- Más vencedores, victoriosos y combativos
- El imperialismo intentó frenar la victoria sandinista
- Fuerzas militares disfrazadas de pacifistas estuvieron a punto de intervenir
- La batalla por Managua hubiese tenido un sangriento desenlace
- Daniel garantiza que nadie morirá por hambre
David Gutiérrez López
La asunción al poder por la vía electoral del comandante Daniel Ortega, el 10 de enero del 2007, puso fin a 16 años de gobiernos neoliberales que saquearon las arcas estatales y privatizaron los sensibles servicios como la energía eléctrica, el transporte ferroviario, el vaso de leche escolar, la educación gratuita y obligatoria, y el desabastecimiento de los servicios de salud.
Desde el 2007 el gobierno presidido por el presidente Daniel se ha caracterizado por fomentar programas sociales de impacto que han mejorado las condiciones de vida de miles de familias nicaragüenses sin distingos de color político, raza o religión, con el sello revolucionario de ser un gobierno Cristiano, Socialista y Solidario, con profundo amor y respeto a los semejantes fundamentalmente con los pobres.
El 11 de enero del 2007 el primer decreto del presidente Daniel Ortega, fue dejar sin efecto la llamada autonomía escolar (que significaba pagar para que los niños fueran a la escuela) y restituyó el derecho a la salud y educación gratuita de los nicaragüenses.
El Bono Productivo, Programa Productivo y Alimentario, Construcción de 178 casas maternas, Amor a los más chiquitos, Usura cero, merienda escolar, Plan Techo, Casas para el Pueblo, Construcción de viviendas y entrega de lotes (programa Bismarck Martínez), son parte de 40 programas sociales que contribuyen a sacar de la extrema pobreza a centenares de familias del campo y la ciudad, garantizándoles la seguridad alimentaria, conocido y reconocido nacional e internacionalmente por organismos de Naciones Unidas. La pobreza general en Nicaragua se ubicaba en 48 por ciento, el gobierno sandinista lo redujo al 24 por ciento.
La extrema pobreza se redujo del 20 al 6.3 por ciento, en los último 13 años. El sandinismo logró erradicar la poliomielitis, enfermedad que cada año dejaba graves secuelas en la población infantil y con campañas constantes de fumigación y de acción comunitaria se han reducido las enfermedades de transmisión como el dengue, chikungunya y malaria, que también son causa de muerte.
En 2006 se contabilizaban 22 mil 83 trabajadores de la salud, en el 2020 existen 36 mil 649. En cuanto a médicos había en el MINSA 2 mil 715 médicos y actualmente se cuentan con 6 mil 182 médicos, triplicando la cifra de los héroes de batas blancas, permitiendo enfrentar y frenar la epidemia mundial de COVID 19, mejor que en países donde la salud es privada.
A lo largo de los últimos años se han construido 19 hospitales públicos con atención gratuita e integral. A estos se sumarán 7 modernos hospitales en construcción entre ellos en León, Chinandega, Ocotal y Puerto Cabezas.
El presidente Daniel Ortega nunca prometió la construcción de la carretera que uniera por tierra al Pacífico con el Caribe sur, pero cumplió y realizó un sueño de los caribeños de viajar desde Bluefields a Managua o viceversa por tierra, cuando durante 500 años solo se podía llegar por vía acuática y siglos después por vía aérea.
El 30 de abril de 2019 el comandante presidente Daniel Ortega inauguró la carretera Nueva Guinea-Bluefields, construida de concreto hidráulico, con los últimos 78.8 kilómetros que une al Pacífico con el Caribe.
El mandatario informó de negociaciones con empresas internacionales para construir el primer puerto de aguas profundas en la Costa Caribe, que facilitará y abaratará el transporte de mercadería y pasajeros con el resto del mundo por vía acuática.
Hasta antes del 18 de abril del 2018 la economía crecía a un acelerado ritmo en un promedio de 5 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto. A pesar del intento de golpe de Estado que por varios meses afectó seriamente la economía del país, se continuaron desarrollando los programas de construcción de infraestructura vial, ampliación de la red energética, logrando una cobertura en mayo del 97. 69% a nivel nacional, electrificando comunidades remotas.
Se continúa entregando los paquetes de alimentos solidarios, la merienda escolar, se continúa pagando cumplidamente los salarios a los empleados públicos y a los pensionados del Seguro Social.
