Miriam del Socorro Morales Castillo, “Idania” La coronel

Miriam del Socorro Morales Castillo, “Idania” La coronel

A las mujeres nicaragüenses

Visión Sandinista, rinde homenaje a las heroicas y valientes mujeres nicaragüenses. Abnegadas madres, hijas, hermanas, compañeras, guerreras por la vida y la paz, constructoras del futuro victorioso.

  • Es la primera mujer que alcanza el grado de coronel en el ejército.
  • Fue enfermera, sindicalista y combatiente en la guerrilla sandinista.
  • Experta nadadora y campeona francotiradora.
  • Durante el intento de golpe de Estado, en su barrio se puso al frente de la defensa de la patria y la revolución.

David Gutiérrez López

Nació a orillas del río Ochomogo, en Rivas, en cuyas aguas aprendió a nadar hasta lograr ser una experta, ejercicio que en la vida le permitió convertirse en campeona de natación al cruzarse la bahía de San Juan del Sur y la laguna de Xiloá, en competencias con otras mujeres en las que siempre salió victoriosa, al igual que en los combates, que libró contra la guardia somocista en Matagalpa y Estelí.

Desde niña aprendió a distinguir la injusticia social al experimentar la pobreza en la que vivían sus padres bajo la dictadura militar de la familia Somoza. Ella y sus hermanos caminaban descalzos, porque no había para comprar zapatos, evoca entre sus recuerdos Miriam Morales Castillo, militante sandinista, enfermera, organizadora sindical, guerrillera y convertida en la primera mujer que ostenta orgullosa el grado militar de coronel del Ejército de Nicaragua.

La coronel Morales también es una experta francotiradora con fusil Dragunov, semiautomático, calibre 7.62 mm, con cargador de 10 cartuchos y un alcance efectivo de 800 metros, habiendo ganado varios torneos entre militares femeninas.

A su padre, originario de Santa Teresa, Carazo, le daban en arriendo unas tierras en Ochomogo, las que con mucho esfuerzo trabajaba sembrando y cultivando granos básicos, para garantizar el alimento de sus hijos y vender el excedente. Cuando los arrendatarios observaron que el campesino, que había sido su peón asalariado, estaba comenzando a prosperar con los cultivos, decidieron no alquilarle más la tierra.

Esa situación los obligó a migrar a nuevas tierras en 1966. Su papá adquirió una pequeña propiedad en Santa Cruz, cerca de Santa Teresa. Miriam ya cifraba los 12 años y todavía no había asistido a la escuela, pues en su natal Ochomogo no había un centro escolar. Les dijo a sus progenitores que deseaba ingresar a estudiar y así fue que se matriculó en primer grado. Los niños de siete años le hacían burla al verla tan grande junto a ellos.

En 1967 inició sus estudios en la escuela Las Tablas. Dotada de una inteligencia natural la muchacha se destacó en matemáticas, en lectura y escritura, tanto así, que logró aprobar dos grados en un año. Eran tiempos durante el somocismo, en los que todos los grados se impartían en una sola aula y por una misma profesora en las zonas rurales.

Por ser alumna destacada fue nombrada ayudante de la maestra. Ella revisaba las tareas y les tomaba las tablas de multiplicar al resto de sus condiscípulos. En esas condiciones finalizó la primaria en 1971, cuando le planteó de nuevo a su papá el deseo de continuar sus estudios, esta vez para ingresar al Instituto Juan José Rodríguez de Jinotepe.

Al iniciar la secundaria recibió el apoyo de su hermana mayor, quien ya estaba casada y residía en la ciudad, la que le brindó albergue y alimentación, en tanto, su papá cubrió los gastos de matrícula, mensualidad, libros y cuadernos, porque en el somocismo la educación era pagada.

Prefirieron un radio en vez de mudadas de estreno

En la casa no había radio receptor que les permitiera escuchar noticias y música para estar enterados de lo que ocurría dentro y fuera del país. Durante una navidad el papá reunió a todos sus hijos y les consultó que eligieran entre comprarles ropa y zapatos de estreno o un radio. Todos votaron unánimemente por adquirir el aparato donde escuchaban Radio Habana Cuba con los encendidos discursos de Fidel Castro y los desmentidos de la propaganda yanqui, con falsedades absurdas respecto a que en el comunismo se comían a los niños.

El radio les llevó alegría y a la vez instrucción a la familia, al romper con el silencio y la campaña permanente de la que se hacían eco los medios de comunicación occidentales y sus aliados.

