Fredy Franco (*)
El FSLN había previsto en su estrategia que el triunfo sería posible con la creación de ciertas condiciones político-sociales del país y de la maduración de las condiciones subjetivas, entre ellas: la conciencia del pueblo y la capacidad del Frente Sandinista de enfrentar y derrotar a la dictadura somocista, y su aislamiento y repudio cada vez mayor. En junio de 1979 crecieron y se aceleraron esas condiciones que acercaron el triunfo de la Revolución.
En ese sentido, la dictadura estaba desgastada nacionalmente, aislada internacionalmente y en contradicciones con todos los sectores del país y también con los sectores oligárquicos que igualmente comenzaron a pensar en su propio proyecto, ya no subordinado a Somoza, pero sí siempre a los yanquis.En términos subjetivos, el FSLN actuaba bajo una sola visión y acción estratégica; y toda la experiencia acumulada en el trabajo con el pueblo permitió hacer crecer la lucha político- guerrillera, la organización popular y las alianzas nacionales e internacionales, y con experiencia y capacidad táctica y estratégica para avanzar y vencer.
Junio de 1979: crece la insurrección y la liberación
En junio de 1979, el FSLN ya hizo nacional la lucha de liberación, la decisión de vencer o morir del pueblo era indetenible y la dictadura ya no pudo detener la lucha sandinista aun cuando usó los peores métodos represivos. Por eso, el mes de junio de 1979, fue la antesala que marcó el camino de la victoria sandinista con mucho heroísmo, valentía y decisión del pueblo, y con una correcta y audaz estrategia.
En junio crece la lucha insurreccional en las ciudades, el accionar de los frentes guerrilleros en todo el territorio nacional y se inicia la huelga general revolucionaria el 5 de junio de 1979, con una integración masiva y de apoyo a la lucha sandinista.
Ese avance estratégico permitió golpear e ir derrotando a la Guardia Nacional en distintos lugares de Nicaragua, avanzando en la liberación de decenas de pueblos y ciudades, con la actuación victoriosa de los frentes y columnas guerrilleras en todo el país.
Se destaca en el mes de junio el avance de la Insurrección Final en Estelí, Matagalpa, Jinotega, León, Chinandega, Masaya, Managua y algunos municipios de Carazo y Chontales.
El llamado a la ofensiva hecha el 1 de junio, tiene su inicio de fuego los días 2 y 3 de junio con la insurrección en Chinandega y Chichigalpa, antecedida de la emboscada de la guardia en los pueblos de Tonala/Morazán, donde cae un contingente de combatientes que era parte del Plan Insurreccional.
Se destaca la insurrección de Masaya a partir del 6 de junio, que luego es conducida a su liberación, dirigida por el comandante Hilario Sánchez. En el marco de esta insurrección son asesinados 11 jóvenes en La Reforma. Igualmente, el FSLN con la Columna “Pablo Ubeda” se toma los municipios de Rosita y Bonanza, y son asesinados 56 compañeros en La Rampla.
En este contexto avanza la lucha del Frente Sur en Rivas, produciéndose el 8 de junio la Toma de Peñas Blancas y Sapoa, y el 10 de junio se produce la retirada táctica de la Columna 155.
El 9 de junio se inicia la ofensiva final en Estelí, y avanza la insurrección en otros lugares del Norte, liberándose este mismo día los municipios de Esquipulas y San Rafael del Norte.
Se destaca la liberación de la ciudad de León, segundo bastión político y militar más importante de la dictadura somocista. Se controla la ciudad y se establece el nuevo gobierno local: La Junta de Gobierno Municipal. Preparando las condiciones y el asedio del Fortín de Acosaco, que logró ser tomado y liberado el 7 de julio de 1979.
El 21 de junio el FSLN se toma Santo Tomas y San Pedro de Lovago. Y en ese contexto, se tienen bajo control varias posiciones estratégicas en Rivas.
El 22 de junio el FSLN libera los municipios de Terrabona, Diriamba, Mina El Limón, y se toma Camoapa. Y el 23 de junio se logra la liberación de Acoyapa. Por otro lado, en Managua la insurrección se mantiene y crece con barricadas, emboscadas y ataques sorpresas a la Guardia Nacional; y los combatientes populares y la población civil enfrentan y son víctimas de bombardeos que dejan caer bombas de 500 libras en el barrio Ducualí, Don Bosco y la Colonia Luis Somoza.
