Carlos: ideólogo, visionario y estratega de la Revolución

Carlos: ideólogo, visionario y estratega de la Revolución

Fredy Franco (*)

Carlos Fonseca fue un ser excepcional, estudioso, de convicciones, de ideas y de acción por la transformación de Nicaragua, por el triunfo de la Revolución, con descollante liderazgo en la formación del Frente Sandinista, constructor del concepto de Revolución Popular Sandinista, de ideología y convicción sandinista, y de una acción revolucionaria vinculadas a la lucha y al combate de los militantes del FSLN.

1 Forjando la conciencia, la organización y el método de lucha

Desde muy joven, Carlos Fonseca buscó un grupo organizado y un instrumento de lucha que dejara atrás a los partidos tradicionales libero-conservadores. Y por eso se vinculó a movimientos políticos existentes como la Unión Nacional de Acción Popular (UNAP), de los que dijo “eran unos almidonaditos”; y de la Juventud Socialista, sobre todo en los años 50 del siglo pasado, que -aunque estudiosos de la teoría marxista- no vieron en Sandino un referente revolucionario y usaban la vía cívica y no la lucha armada como método, que en condiciones de una brutal dictadura tenía poquísimo o nulo impacto.

Fueron varios factores que se combinaronyque forjaronel compromiso revolucionario de Carlos Fonseca, dedicándose con más fuerza a buscar los caminos de la Revolución a partir de 1954, pues llegó al convencimiento que ninguna fuerza o grupos políticos existentes podrían hacer un cambio real en el país.

Influirá también en esa búsqueda la experiencia revolucionaria de Jacobo Arbenz en Guatemala y su brutal derrocamiento por el imperio yanqui en 1954, la acción justiciera de Rigoberto López Pérez contra el dictador Anastasio Somoza García en 1956, y que el nombre de Sandino comenzara a resonar en la juventud y en los estudiantes en las aulas universitarias por 1958.

Ese mismo año se dio la experiencia guerrillera del veterano sandinista Ramón Raudales en Yaule, en el Norte de Nicaragua y la de El Chaparral en 1959, en la que participó Carlos Fonseca y donde salió gravemente herido. También se dio el triunfo de la Revolución Cubana, de gran influjo político-moral en la lucha revolucionaria en Nicaragua e igualmente de efectiva ayuda para el avance de las luchas revolucionarias en el continente.

En ese proceso de búsqueda y de construcción de manera intensa y  heroica, formó en un período de tres años varias organizaciones que tuvieron vidas efímeras, como Juventud Patriótica y el Movimiento Nueva Nicaragua, antecedente inmediato del FSLN.

Todo ello fue propiciando las condiciones para el nacimiento de una organización revolucionaria. Se fue construyendo la conciencia, la necesidad de organizarse y aglutinarse con un método de lucha diferente. En 1960 Carlos ya tenía la convicción “que la lucha armada revolucionaria es el único camino que puede conducir a un cambio revolucionario en Nicaragua; que teníamos que agrupar a los elementos revolucionarios nicaragüenses y organizarlos bien”.

2 Su amplia ideología revolucionaria: el Sandinismo

Carlos Fonseca desde muy joven desarrolló una labor intelectual de estudio de la teoría, de la experiencia patriótica y antimperialista de Sandino, haciendo distintas publicaciones contra el sistema dictatorial y promoviendo la conciencia del pueblo y la necesidad de la lucha.

En 1960, en su escrito la “Lucha por la transformación de Nicaragua”, plantea: “Podemos llegar ya a la conclusión de que es el pueblo, la masa mayoritaria, la más sufrida, la que posee mayor interés en el país porque se lleve a efecto una transformación, o sea que se realice una revolución que, por decirlo, invierta y vuelva al revés todos los órdenes de la vida en Nicaragua”.

Ahí también planteaba una amplia ideología revolucionaria basada en la lucha de Sandino, el Sandinismo, pero que igualmente sumaba la teoría revolucionaria, las experiencias revolucionarias y todas las tradiciones políticas que podrían aportar o ser congruente con la lucha revolucionaria.

Carlos encontró en Sandino el método y la táctica político-militar guerrillera, su clasismo, la reivindicación de las clases trabajadoras, de obreros y campesinos, como escribió “Sandino Proletario”. Su clara oposición a la oligarquía. Su claro antimperialismo. Los claros valores de la lucha: de justicia e igualdad social, de solidaridad humana, de internacionalismo y latinoamericanismo.

Con esas posiciones y convicciones se formó ese grupo revolucionario con más homogeneidad, que nació al inicio como Frente de Liberación Nacional (FLN), de 1961 a 1963; el Frente, como elemento aglutinante de lo mejor: de lo patriótico, de lo revolucionario. Siendo el Frente el nombre distintivo de muchos movimientos de Liberación Nacional que luchaban por la independencia, la soberanía, contra colonialismo y el neocolonialismo (el imperialismo) en América Latina, Asia y África.

