Edgar Palazio Galo *
En el entramado de las relaciones social, el analfabetismo se manifiesta como un instrumento insidioso de opresión, contribuyendo a la perpetuación de desigualdades y a la marginación de amplios sectores de la población, consolidando, de este modo, relaciones de poder desequilibradas.
Este escenario socio político caracterizaba a Nicaragua durante el período de la dictadura somocista y el sistema oligárquico liberal-conservador, quienes, como continuadores de una matriz excluyente, mantenían ininterrumpidamente dicha línea desde los tiempos coloniales.
En la búsqueda de la transformación social y la reconfiguración de las relaciones de poder, la erradicación del analfabetismo emerge como una estrategia fundamental. La alfabetización no solo constituye un derecho humano fundamental, sino también un medio estratégico para empoderar a las comunidades y fomentar una participación ciudadana en el camino a una transformación social profunda.
La Revolución Popular Sandinista, no solo marcó un cambio político radical, sino que también con el desarrollo de la campaña nacional de alfabetización inició un nuevo paradigma en el sistema educativo del país transformando la educación, convirtiéndola en una herramienta central para la construcción de una sociedad más inclusiva y consciente. Como lo indicó el comandante Daniel Ortega: “la Cruzada Nacional de Alfabetización obra del pueblo nicaragüense, fruto de la Revolución, es un aporte de un infinito valor en la lucha de los pueblos contra la esclavitud; porque ser analfabeto es ser esclavo”.1
La cruzada nacional de alfabetización
Tras el triunfo revolucionario del 19 de julio de 1979, encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, se emprendió la tarea de organizar el incipiente Estado y establecer, prácticamente desde sus cimientos, las instituciones que conformarían la estructura gubernamental del Estado revolucionario. Este proceso no solo conllevó la creación de nuevas entidades gubernamentales, sino también la redefinición de la narrativa histórica que se estaba configurando, con un compromiso intrínseco hacia el fortalecimiento de la educación como piedra angular del proceso de transformación.
La Cruzada Nacional de Alfabetización “Héroes y Mártires por la Liberación de Nicaragua” tuvo su inicio el 23 de marzo de 1980, emergiendo como una tarea emblemática que involucró a 95,582 brigadistas integrados en diversas unidades, tales como el Ejército Popular de Alfabetización (EPA), las Milicias de Alfabetización Campesina (MAC), y las Brigadas Rojinegras de la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (ANDEN), así como las Brigadas de Salud, Culturales y de Rescate Histórico. Estas fuerzas se distribuyeron a lo largo y ancho del territorio nacional, con el propósito primordial de instruir en lectura y escritura a la población residente en las áreas rurales del país. Tras un período de seis meses de intensa labor, lograron reducir la tasa de analfabetismo del 50.3% al 12.9%, destacándose como un esfuerzo sin precedentes encaminado a la erradicación del analfabetismo y el establecimiento de los cimientos de un sistema educativo inclusivo y equitativo.
Este hito histórico no solo buscó la adquisición de habilidades básicas de lectura y escritura, sino que también implicó un propósito más amplio: el empoderamiento de la población mediante el acceso al conocimiento. La Cruzada Nacional de Alfabetización encarnó un compromiso ideológico con la convicción de que la alfabetización no solo ilumina las mentes individuales, sino que también actúa como catalizador para la construcción de una sociedad más justa y participativa. De esta manera, la Cruzada Nacional de Alfabetización se erige como un testimonio tangible de cómo la Revolución Popular Sandinista comprendió la educación como un pilar fundamental en la construcción de una identidad nacional renovada.
Participación de la juventud en la trinchera cultural
La Cruzada Nacional de Alfabetización, se configura como la primera gran tarea estratégica encomendada a la juventud nicaragüense, constitu yendo u n desafío fundamental. Jóvenes urbanos experimentaron la vida rural por primera vez y compartieron sus vivencias con sus homólogos del campo ocurriendo un rico y novedoso proceso de aprendizaje compartido. Este acontecimiento social no solo propició la comprensión mutua entre los distintos participantes y diferentes segmentos sociales, sino que también actuó como un poderoso catalizador de concienciación masiva entre aquellos que participaron.
La Cruzada no solamente inaugura una nueva dinámica en las relaciones entre el ámbito rural y urbano, así como entre el campesino y el joven de la ciudad, sino que también marcó el comienzo de una relación transformada para el joven campesino dentro de su propia comunidad rural. Varios de los jóvenes integrantes de las brigadas de alfabetización, junto con otros que se unieron posteriormente, continuaron la labor emprendida en aquel periodo a través del Programa de Educación de Adultos y en los Colectivos de Educación Popular.
Durante la Cruzada Nacional de Alfabetización un total de 406.056 compañeras y compañeros adquirieron las habilidades de lectura y escritura, considerando para entonces una población con un poco más de 3 millones de habitantes en el país. Esta experiencia, manifestó la voluntad revolucionaria de restituir el derecho a la educación para todos los ciudadanos, incorporando a los sectores populares, históricamente marginadas, al ámbito educativo.2
El analfabetismo como instrumento de dominio y marginación social
Lejos de ser un fenómeno aislado, el analfabetismo es una consecuencia derivada de la estratificación social desigual que en el sistema capitalista condena a ciertos estratos de la sociedad en la ignorancia. Al privar a individuos de la capacidad de leer y escribir, se le relega a un estado de dependencia, limitando su participación en procesos críticos de toma de decisiones y perpetuando así la opresión estructural. La falta de habilidades literarias no solo obstaculiza el acceso a la información, sino que también actúa como un factor determinante en la marginación social, contribuyendo a la reproducción de ciclos intergeneracionales de pobreza y exclusión. Desde una perspectiva sociológica, el analfabetismo se convierte en una barrera infranqueable que impide la movilidad social.