Insurrección en Managua: resistencia heroica y avance estratégico
Managua, como capital y bastión principal de la dictadura y la Guardia Nacional, para el FSLN tenía un papel estratégico y dinámico: retener y aislar a la Guardia en Managua mientras se avanzaba de manera victoriosa en toda Nicaragua, y al mismo tiempo, avanzar en la liberación de Managua, proceso que se cerraría con la entrada de los frentes guerrilleros a Managua que sellaría el triunfo de la Revolución.
Frente al avance del FSLN en el resto del país, se inicia la insurrección en Managua. Esta comienza en los barrios nor-occidentales, entre ellos Acahualinca, Santa Ana, Monseñor Lezcano, La Ceibita, La Morazán, Linda Vista y Las Brisas, junto al Llamado de Insurrección y la Huelga General.
Del 4 al 9 de junio se comienzan a producir distintas acciones con la participación del pueblo en los barrios occidentales, bajo la conducción del FSLN y organización de los Comité de Defensa Civil (CDC, surgidos de la insurrección de 1978). A formar las columnas y células combativas con la integración de nuevos combatientes populares y a enfrentar a la Guardia Nacional en distintos puntos y escenarios.
Frente a los nuevos acontecimientos, la conducción central del FSLN desde Palo Alto ordena la Insurrección en los barrios orientales. Los días 9 y 10 de junio inicia de manera intensa y heroica, levantando barricadas y desarrollando acciones combativas, cuya prueba de fuego es la insurrección y masacre del 9 y 10 de junio con la caída de los combatientes de la Columna 110.
Al 11 de junio la mitad de la capital está tomada por el FSLN. Por eso, la brutal respuesta de la Guardia atacando con tanques y tanquetas, y bombardeando con aviones.
Durante diecisiete días seguidos (del 10 al 27 de junio) se puso a prueba la combatividad y heroísmo de los barrios orientales de Managua y del resto de combatientes en Managua.
En poco tiempo, primero en los barrios occidentales y luego en los barrios orientales comienzan a escasear las municiones, ante la brutalidad creciente de la Guardia que ha implantado el Estado de Sitio y la llamada Operación Limpieza.
Por otro lado, en el caso de los barrios occidentales, el 15 de junio deciden replegarse hacia San Judas (y luego hacia El Vapor) para efectos de protección, y rearmarse y apoyar la insurrección o resistencia en San Judas.
Este repliegue comenzó en Acahualinca con cientos de combatientes y población civil, siguió por Monseñor Lezcano donde se fueron sumando pobladores y combatientes de los barrios aledaños.
Más de 150 jóvenes fueron asesinados y masacrados durante avanzaba el Repliegue desde Acahualinca y Monseñor Lezcano, conocida como la Masacre de Batahola. Un primer contingente logra pasar por la zona de Batahola. El resto del contingente al poco tiempo es asesinado de manera atroz, la mayoría iba desarmada o con pocas y armas rudimentarias, y con parte de población civil que iba desarmada.
Son atacados con fusilería automática y ametralladoras de calibre 30 y 50, desde distintos puntos. Por el oeste, desde las cercanías de la Embajada Estadounidense y desde el Este por los Talleres de la Mercedes Benz y la Komatsu, y más hacia el Sur desde la Nicalit y la Cementera.
En los barrios orientales se habían registrado intensos combates y enfrentamientos, y además ya habían sucedido los Repliegues a la Hacienda El Vapor, el de Ciudad Sandino a San Andrés de La Palanca y a Mateare.
En este contexto de insurrección en Managua, la genocida guardia somocista había ejecutado las masacres de Batahola, Kilocho, El Paraisito y la Colina 110, asesinando a cienes de nicaragüenses entre combatientes sandinistas y población civil.
Con estos antecedentes se inició el Repliegue Táctico a Masaya el 27 de junio de 1979 en la noche.
3- El Repliegue Táctico a Masaya para avanzar y vencer
El FSLN había avanzado en todo junio en la liberación de una parte importante del país y se preparaba para el golpe final en Managua; el centro de la resistencia en Managua estaba en los barrios orientales, aunque ya toda Managua estaba insurreccionada.
