La frase repetida por el comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías, es atribuida al poeta y revolucionario cubano José Martí, referida a una obra teatral que escribió y se estrenó en México en 1875, donde los dos únicos personajes son Él, Julián y Ella, Leonor (en homenaje a su madre). Chávez la hizo trascender al llevarla a la realidad solidaria con Nicaragua.
Chávez asistió a la toma de posesión del presidente Daniel Ortega, el 10 de enero de 2007, después de 16 años de encontrarse el Frente Sandinista gobernando desde abajo, en la oposición. La crisis energética en Nicaragua era tan grave que en las habitaciones de los hoteles se colocaban velas de cera, lámparas a base de querosene y volvieron los candiles que además de iluminar tenuemente manchaban las paredes de hollín.
Esa herencia de oscuridad y atraso nos las dejaron los gobiernos neoliberales 1990-2006- iniciado con doña Violeta Barrios de Chamorro, seguido de Arnoldo Alemán y concluido con el conservador Enrique Bolaños. Además del déficit energético, nos dejaron trozos de carreteras, donde transitar se volvía una misión casi imposible con resultados de vehículos quebrados.
El comandante presidente Hugo Rafael Chávez, quien vivió esa experiencia de los cortes energéticos, de inmediato ordenó y mandó las primeras ocho generadoras eléctricas de un total de 32 que funcionan a base de bunker, combustible derivado del petróleo mucho más barato que el diésel, con el que se comenzó a generar 60 megavatios. Así se inició a paliar el déficit de las oscuranas, que se hacía engorroso principalmente en las calurosas noches cuando ni las telenovelas de la época se podían ver.
Las primeras plantas se instalaron en la zona de Las Brisas en Managua y Los Brasiles, bautizadas por el pueblo como Plantas Hugo Chávez. A los 18 meses de instalado el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, encabezado por el Frente Sandinista, con el comandante presidente Daniel Ortega, se instalaron otros 60 nuevos megavatios, sumando un total de 120.
Verdadera amistad con Daniel
La generación adicional de los 60 megavatios operadas con plantas marca Hyundai se instalaron en Managua 20 MW, Tipitapa 20 MW y otros 20 en Masaya, gracias a la cooperación de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) a través de Albanisa en estrecha colaboración con la República de Cuba.
Ese gesto de amor se grabó en la mente y en el corazón de los nicaragüenses que vieron en Chávez solidaridad y hermandad, al demostrar que con la voluntad se podía superar aquellas oscuranas terribles y agobiantes que afectaba a ricos y pobres. “Amor con amor se paga”, expresó en diversas ocasiones el líder de la revolución bolivariana.
De Daniel Ortega diría en cierta ocasión que es el hermano que la vida le dio. Daniel y Chávez se conocieron en la Habana en diciembre de 1994, presentados por el presidente y líder de la Revolución cubana comandante Fidel Castro Ruz, y desde esa fecha establecieron una relación de verdadera amistad y hermandad entre militantes revolucionarios.
En esa ocasión Chávez asistía a la Habana a dictar una conferencia sobre Simón Bolívar. Fidel con su experiencia y agudeza para captar la naturaleza y el pensamiento de las personas, acudió al aeropuerto José Martí a esperar al militar que el 4 de febrero de 1992 (dos años antes), al frente de un grupo de militares, ejecutó un intento de golpe de Estado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Chávez pasó dos años de prisión en la cárcel de San Francisco de Yare, acusado de rebelión por comandar el fallido intento de golpe de Estado. De la cárcel salió fortalecido y convencido que había que llevar adelante las transformaciones por la vía electoral.
El tiempo transcurrió y Chávez no dejó de trabajar por Venezuela y su pueblo, esta vez convertido en un ciudadano civil, convencido de materializar los sueños emancipadores de Bolívar, tomando el poder a través del voto popular para romper con los partidos tradicionales dominados por la oligarquía.
A ganar las elecciones
El Movimiento V República (MVR) fue inscrito por Chávez y sus cercanos colaboradores el 19 de abril de 1997 en el Registro Electoral. En 1998 el nombre de Hugo Chávez Frías y su movimiento punteaba en el primer lugar en todas las encuestas realizadas en torno a esa contienda.
Ganó las elecciones el 6 de diciembre de 1998, constituida en una alianza con bases populares de obreros, campesinos, estudiantes, militares y profesionales. El nuevo líder ganó con el 56.5% de los votos, asumiendo el poder solemnemente el 2 de febrero de ese año. Dos meses después de su victoria en abril, convocó a un referéndum constituyente resultando una aprobación de más del 81% de la población venezolana votante.
El 15 de diciembre de 1999, el gobierno chavista realizó un segundo referéndum constitucional que resultó con una aprobación superior al 71 % de los votos, con ello se ratificó la Constitución venezolana de ese año.
El domingo 30 de julio del año 2000, con la nueva Constitución, se realizaron las elecciones parlamentarias que legitimaron el Poder Legislativo en la nueva Asamblea Nacional (sustituyendo al Congreso de la República) y ratificando a Hugo Chávez como presidente de la República para el período 10 de enero de 2001 y de enero 2007, en el segundo mandato.
Pueblo lo reinstaló en el poder derrotando el golpe
La oligarquía venezolana confabulada con un reducido grupo de militares dirigidos por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) secuestraron al líder revolucionario la madrugada del 11 de abril del 2002, llevándolo prisionero a una base naval, donde circularon una falsa carta con la noticia de su renuncia.
La astucia de Chávez fue filtrar a sus cercanos colaboradores la falsedad de su renuncia a la Presidencia. “No he renunciado al poder legítimo que el pueblo me dio”, expresó en la comunicación que salió clandestinamente de su calabozo.
El 14 de abril por la madrugada, militares leales de la escolta presidencial y con apoyo del pueblo se logró revertir el intento de golpe de Estado. Chávez regresó al Palacio de Miraflores en Caracas. La paz y la calma retornaron al país, los golpistas fueron apresados, en tanto muchos oligarcas huyeron para escapar de la justicia.
Este 5 de marzo, en el onceavo aniversario del pasó a la eternidad del comandante Chávez, el presidente Daniel y la compañera Rosario dirigieron un mensaje al presidente Nicolás Maduro, a quien le expresan:
“Sabemos que los desafíos son grandes, y también sabemos que no nos moverán. En la causa de la Revolución cristiana, socialista, solidaria y evolutiva, estamos juntos reclamando, exigiendo, todos los derechos, todos los merecimientos, y todas las glorias que son de pueblos libres, que nos sabemos libres y que no tenemos alma de lacayos, y mucho menos de siervos”.