Carlos en el respaldo popular a la gobernabilidad sandinista

Dedicado al espíritu combativo de Maira Reyes Sandoval y su pragmatismo romántico, en la formación de principios humanísticos y patrióticos para la sostenibilidad sandinista.

Xavier Díaz-Lacayo Ugarte

Como una invitación atractiva, las cualidades intelectuales y políticas de Carlos hay que incorporarlas al común denominador de la población nicaragüense de manera específica, en trabajo de hormiga, contagiando principalmente a cada joven al aprovechamiento de los procesos de crecimiento del país.

Su ejemplo llama a ofrendarle tiempo a la patria, aprovechando individualmente el estudio y la comprensión de la promoción de las oportunidades de desarrollo, para entender de ellas la complejidad de las relaciones de bienestar entre los componentes sociales; procurando una inclusiva y efectiva gobernanza.

Carlos encontró múltiples inquietudes naturales contra la dictadura somocista y a favor del poder popular. En varias de ellas encabezó formas de lucha en pro de las reivindicaciones de los pobladores del campo, los analfabetas, los ancianos, los huérfanos y las mujeres cabezas de familia, entre otros grupos vulnerables excluidos. Los exhortó, a cada uno en su lenguaje, a unificar los criterios de desarrollo en función de la identidad colectiva del pueblo nicaragüense.

Por priorizar la identidad como fundamento de doctrina, se destaca como ideólogo del FSLN, privilegio nítidamente compartido con Aldo Díaz Lacayo por el acierto transversal de la metódica de la identidad. En ésta logran descifrar, adaptar e incorporar la teoría revolucionaria universal a la praxis latinoamericana de los movimientos revolucionarios organizados a mediados del siglo XX a través del rescate de la gesta heroica de Sandino que combatió, derrotó y expulsó de Nicaragua al ejército más poderoso del mundo.

Juntos forman parte de ésa herencia sandinista, a través de la guerrilla de Ramón Raudales, con Santos López y otros miembros remanentes del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.

Esos revolucionaros analizaban críticamente los fenómenos de las revoluciones cubana y mexicana; y de las células del socialismo latinoamericano, con sus influencias independentistas y liberacionistas. Obligadamente escudriñaron las personalidades éticas y morales de José Martí y Simón Bolívar, desde la fortaleza de sus sentimientos indigenistas y nacionalistas como atributos de identidad.

Sandino: luz y verdad del FSLN

Carlos interioriza esa identidad para su crecimiento y lidera el eslabón de esa herencia programática de Sandino para la fundación del FSLN. A partir de ahí teoriza el Ideario Político de Sandino, e invita a honrarlo y defenderlo como plataforma de unidad de lucha revolucionaria por un cambio de relaciones de poder en el país, convirtiéndola en lucha sandinista. Co-elabora y actualiza el Programa Histórico del FSLN junto a Daniel, otros cuadros, y héroes y mártires. Merecidamente a Carlos se le considera el padre, y a Daniel el líder indiscutible de la Revolución Popular Sandinista.

La fusión de identidad de casi la totalidad de los nicaragüenses hacia esos principios del FSLN, conquistó el poder popular en 1979, y lo sostiene con fidelidad a esos preceptos con autodeterminación y soberanía. Así, Carlos vive en el respaldo a la gobernabilidad sandinista, a través del Pueblo Presidente. Estos son los parámetros que podemos destacar para su analogía:

Dinámica socialista en la nación. Desde el marxismo-leninismo se interpretan las formaciones socioeconómicas –comunidad primitiva, esclavista, feudalismo, monarquía, socialismo, capitalismo, comunismo científico y capitalismo salvaje o imperialismo– para justificar el sandinismo como modelo inclusivo de crecimiento socioeconómico y desarrollo humano, con prioridad a la erradicación de la miseria, la reducción de la pobreza y el balance entre los modos, medios y relaciones sociales de producción; así como los medios y fuerzas de trabajo.

Esos hoy son resultado de políticas públicas sociales, económicas, financieras y monetarias en Nicaragua, inscritas en un Plan Nacional de Desarrollo Humano acreditado en los foros multipolares del planeta y complementado con las relaciones -entre iguales- con otros modelos socialistas de convivencia, como Cuba, Venezuela, Rusia, Irán y China, entre otros pueblos hermanos del mundo.

Carlos colocó el amor a Sandino y no el odio a Somoza en el pensamiento de los nicaragüenses que participaban de las diferentes formas de oposición en los centenares de motivos y decenas de movimientos, algunos de células, también existentes. Sustituyó el ego del tirano de ser el centro de la atracción y colocó a Sandino para leerlo, estudiarlo, interiorizarlo y reproducirlo con autenticidad. Dignificó la agenda pública y popular al colocar al oprimido encima del opresor.