Un curso de enfermería le cambió su rumbo

En las aulas de clases conoció a una auxiliar de enfermería que después de terminar sus turnos en el Hospital Regional Santiago, de Jinotepe, asistía a clases con el firme deseo de lograr bachillerarse. Luisa Pavón, era la trabajadora de la salud, quien cierto día le compartió que en el hospital impartirían un curso para formar enfermeras, al que se inscribió.

Transcurría el año 1973, apenas meses después del terremoto que destruyó Managua el 23 de diciembre de 1972. Miriam, continuó sus estudios de día y por la tarde asistía al curso de enfermería. En 1974 ingresó a laborar en el mismo hospital de Jinotepe, realizando turnos de 24 horas sin abandonar los estudios.

En el año 1975, cuando cursaba el cuarto año de secundaria comenzó a involucrarse en las luchas estudiantiles. Era el momento del ascenso revolucionario luego que el Frente Sandinista rompió el silencio con el espectacular asalto a la casa de José María “Chema” Castillo Quant, en los Robles, el 27 de diciembre de 1974, sitio en el que se celebraba una fiesta de ministros del gobierno de Somoza en homenaje al entonces embajador yanqui Turner B. Schelton.

En agosto de 1975, la coronel Morales recuerda que estando en Jinotepe, participó de una manifestación durante el funeral de la guerrillera Arlen Siu, caída en combate el primero de agosto de ese año en un campamento que servía de escuela guerrillera cerca de El Sauce, León. También rememora que Armando Siu, hermano de la “chinita” decía que la mujer dentro del féretro no era su hermana porque ella se encontraba en Costa Rica.

Efectivamente el cadáver que llevaron a la familia pertenecía a la combatiente Merceditas Reyes, de León, caída ese mismo día en el combate contra los soldados de Somoza. Después del triunfo de la revolución, los restos de Arlen fueron localizados y sepultados para descansar en paz.

En 1976 continuó sus estudios y laboraba por contrato en el centro asistencial. Una vez vencido el acuerdo concluyeron sus labores.

Estando desempleada, brindó sus servicios voluntarios en la Cruz Roja, filial Carazo, asistiendo a enfermos y accidentados aplicando sus conocimientos y experiencia con profesionalismo y humanismo, pero casi de inmediato el doctor Bismarck Estrada, la contrató para asistirle en su consultorio privado en Jinotepe.

Tiempo después, el médico fue asesinado de un disparo mientras se encontraba brindando consultas, presumiblemente fue enviado a matar por un coronel G.N celoso porque el galeno sostenía encuentros amorosos con la mujer del militar.

Reclutada en el hospital

A finales de 1976, la dirección del hospital volvió a llamar a Miriam Morales, ofreciéndole una plaza de enfermera. Fue el médico William Chacón, quien le comenzó a hablar de la organización político-militar que luchaba por el derrocamiento de la dictadura y la transformación de Nicaragua. Días después la puso en contacto con “Amalia” seudónimo de una compañera hondureña responsable en ese momento de la región, quien le enseñó el arme, desarme y tiro con pistola.

En 1977 Morales Castillo comenzó a estudiar en la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), banca y finanzas, una opción por ser buena en matemáticas, con el pesar de no haber estudiado medicina, porque además de ser muy costosa, requería de tiempo completo y en esos años la facultad única se encontraba en León.

Al viajar de Carazo a Managua le designaron hacer tareas de correo. Cierto día recibió la noticia de que a la responsable del regional, “Amalia” la habían capturado en Rivas, entonces le correspondió elaborar un informe para avisar a los contactos en Managua. Nunca más supieron de la compañera.

Perdidos los contactos y sin orientación de la organización, se involucró en el trabajo sindical con la Federación de Trabajadores de la Salud (FETSALUD), tomando parte en las negociaciones del convenio colectivo, donde se logró un incremento salarial.

Días después apareció en Jinotepe “Lucía”, la nueva responsable del FSLN en la región. Era la compañera Ana Isabel Morales, quien comenzó a restablecer el trabajo interrumpido con la captura de “Amalia”.

En labor y parto la protegieron de los guardias somocistas

En 1978 durante la huelga nacional de FETSALUD, Miriam recibió orientaciones de no involucrarse abiertamente y dirigir a sus compañeros con perfil bajo. La guardia de Somoza llegó hasta el hospital y realizó la captura de la enfermera Magda Narváez y procedieron a buscarla a ella.

Fue en ese momento que los médicos y compañeros de trabajo de Miriam decidieron colocarle una almohada sobre una bata y la metieron a labor y parto. Recuerda a los médicos Julio Sánchez, Bismarck Pérez, Agustín Fernández y Anahel Mairena, quienes simularon asistirla en un parto para salvarle de una segura cárcel o de la muerte. Los guardias se asomaron a la sala y al ver la escena de pujidos y quejidos se largaron.