Nicaragua ha implementado una estrategia de producción alimentaria nacional, ubicándose como el único país del área en lograr el 90 por ciento del consumo de su propia alimentación básica en granos y perecederos.
La producción de frijol, arroz y maíz se ha incrementado con la siembra de primera y postrera, ampliando áreas de cultivos para satisfacer la demanda nacional y de los países centroamericanos a la par de multiplicar la producción de carne bovina, porcina y aviar con el uso de nuevas tecnologías (inseminación artificial), fomentando también los huertos familiares, garantizando con ello, lo que expresó el comandante Daniel al inicio de la pandemia del Covid 19, el 15 de abril de este año. “Este es un pueblo que por hambre no se va a morir”.
Las sucias manos del imperio para impedir la Revolución
El 17 de julio de 1979 el embajador de Estados Unidos de Norteamérica en Managua, Lawrence Pezzullo, envió el telegrama en cifrado (secreto) 03250 en clave morse al Departamento de Estado, informando que Francisco Urcuyo Maliaños,(presidente del congreso de Nicaragua) fue designado por el dictador general Anastasio Somoza Debayle, como su sucesor, para hacer el traspaso de gobierno a una Junta de Gobierno, pero se negaba a entregar el mando, en tanto conminaba a las fuerzas insurrectas sandinistas a rendirse “ante el altar de la patria”.
Ese mismo día Somoza y una parte de su comitiva habían abandonado el bunker blindado en la explanada de Tiscapa, -contiguo a la actual Plaza Inter- rumbo a Miami, ante la presión de la guerrilla del Frente Sandinista.
Urcuyo, nacido en Rivas, médico de profesión y político de vocación, nombró al general Federico Mejía como nuevo jefe de la Guardia Nacional (G.N), brazo armado de la dictadura y del Partido Liberal Nacionalista (PLN), de los somozas.
La maniobra de última hora pretendía instalar un somocismo sin Somoza, momentáneamente, dejando intacta a la G.N con la promesa y esperanza que el dictador y su hijo Anastasio Somoza Portocarrero, “el chigüín”, retornaría pronto a retomar el poder. De esa manera planeaban frenar la victoria de la Revolución Popular Sandinista.
El diplomático y exguerrillero Aldo Díaz Lacayo, plantea en un análisis de 41 años de revolución, que desde el momento que Francisco Urcuyo, llamado “el tal Urcuyo”, por el comandante Fidel Castro, decidió romper el acuerdo logrado en Costa Rica, el Frente Sandinista NUNCA ha dejado de triunfar. Ha triunfado desde entonces a la fecha. Y seguirá triunfando.
Un mes antes, el 21 de junio de 1979, de hace 41 años el secretario de Estado del gobierno norteamericano Cyrus Vance, con directrices del entonces presidente Jimmy Carter, propuso el envío a Nicaragua de una fuerza intervencionista disfrazada de tropas de pacificación.
Al 17 de julio las fuerzas guerrilleras del Frente Sandinista habían logrado liberar las principales ciudades del país, faltando el último bastión por caer, Managua. León había sido liberada desde el 7 de julio, por el Frente Occidental Rigoberto López Pérez, convirtiéndose en la primera capital de la revolución y hasta donde llegaron los miembros de la Junta de Gobierno en avioneta desde Costa Rica, para tomar posesión, al frente de ellos el comandante Daniel Ortega Saavedra, de verde olivo con una ametralladora al hombro.
El 17 de julio el último reducto de la G.N en León, conocido como el Fortín de Acosasco, antigua fortificación construida en 1890, Cuartel General de la 12va compañía G.N, cayó ante el empuje de los guerrilleros.
La meta de la guerrilla era tomar Managua a toda costa, ante las maniobras de la G.N y de los Estados Unidos que mantenían tropas con aviones y helicópteros en Guanacaste, Costa Rica, listos a entrar en acción con el fin de mediatizar el triunfo sandinista.
La batalla por Managua
Parecía inminente una batalla d e resultados fatídicos insospechados. El mando político y militar del Frente Sandinista reorientó intentar una rendición rápida de la G.N para evitar mayor desgaste y derramamiento de sangre. La situación se aceleró al romper el acuerdo “el tal Urcuyo”, lo que permitió el desmoronamiento de las tropas de la G.N reducidas al perímetro de Managua, la capital del país, cuando ya la guerrilla había preparado un anillo envolvente para el asalto final.
