  • NICARAGUA CONMEMORA EL 107 ANIVERSARIO DE SU PASO A LA INMORTALIDAD

Nicaragua conmemoró este 6 de febrero el 107 aniversario del paso a la inmortalidad de uno de los poetas más sobresalientes de la lengua castellana, Rubén Darío, actividad en que las más de 10.000 escuelas del país fueron escenarios de recitales, exhibición de bandas rítmicas y de gimnastas escolares, cantos o charlas en honor al Héroe Nacional, como también entidades de gobierno depositaron ofrendas florales en los monumentos que hay en las diferentes ciudades en honor al bardo.

Para el arquitecto Luis Morales, codirector del Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) el legado de Rubén Darío no sólo en Nicaragua sino en América Latina y todo el mundo tiene que verse, primero por el aporte literario del Héroe Nacional, que consistió en modernizar una lengua muerta como era el castellano, que en el Siglo XIX fue muy rica, pero ya no se usaban muchas palabras, términos, adjetivos, conjugaciones y en ese entonces estaba de moda la literatura francesa de tal forma que de 20 autores importantes 18 eran franceses y dos que hablaban castellano.

El poeta a través de sus cuentos, de su poesía rescata palabras que estaban en desuso, es por eso que cuando se lee algo de Darío se va al diccionario, porque hay muchas palabras que no se manejan, aunque sí se intuye lo que significa por la forma en que van concatenadas en el verso o en su escritura, es decir que renovó el castellano, ese es el modernismo literario, es el PADRE del modernismo literario.

Agregó que otro de sus aportes en la literatura castellana fue incluir en la versificación de los versos lo que los especialistas llaman el verso alejandrino de la literatura francesa, lo que sorprendió a los intelectuales del mundo, porque lo hace aparecer como que siempre estuvo ahí y el mejor ejemplo de eso es el poema Caupolicán, que aparece en la segunda edición de Azul en Guatemala.

Deja un legado de valores

Dijo que los nicaragüenses vemos en Rubén Darío un legado de valores, como todo joven renegó de la religión, pero fue diferente en su fase adulta, incluye como parte muy importante de su obra la religión, a Cristo, a Dios, ejemplo claro es cuando hizo el bello poema Los motivos del lobo, que se basa en una historia religiosa de San Francisco de Asís y culmina con la oración universal como es el Padre nuestro. Igualmente, cuando escribe Versos a la reina, a la Virgen, el poema antimperialista A Roosevelt donde dice que le hace falta algo a Estados Unidos: creer en Dios, lo que muestra su firmeza en la fe.

Otro de los valores de Darío es el amor a su Patria, es un gran patriota, un héroe nacional, desde joven cuando participaba en eventos literarios se preguntaban en los grandes círculos literarios de dónde es ese escritor y decía “soy de Nicaragua” que no se conocía en el mapa del mundo, por eso se dice que Rubén Darío puso en el mapa del mundo a Nicaragua. El amor a su patria fue desmedido, hacía comparaciones hiperbólicas, aunque exageradas como la frase “para mí León es igual que Roma o París”, es lo que sentía.

Morales señaló que otro de los valores del vate fue el autoestudio, estudió su primaria en colegios de León, hizo su educación básica, pero fue un hombre que dominó cinco idiomas de manera autodidacta, porque en esos tiempos no había dónde estudiar otras lenguas, dominó el francés que hizo traducciones al castellano; inglés, italiano, latín y el castellano que modernizó.

Fue un visionario

Sin embargo, el codirector del INC afirmó que para los nicaragüenses lo más vigente de su legado es su pensamiento político, antimperialista, un visionario que nació hace 156 años y su pensamiento está vigente y fue casi un vidente de lo que iba a suceder, de lo que iba a pasar. Señaló que llena de orgullo cuando se escuchan los versos del poema A Roosevelt en el que lo interpela y le dice “… eres los Estados Unidos el futuro invasor de la América ingenua”, ya Estados Unidos invadía muchos países, su pensamiento claro, antimperialista es potente, fuerte porque él ya tenía una voz universal, era escuchado en universidades y en círculos intelectuales. Este poema lo llevó a ser considerado internacionalmente como el poeta profeta.

Otro valor de Rubén Darío es que nunca se encontró en sus críticas, crónicas ni carta una palabra altisonante, ninguna altanería, ninguna grosería, fue un hombre que se midió con un lenguaje excelso, de una manera sosegada, como un estadista, tras recordar que fue periodista, diplomático, escritor por tanto su legado es universal. Sus brillos nos siguen alcanzando no sólo a Nicaragua, también a Centroamérica, América Latina a Hispanoamérica, es una de las figuras mundiales que tiene monumentos, parques, plazas, institutos, calles, estaciones con su nombre, lo que nos llena de orgullo.

El arquitecto Morales sostiene que otro legado de Darío es que fue un gran luchador por la paz, es un profeta de la paz, en la Primera Guerra Mundial sale exiliado de París, huyendo de la guerra y es cuando hace el poema Los motivos del lobo, habla del conflicto entre los seres humanos donde el lobo le habla a San Francisco y le dice veo cómo se matan como perros y perras hombres y mujeres, hermanos a hermanos hacían la guerra. En la universidad de Columbia lee su famoso poema Paz donde en una parte dice “… ya lucharon bastante nuestros abuelos por Patria y libertad”, que lo toma el general Sandino para su escudo.

Indicó que Darío es forjador de la nacionalidad, de lo que son los nicaragüenses: gente luchadora, trabajado- ra, esforzada, que aman la paz, aunque hemos vivido guerras, luchamos por vivir en paz y defendemos esta paz para nuestro pueblo y los pueblos del mundo con vehemencia, pero con principios como los de Darío, del general Sandino, de Benjamín Zeledón de todos los luchadores que entregaron sus vidas. Darío resulta ante el mundo algo excepcional, Nicaragua es único país que tiene un héroe nacional que es un poeta.

Darío y Sandino son los dos grandes pilares de los nicaragüenses que tenemos esos principios que ellos nos legaron, el pensamiento, la actitud, la forma de relacionarnos con las naciones, con las personas, con los amigos, ese legado de querer ser comprensible, amigable, de querer tener amistad con todo el mundo, pero que nos respeten, ellos son los grandes pensadores que forman nuestra nacionalidad.

Recordó que el pueblo nicaragüense al saber de su muerte se desbordó, hubo siete días de duelo nacional para venerarlo y enterrarlo en el edificio histórico de nuestro país como es la catedral de León; vinieron delegaciones de Centroamérica, poetas del mundo le dedicaron poemas.

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