En su labor de correo, transportando y camuflando los mensajes en la solapa de sus libros, vivió momentos de zozobra. Un día, al entrar a Jinotepe, en un retén, los guardias obligaron a descender a todos los pasajeros del bus. “Idania” al bajar, golpeó su rostro contra el casco metálico de un soldado, lo que sirvió para que la apartaran y se olvidaran de ella mientras registraban al resto.

En otra ocasión, caminando por el antiguo transfer hacia la UNAN- Managua, patrullas de la G.N acordonaban la zona realizando capturas de jóvenes estudiantes que salían en una marcha cerca del actual ENEL. Ella preguntó a un oficial qué ocurría, el guardia en tono grosero le respondió que los estudiantes estaban queriendo armar alboroto.

Miriam continuó caminando y hasta le ofrecieron raid, lo que cortésmente rechazó. “Dios siempre ha estado conmigo”, expresa con aplomo la coronel Morales Castillo.

Increpó a “Lucía” por asilarse y abandonarlos

En junio de 1978 Ana Isabel Morales, “Lucía” se asiló en la embajada de México. “Idania”, sorprendida con esa decisión de la responsable del regional y su jefa inmediata, llegó hasta la sede diplomática en Managua y le recriminó severamente. ¿“Por qué nos abandonaste? nos has dejado solos, ¿porqué”?

La respuesta sonriente con voz suave y dulce de Ana Isabel fue: “Son orientaciones compa, en poco tiempo va a llegar otro compa para seguir el trabajo, yo pronto regreso”. Concluido ese episodio se fundieron en un abrazo de hermanas cuyo sentimiento todavía perdura, igual como en esos días de incertidumbre, donde lo único seguro para los sandinistas era la cárcel o la muerte a manos de los soldados de Somoza.

Ana Isabel le preguntó a Miriam si se quería quedar en calidad de asilada en la embajada mexicana aprovechando su llegada a la misma, y ella respondió: “Yo sigo en la lucha”. Salió de la sede diplomática confiada en continuar las tareas a las que estaba sumergida. Posteriormente apareció de responsable del FSLN en Jinotepe, Noel Escobar “el chaparro”.

Estando en una casa de seguridad, mientras participaba de una reunión, Miriam planteó a Escobar que ella ya estaba muy “quemada”, (identificada) ante los agentes de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), de la Guardia Nacional, quienes le perseguían y expuso su preocupación de ser apresada, torturada y hasta violada, por lo que planteó irse a la montaña como combatiente y enfermera para asistir a los guerrilleros enfermos o heridos.

A la montaña en el campamento La Nueva

A Miriam le propusieron darle cobertura a una casa de seguridad (cuidarla y atender a los que llegaban clandestinos) pero la idea no le gustó, argumentó que era más valiosa como combatiente y enfermera en la montaña, donde podía servirle a sus compañeros en caso de resultar heridos en combate.

Un día le orientaron trasladarse a Managua en las inmediaciones del antiguo Hospital Vélez Paiz. Debía llegar a una pulpería y comprar una pasta dental, una persona se le acercaría, le preguntaría algo en contraseña y ella respondería. El contacto fue un hombre alto y recio. Era el comandante William Ramírez “Aureliano”, quien la condujo a una casa de seguridad pidiéndole únicamente que cerrara los ojos en el camino para no ver, ni conocer el refugio.

Enclaustrada en una habitación Miriam solo recibía la comida de parte de William. Cierto día escuchó una voz femenina que le aseguró conocer su voz. Rompiendo las medidas de seguridad abrieron la puerta y ambas se vieron y reconocieron, se abrazaron y conversaron era “Mariam”, Jahú Hernández, de Masatepe, compañera que había conocido en una célula en Carazo.

Antes de emprender el viaje a la montaña, William observó que llevaba puesto un anillo de bachillerato. El jefe guerrillero le sugirió que lo dejara con una carta a un familiar cercano porque en caso de ser capturada cualquier guardia se lo robaría. Ella accedió, escribió la nota y en un sobre depositó el anillo con destino a su hermana. Después del triunfo lo recuperó y todavía lo conserva con muchos recuerdos de su esfuerzo y el sacrificio de sus padres.