A la salida de Somoza del país, informes de la época estiman que la mayor parte de la infraestructura económica estaba destruida, con un saldo de 35 mil muertos, 100 mil heridos, 150 mil refugiados, más de 40 mil niños huérfanos de guerra y un millón de ciudadanos sin empleo en situación deplorable, sufriendo de hambre por la falta de alimentos.
La “operación limpieza” de la guardia nacional no era necesariamente quitar obstáculos de las desoladas calles de Managua. Representaba asesinatos a sangre fría de familias enteras que se habían quedado en sus viviendas tras el repliegue de las fuerzas guerrilleras, registrada el 27 de junio, rumbo a Masaya.
Los jóvenes eran arrebatados de los brazos de sus madres, para momentos después ser asesinados por soldados somocistas drogados, llenos de odio diabólico inculcado por el somocismo. Los asesinaban al igual que mataron al periodista norteamericano Bill Stewart, el 20 de junio de 1979 en el barrio Riguero, imágenes que quedaron grabadas y recorrieron el mundo revelando la danza sanguinaria de Somoza.
El 18 de julio al finalizar la tarde, desde “Palo Alto” –centro de mando y comunicaciones del Frente Sandinista en Costa Rica- se iniciaron las conversaciones con el jefe del Estado Mayor de la G.N general Federico Mejía, poniendo fin a la batalla sangrienta por Managua que estaba a punto de estallar, relata en su libro La Epopeya de la Insurrección, el ex jefe del Ejército Sandinista comandante Humberto Ortega, con la participación como testigo, del fallecido y entonces Arzobispo de Managua Monseñor Miguel Obando y Bravo
Renuncia madrugadora
La madrugada del 19 de julio de 1979 el general Federico Mejía presentó su renuncia como jefe de la Guardia Nacional, ante el fracaso de lograr primero un cese al fuego y luego una rendición de sus tropas.
Cuando Mejía informó su renuncia, entregó el mando al coronel Fulgencio Largaespada y comunicó su decisión por radio a sus tropas; las únicas que quedaban en Rivas, Chinandega y Managua, Urcuyo y los jefes militares comenzaron la desbandada, huyendo, secuestrando aviones o esperando transporte aéreo de Cruz Roja y de países como El Salvador, Honduras y Guatemala.
El general Mejía organizó un convoy de 500 soldados y oficiales y emprendió su huida a Honduras por tierra, donde gobernaba una Junta Militar, de tres militares que presidía el general Policarpo Paz García (1978-1980).
El aeropuerto internacional, entonces llamado Las Mercedes, actualmente Augusto C. Sandino, se tornó un caos. Somocistas con sus familias buscaban abandonar el país, como ratas cuando se hunde el barco. Fue cuando las primeras tropas del norte llegaron al aeropuerto y todavía salían vuelos.
Esta situación aceleró la marcha de todos los frentes guerrilleros sobre Managua. En algunos puntos de la capital todavía quedaban reductos de desconcertados guardias asesinando a personas que salían eufóricos a celebrar la victoria, mientras en otros lugares se escenificaban breves combates como en Linda Vista y la carretera norte.
Esa noche del 19 de julio, muchos periodistas y guerrilleros que nos encontrábamos en el aeropuerto pernoctamos en el hotel Camino Real, ante el aviso de un fuerte combate a lo largo de la carretera norte. Se tuvo que esperar el amanecer para ingresar al centro de la capital, cuando el 20 de julio entraban triunfantes las tropas guerrilleras y la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), todos en un camión del Cuerpo de Bomberos que salió del antiguo parque Las Piedrecitas, rumbo a la nueva Plaza de la Revolución, donde se celebró con una emoción desbordante, fusiles en alto y al grito de consignas, la gran victoria.
1979 Año de la liberación
De julio a diciembre de 1979, la Junta de Gobierno llamó Año de la liberación a ese periodo de cinco meses y 19 días que sirvió para iniciar la formación de un nuevo Estado, con un nuevo ejército, policía, ministerios y la tarea de reconstruir una economía en bancarrota, porque Somoza y sus allegados saquearon hasta el último dólar y córdoba de las arcas nacionales.