Dice Aldo Díaz Lacayo: “(…) Carlos nacionaliza la revolución. Hasta entonces todos los movimientos, inclusive los de liberación nacional que no se identificaban plenamente como marxistas leninistas –los movimientos de África principalmente–, siempre se habían presentado como marxistas, pero nunca como nacionalistas, sino como internacionalistas. Carlos Fonseca es el primero que, en esa búsqueda, encuentra a un personaje nacional importantísimo como Sandino, su guerra y su pensamiento; para adecuarlo al pensamiento revolucionario (…) y no es que Sandino sea un desconocido para todos los revolucionarios anteriores a Carlos en Nicaragua.

Basta decir que desde 1934, hasta 1948, la mayoría de los movimientos revolucionarios nicaragüenses fueron sandinistas, dirigidos por viejos sandinistas, pero nunca habían usado el nombre de Sandino. Si bien es cierto que en La Habana se discutía qué nombre había que ponerle al movimiento, todo mundo lo citaba como una referencia histórica, pero no como un pensamiento revolucionario. Que son dos cosas completamente distintas. Carlos acertó. (…)”.

El ideario de Sandino: alma de la revolución

Estos son los atributos del Ideario Político de Sandino rescatado por Carlos:

— El nacionalismo de Sandino, es un manifiesto de identidad que despierta al presenciar la macabra exhibición del cadáver de Benjamín Zeledón por tropas norteamericanas que entonces ocupaban el país; asesinado, mientras defendía los alcances de una revolución liberal, ante la indignación de testigos y del espíritu creciente de Sandino. Zeledón fue siembra.

La cosecha del FSLN acompañó, primero, el triunfo del pueblo en 1979 sobre la dictadura somocista; segundo, la defensa de la revolución durante la década de los ´80; tercero, el “Gobierno Desde Abajo” durante 16 años de neoliberalismo despiadado; cuarto, la reconquista del Poder Ciudadano por la vía electoral en 2007; y quinto, la defensa digna e inteligente del 2018 contra el intento fallido de golpe de Estado.

— El indigenismo de Sandino, es un valor alcanzado por el General en la búsqueda de su propio ser, surgiendo de la pobreza con raíces intrínsecas con nuestros antepasados de origen. Al exigirse a conocer más, estudiar, ampliarse y viajar, descubre de las analogías de identidad social y cultural del continente y las Antillas para fortalecer su orgullo de raza que Carlos identifica claramente.

En los tiempos actuales ese orgullo es manifiesto en las decisiones soberanas del país frente a los poderosos del mundo unipolar. No ha habido época -desde la conquista española- con mejores oportunidades para el rescate, restitución y promoción cultural de nuestros pueblos originarios, las costumbres y herencias. El FSLN es la reivindicación de la resistencia indígena, negra y popular, a favor de la calidad de convivencia armoniosa y la espiritualidad.

— El indohispanismo de Sandino, es un atributo de raza que identifica en los poblados en su ruta a México, lo cultivó en las relaciones humanas con literatos, teosofistas, anarquistas, sindicalistas y reproductores de ideales de la revolución mexicana. Tuvo la influencia del pensamiento de Martí y Bolívar, fusionando las identidades indigenistas y mestizas a las causas de libertad de los pueblos anteriormente dominados por colonias europeas, de cara a una Segunda Independencia. Sin embargo, Sandino fue siempre un hombre humilde que nunca fue sabio en su propia sabiduría. Fue anti chovinista.

— El internacionalismo de Sandino, nace al interactuar contra el gobierno de EEUU en negación a la venta de la soberanía de su país bajo la advertencia que éstos eran la nueva forma de dominio colonial, los neocolonialistas. El argentino Gregorio Selser recrea el ambiente político y social de ésa época:

Estandarte ideológico

“En su pueblo natal no encontró, al parecer, trabajo, o no se entendió con su padre. Lo cierto es que deambuló por diversas zonas hasta unirse a un grupo de obreros contratados para las minas de oro de San Albino, cercanas a la frontera con Honduras. Fue ahí donde Sandino tomó por primera vez conocimiento íntimo de las tribulaciones de los trabajadores de su patria al servicio de empresas extranjeras.

Pagados malamente con cupones sin valor adquisitivo fuera de las tiendas pertenecientes a la compañía propietaria, naturalmente norteamericana; constreñidos a trabajar hasta quince horas diarias; sin atención médica, albergados en galpones donde debían dormir en el suelo; mal alimentados, vigilados, odiados, expoliados, estos obreros fueron los primeros soldados en la lucha que Sandino emprendió para liberar a su patria”.

