A doce años de su partida hacia la inmortalidad
Tomás en su venganza personal

A doce años de su partida hacia la inmortalidadTomás en su venganza personal

Redacción central,
Visión Sandinista.

Cuando le llevaron a su torturador ante su presencia, el mismo que le había maltratado una y otra vez en las cárceles de la dictadura político-militar de Somoza, Tomás Borge ordenó liberaran al hombre que temblaba de terror esperando lo peor. Lo condenó a salir a la calle a ver la sonrisa de los niños y el derecho de sus hijos a la escuela gratuita y a percibir el perfume de las flores.

De esa manera el entonces comandante de la Revolución Tomás Borge Martínez, investido como ministro del Interior, le aplicaba su venganza personal al verdugo que maltrató sus manos con las que firmaba su carta de libertad sin cumplir condena al triunfar la Revolución Popular Sandinista el 19 de julio de 1979.

Con su alma de poeta y corazón derretido como la mantequilla, Tomás, el guerrillero sandinista luchador de toda su vida, mismo que se identificó como “profesional revolucionario” cuando un guardia somocista le preguntó su profesión en la Corte Militar que lo juzgó y condenó después de su captura en febrero de 1976, estaba haciendo el mejor acto de justicia al dejar en libertad a su verdugo.

Tomás, el de la frase “Implacables en el combate, generosos en la victoria”, cumplió su palabra al triunfar la RPS, constituyendo una firme lección para todos los sandinistas que había luchado en la defenestración de la dictadura somocista.

También dejó atónito al coronel de la Guardia Nacional que llegó alegre hasta su celda en noviembre de 1976, con el diario Novedades (propiedad de Somoza), con la noticia de que el jefe del FSLN Carlos Fonseca Amador había muerto en combate en las montañas de Nicaragua. Tomás impactado, pero firme, le respondió al militar somocista:

Se equivoca coronel, Carlos Fonseca es de los muertos que nunca mueren.

Cuando había cumplido 13 años de edad, en 1943 comenzó a involucrarse en actividades conspirativas revolucionarias. A los 16 años se convirtió en el editor del periódico Espartaco, cuyos escritos estaban orientados a combatir al gobierno del general Anastasio Somoza García, el asesino de Sandino e iniciador de la dinastía en Nicaragua.

Con Carlos Fonseca

Tomás llegó a este mundo en Matagalpa el 13 de agosto de 1930, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en León en 1954 y al año siguiente, en 1955, conoció a su coterráneo matagalpino Carlos Fonseca Amador, con quien se uniría en amistad y lucha revolucionaria.

Junto a Fonseca estudiarían la Utopía de Tomás Moro y las obras de Karl Marx y Friedrich Engels, al igual que los escritos de Vladimir Ilich Lenin, de donde se comenzaron a nutrir de la teoría revolucionaria aplicándola a la realidad nicaragüense.

En septiembre de 1956, luego del ajusticiamiento de Anastasio Somoza García durante una fiesta nocturna en la Casa del Obrero, en León, a manos del poeta Rigoberto López Pérez, Tomás al igual que centenares de ciudadanos inocentes- fue capturado, interrogado y torturado por efectivos de la Guardia Nacional en un intento de vincularlo en la acción.

En esa ocasión le aplicaron arresto domiciliario, logrando en 1959 realizar una fuga y cruzar hacia territorio hondureño, donde fue detenido por el ejército de ese país catracho. Tras lograr su liberación viajó rumbo a El Salvador, donde se encontraban opositores a Somoza, país donde también se entrenó con el revólver calibre 38 el poeta López Pérez, previo al ajusticiamiento del fundador de la dinastía somocista.

Con orientaciones del comandante Carlos Fonseca Amador iniciaron en la profundización del estudio del pensamiento antimperialista y nacionalista del general Augusto C. Sandino, lo que determinó que la organización político-militar que inicialmente se llamó Frente de Liberación Nacional (FLN) en 1961, adoptara el sandinista como parte de su identidad, llamándose posteriormente Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Con el FSLN establecido, a partir de 1962 se comenzó a dar pasos prácticos en torno a la preparación de la lucha armada. En ese año participó en la guerrilla conocida del río Patuca, frontera hondureña, con la asesoría del coronel del Ejército de Sandino, Santos López. También participó en la guerrilla de Raití-Bocay. En 1967, en el mes de agosto, sobrevivió a la guerrilla de Pancasán en Matagalpa, donde una columna de 13 combatientes fue aniquilada al ser emboscados por la guardia.

Formador de conciencia y lealtad

Desde ese revés militar, el FSLN entró en una etapa de acumulación de fuerzas en silencio. En 1974 Tomás fue el responsable de la preparación militar del comando Juan José Quezada que durante varios meses se preparó en Las Nubes, El Crucero, a 25 kilómetros de Managua, ejecutando el asalto a la casa de Chema Castillo, en los Robles. Con esta acción lograron asestar un golpe mortal a la dictadura a la que le arrancaron el rescate de la cárcel de 13 compañeros sandinistas, una fuerte suma económica y la lectura de comunicados denunciando los crímenes del somocismo.

El 4 de febrero de 1976, al salir de una casa de seguridad en la Colonia Centroamérica en Managua, frente al parque Los Marañones, Tomás -que viajaba en un jeep- fue interceptado por una patrulla de la G.N. Al acercarse el jefe con una subametralladora a la ventanilla del pasajero, el comandante Borge disparó su pistola dando muerte al militar, en tanto los guardias desataron una balacera asesinando a la compañera Mildred Abaunza Gutiérrez.

Esa noche fue capturado cerca del colegio Teresiano, en la Carretera a Masaya, desde ese momento la G.N guardó silencio sobre su captura. Semanas después, durante una conferencia de prensa ofrecida por el propio general Anastasio Somoza, el periodista Silvio Mora le preguntó con seguridad cuando presentaría al prisionero Tomás Borge, a lo que Somoza desconcertado respondió que en los próximos días. Se salvó que lo desaparecieran, no así de las torturas.

Luego del triunfo de la revolución recibió el grado honorífico de Comandante de la Revolución y formó parte de la Dirección Nacional Conjunta integrada por nueve compañeros. Asumió la tarea de estructurar el Ministerio del Interior y sus secciones de defensa del Estado. Posteriormente fue diputado ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen) y diputado ante la Asamblea Nacional; en los últimos años de vida se desempeñó como embajador de Nicaragua en Perú.

Autor de libros como la Paciente Impaciencia (premio Casa de las Américas 1989), La ceremonia esperada (España 1990) y Un grano de maíz, que recoge conversaciones con el líder cubano Fidel Castro, editada y traducido a varios idiomas

A doce años de su partida física el 30 de abril de 2012, todavía se le recuerda con sus incendiarios discursos en las plazas donde lo ovacionaban con estruendosos aplausos, contribuyendo a formar la conciencia y lealtad de los jóvenes sandinista a la bandera roja y negra y al grito de combate de ¡Patria libre o Morir!

 

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