La JGRN aprobó el 20 de julio el Estatuto Fundamental de la República y el 21 de agosto, un mes después, el Estatuto de Derechos y Garantías de los Nicaragüenses, derogando la constitución somocista.
1980 Año de la alfabetización
El año 1980 inició con todos los preparativos para las más hermosas de las jornadas revolucionarias, cumpliendo con el mandato del programa histórico del FSLN y de su impulsor el comandante Carlos Fonseca Amador, de “Y también enséñenles a leer”.
El comandante Daniel Ortega y doña Violeta Barrios entonces miembros de la JGRN, viajaron a Roma a una audiencia con el Papa Juan Pablo II, quién bendijo la Cruzada Nacional de Alfabetización, donde más de 115 mil muchachos y muchachas se lanzaron a campos y ciudades, logrando reducir de un 50% de iletrados a un 12% en seis meses.
La alfabetización ha continuado en 41 años con educación gratuita, llevando a las aulas universitarias a obreros e hijos de campesinos que se han graduado de médicos, ingenieros, maestros, pilotos, militares, comunicadores y otras profesiones.
1981 Año de la Defensa y la Producción
El 20 de enero de 1981 Ronald Reagan, actor de películas de vaqueros de Hollywood y político del partido republicano de Estados Unidos, asumió el poder, iniciando la era Reagan en contra de Nicaragua, por su buen ejemplo en masificación de la educación, llevando salud gratuita a la población y su solidaridad con
los pueblos centroamericanos que luchaban por su liberación, principalmente El Salvador, que recibía armas y avituallamiento para la guerrilla del Frente Farabundo Martí.
Reagan ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) organizar y financiar un ejército de contrarrevolucionarios principalmente con ex guardias refugiados en Honduras, Costa Rica y Miami, llamados posteriormente contras, como punta de lanza para derrocar a los sandinistas.
En la esfera internacional predominaba la “guerra fría” entre el campo socialista, encabezada por la Unión Soviética y los Estados Unidos. Nicaragua contaba y cuenta todavía con el apoyo de muchos países de la comunidad internacional que condenaban las acciones criminales financiadas por el gobierno de Reagan.
1982 Año de la Unidad frente a la agresión
Este año estuvo marcado por una cadena de acontecimientos críticos; el incremento de acciones armadas de la contra, fuertes lluvias e inundaciones dañando cosechas de granos, frijoles y maíz en los meses de mayo y junio, concluyendo con una sequía, afectando la vida económica del recién formado Estado revolucionario sandinista.
Sumado al bloqueo económico impuesto por Reagan como parte de la guerra declarada, cuando retiró a la Standard Fruit company, compañía bananera, impuso la reducción de las cuotas de azúcar en 90% y amenazó sobre la supresión de importación de cuotas de carne de res.
1983 Año de la lucha por la paz y la soberanía
El 4 de marzo de 1983 el papa Juan Pablo II, Karol Wojtyla, llegó por primera vez a Nicaragua, durante una visita de once horas, en medio de fuertes contradicciones con un sector de religiosos católicos, que formaban parte del gobierno revolucionario que abrazaban la teología de la liberación. Una manta colocada en el aeropuerto Augusto C. Sandino rezaba “Bienvenido a la Nicaragua libre gracias a Dios y a la Revolución”.
Un día antes en la plaza 19 de julio cercana a la UCA una multitud había velado y llorado los cuerpos de jóvenes asesinados por la contra en San José de las Mulas. Las madres y el pueblo pidieron al pontífice una oración por los muertos y por la paz.
“Queremos la paz, queremos la paz” coreaba la multitud”. La primera que quiere la paz es la Iglesia” respondió el papa polaco, sin pronunciar la esperada oración por los muchachos muertos.
El 13 de septiembre de ese año se aprobó la Ley del Servicio Militar Patriótico, (SMP) Decreto Ley 1327 que permitía el reclutamiento de hombres y mujeres a las estructuras de defensa militar. La agresión contrarrevolucionaria cada vez se incrementaba provocando daños a la infraestructura económica, secuestro de productores campesinos a fin de lograr el derrocamiento y fin de la Revolución.
El 7 de enero de 1983 en la isla de Contadora, en Panamá, a instancias del presidente mexicano Miguel de la Madrid Hurtado, se conformó el Grupo Contadora, con cuatro países; México, Venezuela, Colombia y Panamá, con la misión de encontrar cauces de paz en Centroamérica, Guatemala, El Salvador y Nicaragua que se encontraban en conflictos armados.