Hoy las oportunidades en la educación técnica y superior potencian los atributos de dignidad que la revolución ofrece, para ser aprovechado de acuerdo a cada vocación y aptitud. En la búsqueda del bienestar, la ciudadanía cierra brechas y permite un conglomerado de satisfacción social -y humana- más equilibrado y estable, repercutiendo en la aprobación de las mayorías a la gobernabilidad.

Con sistema socioeconómico creador de riquezas y diferente al capitalismo, Nicaragua sobresale en el cumplimiento de acuerdos regionales en el ALBA, CELAC, SICA por su posición de respeto a la autodeterminación de los pueblos.

— El antimperialismo de Sandino, surge como estandarte ideológico desde su negativa de rendición frente a las tropas del protectorado norteamericano que se instaló en Nicaragua para saquearla. El respondió: (…) Recibí su comunicación ayer y estoy entendido de ella. No me rendiré y aquí los espero. Yo quiero patria libre o morir. No les tengo miedo; cuento con el ardor del patriotismo de los que me acompañan (…)”. Sandino es Padre del Anti Imperialismo regional.

Como aberración a la dignidad nacional, Carlos rescata de Sandino la advertencia de peleles: (…) “Sin embargo, ya en el teatro de los acontecimientos, me encontré con que los dirigentes políticos, conservadores y liberales, son una bola de canallas, cobardes y traidores, incapaces de poder dirigir a un pueblo patriota y valeroso. Hemos abandonado a esos directores, y entre nosotros mismos, obreros y campesinos, hemos improvisado a nuestros jefes (…) “.

En la actualidad, Nicaragua es estandarte de defensa contra el neocolonialismo imperialista y de promoción de la cosmovisión multipolar. Hay que destacar que en la sede del congreso norteamericano hay una pared con estrellas que representan las victorias de EEUU como invasor; y otra pared donde existen solo dos, sus derrotas: Sandino en Nicaragua y Vietnam.

Una prominente tendencia a la paz

Aunque los esfuerzos por una transformación social y política obligaron al sacrificio del combate popular guerrillero, Carlos sostenía: “(…) declaramos que nos tiene sin cuidado el plomo del enemigo y el veneno de los traidores, serán derrotados por el fuego de los héroes y la sangre de los mártires (…)”. Promovió una prominente tendencia a la paz. “(…) implacables en el combate, generosos en la victoria (…)”, advertía como referente de valores revolucionarios y del respeto humanístico, incluso frente a los enemigos de la humanidad.

Carlos trazó la prioridad de estabilidad para vencer terrorismo, injerencismo mediático, narcotráfico, crimen organizado y trata de personas; defendiendo a nuestra población ante el peligro de todo tipo de desestabilización. En Nicaragua con la paz y estabilidad no se juega, no son negociables con nadie. Indicador absoluto de la satisfacción ciudadana a la gobernabilidad sandinista.

Junto a la jefatura actual del FSLN, Carlos unificó la propuesta ideológica para garantizar la unidad de orientaciones en Nicaragua en la conducción de la Revolución Popular Sandinista, hacia el beneficio integral y común de la nación.

En la actualidad, la ideología sandinista fundamenta la democracia directa participativa en el país, con dinámicas que nutren la comunicación ciudadana para que la población descubra, participe y amplíe sus oportunidades de realización. También para que ejerza su derecho de auditoría social y opine sobre la capacidad y sensibilidad de sus gobernantes, así como que evalúe la confianza y esperanza que Daniel y Rosario inspiran a los nicaragüenses.

El FSLN tiene contundente capacidad política evidenciada en la conquista del 100% de las municipalidades y hoy el apoyo hacia la gestión de Daniel y Rosario, que generan confianza y esperanza, es superior al 90%, al igual que la sensibilidad de solución a los problemas del país.

La sensibilidad de Carlos está hoy en nuestros gobernantes y a partir de ellos en la invitación permanente que promueven hacia la formación humanística de las generaciones venideras. Su terquedad prevalece el estoicismo de no dar tregua a la erradicación de la miseria y el combate a la pobreza, en las propuestas técnicas y éticas para el desarrollo.

El Pueblo Presidente prioriza a Dios, a Sandino y a los valores revolucionarios como auténticos referentes para la unidad frente a la diversidad, defendiendo la base ideológica del poder popular desde la humildad de la atracción. En Nicaragua gozamos de una mística revolucionaria, donde Carlos Fonseca es semilla ejemplar por su distinguida autoridad moral.