Pese al avance y al heroísmo demostrado en estos barrios, la guardia usó todas sus fuerzas, por lo que fue necesario proteger a la población de la represión y de la crueldad somocista, y proteger a las fuerzas guerrilleras que carecían de pertrechos para seguir combatiendo; de ahí la necesidad de replegarse.
El FSLN fue aprendiendo el arte de la guerra, cómo avanzar, cómo sortear y cómo replegarse, para evitar derrotas, proteger las fuerzas, proteger al pueblo y reiniciar con más fuerza.
El Frente Interno de Managua, encabezado por el Comandante Carlos Núñez Téllez, decide y se pone al frente de El Repliegue Táctico a Masaya. Este se orienta y se prepara el propio día 27 de junio en medio de un intenso proceso de convencimiento y sigilosa actuación. Producto de ese proceso, cada combatiente sabía qué columna y con qué jefe iría.
Los preparativos y reuniones de combatientes y demás compañeros se iniciaron a las 6:40 pm de ese día 27 de junio, operando de forma silenciosa a replegarse más de seis mil personas, entre combatientes populares, colaboradores y población civil.
De la 6:30 a 10 de la noche se organiza el Repliegue a Masaya en tres columnas: una delantera, jefeada por Ramón Cabrales; otra, en la retaguardia, conducida por el Comandante Carlos Núñez Téllez (jefe del Estado Mayor del Frente Interno); y la tercera, la del centro, la más grande, enorme, dirigida por el comandante William Ramírez Solórzano, acompañado en la operación por los compañeros Walter Ferrety y Marcos Somarriba, entre otros.
Criminal y genocida bombardeo
A las 10 de la noche inicia El Repliegue por la entonces Farmacia González, en el noreste de la Colonia Nicarao y luego enrumba hacia los semáforos de Rubenia, en seguida toma el camino viejo a Sabana Grande, en un camino difícil, escabroso y peligroso, pasando por la estación de la Guardia Nacional en Baterías Hasbani (en la Periferia del Reparto Schick), donde la GN tenía acantonado casi un batallón de soldados.
Las columnas avanzaron y ya en la mañana del día siguiente, 28 de junio, es detectado El Repliegue. Los combatientes y la población buscan cómo esconderse y protegerse, pero la Guardia bombardea con aviones y helicópteros la caminata; entre las 10 y 11 de la mañana en las cercanías de Piedra Quemada, se intensifica el bombardeo de aviones y helicópteros que lanzan rokets y bombas de 500 a mil libras. Aquí son brutalmente asesinados más de 100 personas y resultan similar cantidad de heridos.
Frente al receso del ataque de la guardia somocista, el Repliegue avanza hasta llegar a Nindirí por el camino viejo, cargando heridos y parte de los muertos. Después de las 3 de la tarde los guardias reanudan el bombardeo criminal en los alrededores de Nindirí y la Barranca.
En Nindirí se reorganizan las fuerzas para llegar a Masaya, la mayor parte de la ciudad ya estaba liberada. Ese mismo día reciben a los replegados, y al día siguiente, por la mañana, la Columna Central, la más grande, entra después de bordear y avanzar con sigilo en los desfiladeros de la Laguna de Masaya, y sortear con éxito a la Guardia, cuyos reductos estaban en el Coyotepe y La Barranca en la entrada a Masaya.
El Repliegue, en la práctica fue una victoria estratégica porque logró sus propósitos de replegarse para protegerse, obtener armas y municiones, consolidar la liberación de Masaya y aportar a la liberación de ciudades y pueblos aledaños en Carazo y Granada.
Tras el resultado victorioso del Repliegue Táctico a Masaya, la insurrección, toma y liberación de pueblos y ciudades crece y se consolida en el mes de julio con un FSLN cada vez más en ascenso y una dictadura y una guardia somocista que está siendo derrotada en los todos los frentes de lucha.
(Continuará).
(*) Cientista Social e Historiador. Profesor Titular UNAN-Managua.
Gracias por estas publicaciones que nos recuerdan cuántas vidas y sacrificios se hicieron para lograr el triunfo.