1984 A 50 años…Sandino Vive
El 4 de noviembre de 1984 se celebraron en Nicaragua las primeras elecciones generales y libres para elegir presidente de la República y representantes ante la Asamblea Nacional, hecho que no ocurría desde la década de 1930 cuando comenzó el poder de la familia Somoza.
Votaron 1 millón 200 mil ciudadanos, registrándose una participación del 75 por ciento, de un 94 por ciento de la población apta para ejercer el voto, con un resultado de abrumadora victoria para el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que por primera vez se convertía en partido político y participaba en una contienda electoral. El candidato sandinista Daniel Ortega obtuvo el 66.97% para gobernar desde 1985-1990, pese a la agresión militar y el boicot económico.
1985 Por la paz todos contra la agresión
Los primeros seis meses de este año fueron de consolidación de las fuerzas de defensa militar de la revolución, con la formación y puesta en práctica de los famosos e importantes Batallones de Lucha Irregular (BLI), constituidos por jóvenes entrenados para la guerra y asistidos por equipos como helicópteros de fabricación soviéticas y armamento sofisticado que comenzó a causar serios estragos en las filas de los contras.
Se cortaron rutas de infiltración y retirada de los contras a territorio hondureño, principalmente en la zona norte de Nicaragua. Ese control fronterizo disminuyó la presencia de contras en el territorio nacional.
A la par que se establece el plan de defensa militar, se avanzó en la Reforma Agraria y en el plan de reasentamiento campesino, los que constituyeron factores políticos-sociales de gran importancia que se fueron imponiendo y derrotando la agresión.
1986 A 25 años, todas las armas contra la agresión
El domingo 5 de octubre de 1986 un grupo de muchachos de un Batallón de Ligero Cazadores, (BLC) se disponía almorzar carne y sustancia de mono en medio de la montaña de Río San Juan, cuando escucharon el ronronear de un avión. Los flecheros (arma sofisticada, cohete de fabricación rusa para derribar objetivos en vuelo) fue disparada pegando en el avión DC-3, momentos después vieron descender en paracaídas cuatro bultos entre ellos los de un hombre. Corrieron a buscarlo y capturaron al norteamericano Eugene Hassenfus, quien confesó que la contratación y el financiamiento era de la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA).
En la cabina del avión quedaron tres cuerpos, presuntamente de norteamericanos y un cargamento de fusiles, botas, y municiones, lo que sirvió de pruebas irrefutables de Nicaragua para acusar a la administración Reagan de agredir al pueblo nicaragüense, dando pie para ganar la demanda ante la Corte internacional de la Haya que condenó a EEUU a indemnizar a Nicaragua por 17 millones de dólares.
La administración Reagan fue sacudida entre 1985-1986 por el escándalo Irán-Contra, conocido también como Irangate, cuando se probó la venta de armas de EEUU al gobierno iraní para su guerra contra Irak y financió a la contra nicaragüense con dinero sucio ensangrentado proveniente de la venta de cocaína y otras sustancias en las calles de EEUU.
1987 Aquí no se rinde nadie
El 9 de enero de 1987 entró en vigencia la Constitución Política de Nicaragua, la primera en el periodo revolucionario, cuando el país se encontraba bajo amenazas de invasión y de agresión permanente de los Estados Unidos con los contras. En la Carta Magna se establece que la independencia, la soberanía y la autodeterminación nacional son derechos irrenunciables del pueblo y fundamentos de la nación nicaragüense.
En la misma se garantiza el pluralismo político, la economía mixta y el no alineamiento. Así mismo establece que la lucha por la paz y el establecimiento de un orden internacional justo, son compromisos irrenunciables de la nación nicaragüense.
En Guatemala, los presidentes cent roamer icanos acuerdan establecer un plan de paz conocido como “Esquipulas II” que fundamentalmente establece un balance militar en la región al reducir el número de efectivos en los ejércitos y el desarme de los grupos insurgentes (guerrilleros salvadoreños, guatemaltecos y la contra.
