Pueblo derrota al terrorismo y al golpismo

Pueblo derrota al terrorismo y al golpismo

Fredy Franco (*)

La estrategia golpista ha sido derrotada estratégicamente por la indiscutible vocación de paz del pueblo, la conciencia de defender los derechos y avances conquistados, y por la responsabilidad del Gobierno de la República para defender la Constitucionalidad y la paz de la nación.

Con la serenidad y la paciencia de Job del Presidente y la disciplina de los sandinistas de no atacar, de no dejarse provocar, de no responder al odio con el odio a lo que invitaban e invitan los fundamentalistas de la derecha, es que no se escaló más la violencia, se evitó más muertos, y poco a poco se fueron derrotando a los golpistas.

En estos 90 días la mentira y la manipulación de los golpistas quedó al desnudo; la violencia tranquista, vandálica y terrorista está siendo derrotada, y el pueblo comienza a tomar conciencia de que nada bueno y nuevo representan esos que se dicen llamar “pacíficos”, “democráticos” y “autoconvocados”, que con su violencia pretenden matar la paz y la seguridad construida y consolidada en los últimos 11 años.

Los llamados pacíficos son los que actuaron con sed de sangre y odio, que usaron la violencia terrorista y delincuencial como métodos fascistas para derrocar al gobierno y asesinar al pueblo; son los responsables de haber alterado la paz y tranquilidad del pueblo y de los centenares de muertos que ha sufrido el pueblo de Nicaragua en este difícil momento.

Si fueran pacíficos, le interesara la paz del pueblo y hubieran acatado el llamado a la paz y al dialogo del Presidente de la Republica, en momentos en que por la violencia por ellos desatada se habían producido solo tres muertos (incluido un policía), evitando los centenares de muertos que ellos provocaron.

Los llamados democráticos, por métodos antidemocráticos y criminales quieren llegar al gobierno a cualquier costo, no importando la vida y la paz del pueblo, pretenden arrasar el orden democrático construido por más de 30 años en Nicaragua, y del cual muchos de ellos han sido parte en ese transcurso.

La cruzada de muerte de los golpistas

Frente a la zozobra creada, la afectación a la vida, el trabajo, la paz y la libre circulación, es que el Presidente decidió restablecer el orden y la tranquilidad con las caravanas de la paz integrada por la fuerza encargada de establecer el orden y asegurar la seguridad ciudadana (la Policía Nacional), que actúo para desmontar los tranques y liberar las ciudades y decenas de vías trancadas por los golpistas.

Esas acciones y sus resultados fueron recibidos por el pueblo con alegría, como un acto de liberación frente a la perversidad tranquista de los golpistas. Y al llegar al 19 de julio, en el 39 aniversario de la revolución sandinista, el pueblo celebró doblemente: esta fecha histórica revolucionaria, de liberación de 45 años de dictadura; y  la liberación de Nicaragua de los tranques

Los golpistas en toda esta difícil coyuntura han desarrollado una cruzada de persecución, tortura y muerte contra los sandinistas, métodos crueles y degradantes propios de los terroristas, de las maras, del crimen organizado y de los narcotraficantes, quemando a sandinistas y policías, convirtiendo los tranques en centro de criminalidad, delincuencia y tortura, y convirtiendo algunas iglesias como cuarteles y centros de torturas.

Claro está que en su formato del mundo al revés, pretendieron convertir la mentira en verdad, asignar las muertes y destrucción por ellos provocados a los sandinistas, cuando son precisamente los sandinistas los que constantemente convocan a la no violencia y a la paz. ¡Pero ellos tenían diseñado un violento plan de golpe de Estado y son los responsables de toda la destrucción y muertes; por eso, como dijo el Presidente, son asesinos, asesinos!

Ha quedado clara la vocación humanista del FSLN de evitar la violencia y proteger la vida del pueblo, e igualmente la experiencia histórica y política del FSLN de luchar y vencer en medio de las mayores adversidades.

Cultura malinchista y vendepatria

La derecha golpista al sentirse derrotada a lo interno, como ha sucedido históricamente por su cultura malinchista y vendepatria, recurre al factor externo, a arrodillarse al Imperio y usar instrumentos internacionales de éste para presionar y sancionar a Nicaragua, buscando resolver por esa vía lo que no pueden hacer a lo interno.

Por eso hacen uso de la OEA como instrumento de presión política, cuando en esa misma instancia hay muchos países que sí realmente son flagrantes violadores de derechos humanos, asesinan frecuentemente a trabajadores, campesinos, periodistas y estudiantes…, hay presos políticos y no hay plena libertad política y social.

Pese a la postura injerencista de la OEA, desde hace años con el Gobierno de Nicaragua llegó a acuerdos para perfeccionar el sistema electoral y en esta coyuntura aceptó la presencia de la CIDH para apoyar a las instituciones nacionales y coadyuvar a la aclaración de los muertos sucedidos por la ola de violencia generada desde el 19 de abril en Nicaragua.

Sin embargo, pese a esa a esa buena voluntad y responsabilidad del Gobierno, la OEA se está enredando en la agenda golpista, situación que es inaceptable. Nosotros defenderemos el derecho soberano de Nicaragua de salvaguardar su marco constitucional y sus decisiones, como dijo el Presidente en el acto del 19 de julio “se toman en Managua y no en Washington”.

Sabemos que el financiamiento a las acciones desestabilizadoras de todo tipo que ha enfrentado y padecido Nicaragua en todo este tiempo, y que proviene de sectores nacionales ya conocidos y del financiamiento a ONG´s por parte de agencias del imperio yanqui, seguramente continuará proporcionándose a los traidores y vendepatrias golpistas.

No debemos bajar la guardia

Por eso hay que incrementar la organización y la conciencia política del pueblo, de los sandinistas, para que comprendan lo que está en juego en Nicaragua, la revolución y lo que todo ello implica en términos de derechos para el pueblo y la nación.

La lucha exige hoy movilización política permanente, la autodefensa del pueblo y de los sandinistas, la batalla político-ideológica en todos los escenarios, incluida las redes sociales; a continuar aportando con más trabajo y disciplina en las tareas de la comunidad y del Gobierno, a seguir dando la batalla soberana en el escenario internacional, a continuar exigiendo justicia por los sandinistas asesinados y la destrucción provocada.

El camino de solución de la crisis en Nicaragua parte del restablecimiento de la paz y la seguridad, del cese de la violencia y la desestabilización, para luego retomar o forjar un dialogo constructivo, que llegue a acuerdos de consenso sobre los principales problemas del país, uno de los cuales debe de ser (de ser necesario) por buscar y consensuar mediadores y testigos que sean equilibrados e imparciales y no golpistas.

Este dialogo y acuerdos  no deben violentar el marco constitucional, institucional y legal del país, y que sí implique un perfeccionamiento democrático –como ha dicho el Presidente- en las áreas que se requieran y sean consensuadas, para llegar con ello en mejores condiciones políticas, legales y técnicas a las elecciones del 2021; y con un acuerdo de estabilidad que comprometa a todas las partes que la lucha política no debe afectar el crecimiento y progreso económico y social de Nicaragua.

En este momento victorioso que vivimos, no debemos bajar la guardia, hay que estar alertas y movilizados para defender la revolución,  enfrentar y derrotar  a la ultraderecha y al imperio en  los escenarios que ellos planteen su accionar.

(*) Cientista Social e Historiador. Profesor Titular UNAN Managua.

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