En la sociedad capitalista contemporánea, el analfabetismo representa más que una simple falta de habilidad para leer y escribir; es un fenómeno arraigado por las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad y la exclusión. El analfabetismo niega a las personas el acceso al conocimiento y la información, lo que les impide participar plenamente en la vida social, política y económica.
Aquellos que carecen de habilidades de lectura y escritura son excluidos de la esfera pública, incapaces de ejercer sus derechos y expresar sus necesidades de manera efectiva, atrapados en un ciclo interminable de pobreza y dependencia.
La alfabetización inició un nuevo paradigma en el sistema de educación nacional
La cruzada no solo fue un hito en la historia de la educación en América Latina, sino que también representó un profundo impacto en el tejido social y humano del país. Desde una perspectiva solidaria, es esencial comprender los alcances humanos que trascendieron la mera adquisición de habilidades de lectura y escritura para abrazar un sentido de empoderamiento y transformación social.
La cruzada generó un sentido de comunidad y solidaridad sin precedentes entre los nicaragüenses. La movilización de miles de voluntarios, brigadistas y maestros, provenientes de diversos ámbitos de la sociedad, creó un ambiente de colaboración y unidad nacional. Esta experiencia compartida de trabajo conjunto y compromiso con una causa común fortaleció los lazos sociales y promovió un sentido de identidad nacional arraigado en la lucha por la educación y la justicia.
Además, permitió el empoderamiento individual y colectivo de los nicaragüenses, especialmente de aquellos históricamente marginados y excluidos. Al brindarles la oportunidad de adquirir habilidades, la alfabetización les otorgó a las personas el poder de expresarse, participar en la toma de decisiones y acceder a nuevas oportunidades educativas y laborales.
Asimismo, la cruzada tuvo un impacto significativo en la consciencia política y social de los participantes. Al enseñarles a leer y escribir, les permitió a las personas acceder a información y conocimiento, capacitándolas para comprender la realidad social de su entorno y las posibilidades mayores de transformación social que impulsó la Revolución Popular Sandinista.
La Cruzada Nacional de Alfabetización dejó un legado duradero en la cultura y la historia del país y la figura del brigadista se convirtió en un símbolo de sacrificio y dedicación al servicio de la educación y la justicia social.
El legado de la cruzada de alfabetización continuado en las políticas educativas del GRUN
A partir de 2007 en la segunda fase de la Revolución Popular Sandinista con el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, uno de los logros más sobresalientes ha sido la restitución del derecho a la educación pública gratuita, pertinente, de calidad e inclusiva, asegurando que todas y todos tengan la oportunidad de estudiar, independientemente de su origen socioeconómico o ubicación geográfica.
Programas como la construcción de nuevas escuelas tanto en áreas rurales como urbanas, la distribución de material escolar gratuito, programa integral de nutrición escolar-merienda escolar, paquetes escolares, mochila escolar han contribuido significativamente a reducir las barreras de acceso a la educación. Como resultado de estas políticas, se ha registrado un aumento significativo en las tasas de matrícula y una disminución en los índices de abandono escolar, lo cual refleja el impacto positivo de las acciones del GRUN en la vida de los niños y jóvenes del país.
Además, el GRUN ha puesto un fuerte énfasis en mejorar la calidad educativa mediante la implementación de programas de capacitación para maestros, centrados en el fortalecimiento de sus habilidades pedagógicas y en la promoción de prácticas de enseñanza innovadoras. Asimismo, se han desarrollado planes de estudio actualizados y pertinentes, diseñados para atenderlas necesidades educativas del siglo XXI y para fomentar el pensamiento crítico y la creatividad entre los estudiantes. Estas medidas han contribuido a elevar los estándares educativos del país y a preparar a los jóvenes para enfrentar los desafíos del mundo globalizado en el que vivimos.
Conclusión
En resumen, la Cruzada Nacional de Alfabetización trascendió su objetivo inicial de enseñar a leer y escribir para convertirse en un poderoso catalizador de cambio social y humano. Desde la construcción de la comunidad hasta el empoderamiento individual, desde el despertar de la conciencia política hasta el legado cultural duradero, los alcances humanos de la cruzada son trascendentales y continúan resonando en la historia de Nicaragua y más allá.
No solo fue un esfuerzo por superar las deficiencias educativas del pasado somocista, sino que también representa un compromiso visionario con la construcción de una sociedad revolucionaria fundamentada en el conocimiento y la participación de sus ciudadanos. Este hito educativo del sandinismo constituye un componente esencial en la construcción de un nuevo horizonte histórico, marcado por el acceso universal a la educación y la promoción de una conciencia comprometida con la patria y la soberanía nacional entre las generaciones venideras.
*Profesor Titular UNAN Managua, Cientista social y Extensionista
Referencias
1. Comandante Daniel Ortega, 23 de agosto de 2021. https://diariobarricada.com/2022/08/23/cruzada-de-alfabetizacion- obra-del-pueblo-nicaraguense-fruto-de-la- revolucion/
2. Revista Envío. No. 28, octubre de 1983.