1988 Por una paz digna, Patria Libre o Morir
Este año está marcado por los acuerdos de Sapoá, en Rivas Nicaragua, que establecen un acuerdo entre el gobierno sandinista y la contra de iniciar un cese al fuego y el desarme, desmovilización y reinserción a la vida civil de sus miembros bajo la supervisión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El Ejército Sandinista dotado de moderno y fuerte armamento, organizó y ejecutó la Operación Danto 88 que consistió en atacar con todo el poder de fuego a bases de contras ubicadas a lo largo de la frontera entre Nicaragua con Honduras, dejando claro la superioridad en fuerzas y capacidad de movilización.
La operación duró desde el miércoles 2 hasta el domingo 20 de marzo de 1988, situación que golpeó fuertemente a las unidades de contras que perdieron hombres, armamento y equipos, logrando los sobrevientes internarse en la espesura de territorio hondureño. Esta situación obligó a los contras a sentarse a negociar en situación de desventaja firmando el 23 de marzo el acuerdo definitivo para la paz.
1989 Año del Décimo aniversario
La guerra impuesta por el imperialismo norteamericano a fin de acabar con la segunda revolución armada triunfante en América Latina después de la Cuba de Fidel en 1959, dejaba graves secuelas en la economía de Nicaragua con hiperinflación altísima, un grave desabastecimiento en productos de primera necesidad y alimentos. El campo socialista anunciaba que ya no podía seguir contribuyendo con
Nicaragua como antes por situaciones complejas internas, que los obligaban a replantearse su política exterior, principalmente la Unión Soviética. Ese mismo año la dirección del FSLN y el gobierno deciden adelantar las elecciones generales para febrero de 1990.
1990 Año de la paz y la reconstrucción
El 25 de febrero de 1990, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que había tomado el poder por las armas, instaurando un período revolucionario que fue asediado, hostigado y agredido militar y económicamente durante diez años, entregaba el poder al perder las elecciones generales, contra una unión de 12 partidos, logrando un 54% de los votos, en tanto el FSLN un poco más del 40%.
A criterio de Díaz Lacayo, “no perdimos, porque comenzamos a gobernar desde abajo”.
Los gobiernos neoliberales saquearon Nicaragua
Aquí comenzaron los casi 16 años de neoliberalismo, una doctrina económica diferenciada del liberalismo, que junta las ideas del fascismo, nacionalismo, socialismo y comunismo que se desarrolló en la década de los años 30, tomando auge después de la Segunda Guerra Mundial.
Entre las principales características del neoliberalismo destacan: La privatización, consiste en que los derechos adquiridos como educación, salud, seguridad, la banca, la energía y hasta el agua potable deben ser administradas por entidades privadas, en vez de ser el Estado.
En Nicaragua estos gobiernos comenzaron la corrupción, saqueo de los fondos del Estado, venta de los bienes nacionales del pueblo, como el ferrocarril, cuyas máquinas, vagones y hasta las líneas (rieles) fueron negociadas a precio de chatarra, despojando a la población del Pacífico de un medio de transporte barato y seguro. Así acabaron con el Ferrocarril de Nicaragua (FCN).
El gobierno de la UNO con la señora Violeta de Chamorro entró en constantes pleitos contradicciones por la ambición de ocupar destacados puestos en el gobierno, en una repartición sin precedentes en la historia nacional. Al poco tiempo muchos se desencantaron y abandonaron la alianza.
Gobierno liberal de Alemán
El 10 de enero de 1997 comenzó el periodo de gobierno de Arnoldo Alemán Lacayo, como líder del Partido Liberal Constitucionalista. Es considerado uno de los 10 jefes de Estado más corruptos del mundo. Su gobierno se caracterizó por el saqueo del erario público, ocupando el octavo lugar entre los más corruptos del planeta.
Gobierno de Bolaños
Enrique Bolaños Geyer, fue presidente de Nicaragua del 10 de enero del 2002 al 10 de enero del 2007, conservador de pensamiento y de partido, pero ganó las elecciones apadrinado por Arnoldo Alemán, del PLC. Una vez en el poder tomó distancia de Alemán y le destapó la “guaca” fortuna y despilfarros sacados del erario nacional, llevándolo a prisión.
Su gobierno se caracterizó por continuar quitándole al pueblo sus beneficios, como el vaso de leche que se les ofrecía a los niños en las escuelas. También es mal recordado por la población por los constantes apagones de energía eléctrica al no contar con las plantas generadoras suficientes.