Después de los preparativos de ese primer grupo, aunque más homogéneo en términos político-ideológicos, cayó en la práctica guerrillera invasionista, que era preparar la acción en el exterior, en este caso en Honduras. Sin embargo, al dar pasos para tener posiciones en la parte noreste de Nicaragua, fueron identificados y atacados brutalmente por la guardia somocista y el Ejército hondureño, donde cayeron varios compañeros del grupo fundador del FSLN.

Esa primera acción guerrillera de Raití y Bocay en 1963, fue el primer revés militar de la organización, pero sirvió de experiencia para las próximas acciones, como la de Pancasán en 1967, que se organizó en el centro del país considerando varios factores: la organización y trabajo político- organizativo en el terreno y su vínculo con la ciudad.

Después de la experiencia de Raití y Bocay, y tras la gran batalla ideológica de Carlos Fonseca que el nombre de la organización debía tener el distintivo Sandinista, es que ya se da a conocer como Frente Sandinista de Liberación Nacional en los años 1963 y 1964.

Por eso no es casualidad que en su alegato “Desde la cárcel yo acuso a la dictadura”, en julio de 1964, dice: “Naturalmente que el Partido Sandinista, el partido de la nueva generación, no será con meras palabras que habrá de demostrar que tiene la razón. Nuestra razón será nuestra fuerza dentro del pueblo”.

3 Visión estratégica, visión victoriosa

En varios escritos, proclamas, entrevistas y con su liderazgo y enseñanzas, Carlos Fonseca dejó esbozado en líneas generales la estrategia culminante que debía desembocar en el triunfo de la revolución. Lo primero es que se requería disponer de un instrumento revolucionario de lucha. Que creadas ciertas condiciones políticas de descrédito y rechazo al sistema dictatorial, se irían creando las condiciones subjetivas para su derrocamiento.

El accionar guerrillero en las montañas y la insurrección en las ciudades, en una dialéctica en que la ciudad se convierta en el epicentro de la lucha. Que en su maduración se convierta en Insurrección Final, consolidada por Huelga Popular o Huelga General, todo lo cual será el golpe final y definitivo que marcará el derrumbe del aparato de la dictadura.

La masiva participación del pueblo, el pueblo en armas, las amplias alianzas y la huelga, al mismo tiempo, liquidará toda maniobra tendente a mediatizar el triunfo de la revolución por medio del proyecto reformista de la derecha y del imperialismo de “Somocismo sin Somoza”, permitiendo el triunfo de la Revolución.

Esa masiva integración del pueblo tiene un actor central; la juventud. La juventud, la más vinculada al triunfo combatirá a la dictadura sin regatear sacrificios ni esfuerzos. Todo ello demandaba una premisa esencial: la unidad de la fuerza revolucionaria, unidad en la acción, una sola dirección revolucionaria y una actuación beligerante en todos los frentes de lucha.

Si evaluamos la coyuntura, las contradicciones y lucha post-terremoto de 1972, hasta el 19 de julio de 1979, Carlos Fonseca visionó esa dinámica y sus resultados: el triunfo de la revolución; mayor descrédito de la dictadura, aumento de las contradicciones inter-burguesas y distintos sectores comienzan un creciente descontento anti dictatorial. Cada vez la dictadura usará la represión y algunas maniobras políticas para sostenerse.

El FSLN provocó distintos golpes como el de diciembre de 1974 y el de agosto de 1978, y junto a ello se marcó la ruta victoriosa, la estrategia insurreccional, que llevó el accionar creciente en las ciudades a partir de octubre de 1977, que fue creciendo en 1978 con la insurrección de septiembre, la unidad del FSLN en marzo de 1979, la ofensiva final de junio- julio de 1979, que combinó la Insurrección en todas las ciudades y la liberación de éstas, el avance de los frentes guerrilleros, la Huelga General.

Además, fueron derrotadas las maniobras imperialistas y burguesas que se intentaron de 1977 a 1979. El FSLN mantuvo la iniciativa política y militar en ese período. Forjó alianzas, como la del Grupo de los 12 y del Frente Patriótico Nacional, y la unidad de las organizaciones populares en el Movimiento Pueblo Unido (MPU).

Todos esos factores combinados, con el heroísmo del pueblo, con una sola dirección revolucionaria y un reconocimiento casi total del FSLN como vanguardia, hizo posible el derrocamiento revolucionario de la dictadura y el triunfo de la Revolución.

A 88 años de su natalicio que hoy 23 de junio celebramos, Carlos Fonseca está presente en el corazón y en la conciencia del pueblo hecho FSLN y hecho Revolución Popular Sandinista, sus dos grandes construcciones que avanzan con esos mismos ideales y haciendo las transformaciones revolucionarias que él esbozó en el Programa Histórico de 1969.

(*) Cientista Social e Historiador. Profesor Titular UNAN-Managua.

5 Comments

  1. cada dia aprendemos de su legado
    y nos fortalecen sus escritos como es bajo la bandera del sandinismo es una bíblia llena de filosofia de amor patrio.el comandante carlos fonseca es de los muertos que viven siempre en su patria sandinista
    patria libre o morir
    siempre mas alla

  2. Una recopilación extraordinaria de la lucha participativa de nuestro héroe.
    Que a 88 años de su natalicio …Nicaragua entera te grita…!!!Presente!!!

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