Viajando en carro robado

A inicios del año 1979, “Aureliano” le dijo que había llegado el día y la hora de trasladarse a la montaña. Se movilizaron en un automóvil celeste que a ella le pareció bonito, recorrieron varias calles, se aparcaron y se bajaron. Ella preguntó por qué lo dejaban abandonado y William con mucha tranquilidad le dijo que no se preocupara que había sido recuperado para un operativo la noche anterior y que seguramente la guardia pronto lo encontraría.

Caminaron por la acera de un vecindario para ella desconocido, simulando ser una pareja de novios. Se pararon frente a una sala de cine y aparentaron leer la cartelera donde anunciaban la película que se proyectaría esa noche. Después se enteraría que era el cine Bello Horizonte.

Un rato después apareció un jeep con varios muchachos dentro, William también subió, transcurrido un tiempo se bajó en un lugar indeterminado. El vehículo siguió la marcha por la carretera norte, pasando por San Isidro, Matagalpa, donde consultaron sobre el movimiento de la guardia en la zona.

Llegaron al destino final, un campamento ubicado entre Santa Cruz y la Trinidad, Estelí, donde funcionaba una escuela de formación y entrenamiento de guerrilleros protegidos por una montañita, propiedad de la familia Cruz, donde el responsable era Julio Ramos y Felipe Sáenz, “Ramiro 14”.

Para foguearlos en la lucha salían a operar y poner emboscadas para frenar a la guardia que llegaba en refuerzo del comando de Estelí asediado día y noche por los guerrilleros durante la insurrección de abril.

“Ramiro 14” les dijo que pasarían dos semanas en intenso entrenamiento en la escuela guerrillera llamada general Pedro Altamirano, para luego pasar al campamento La Nueva, cercano a San Isidro, Matagalpa, donde encontró al comandante Bayardo Arce Castaño, “Chepe León”, entonces miembro de la Dirección Nacional del FSLN, tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP), al mando de más de 200 guerrilleros.

Herida mientras atendían y evacuaban heridos en Matagalpa

En mayo y junio de 1979 comenzaron a salir las columnas rumbo a la zona de Matagalpa en la ofensiva final que derrocaría a la dictadura somocista. En el campamento quedó “Idania” junto a unos 50 combatientes al mando del comandante guerrillero Manuel Rivas Vallecillo “el negro Alí”.

Requiriendo de sus servicios médicos la llamaron a Matagalpa para atender y evacuar heridos producto de los encarnizados combates, cuando estaban por salir por una vereda del río Solingalpa, fueron detectados por un grupo de guardias que se encontraban en unos cerros altos de la ciudad, desde donde comenzaron a dispararles. Una de las balas impactó sobre una piedra sólida tras la cual se parapetaban y al desintegrarse, las esquirlas se incrustaron en el cuerpo y la parte izquierda de su rostro.

Todavía, 45 años después, conserva cerca de su oído un fragmento de bala que los médicos consideraron no operarlo por el riesgo de causarle otras complicaciones mayores en la parte auditiva.

Posteriormente, la organización la envió a Estelí, en donde la guerrilla sandinista sostenía fieros combates contra posiciones de la G.N. en algunos edificios incluyendo la Catedral. Ella cargaba además de su carabina M1 una mochila con medicamentos e instrumentos necesarios para los primeros auxilios. El 16 de julio de 1979, combatió a la guardia en su último reducto, el cuartel de la G.N. al mando del coronel Vicente Zuniga, apodado “la sombra”, quien fue abatido cuando intentaba escapar en unos vehículos.

Entre otros combatientes que auxilió recuerda a la guerrillera Fátima Pavón, “Johana, compañera del comandante guerrillero Elías Noguera, “René”, segundo jefe del comandante Francisco Rivera, “el zorro”, quién se encontraba embarazada y falleció en el hospital de la Trinidad, Estelí.

El personaje

Miriam del Socorro Morales Castillo, nació el 20 de febrero de 1954. Es la quinta hija de ocho.

Es soltera y progenitora de dos hijas; Francis Xeydania Ballesteros Morales y Winni Méndez Morales. Abuela de tres nietos. Militante de la segunda promoción del FSLN. Fundadora del Ejército Popular Sandinista (EPS), donde desempeñó entre otros cargos: jefa de los departamentos de protocolo, audiovisuales, en Relaciones Públicas durante siete años y del Centro de Historia.

En el año 2003 se graduó en licenciatura en Administración de Empresas.

Tiene reconocimientos en competencias de natación y tiro.

En el 35 aniversario del Ejército de Nicaragua, fue ascendida al grado de coronel, convirtiéndose en la primera mujer en Nicaragua en alcanzar ese grado militar en septiembre del año 2014. En el año 2017 se retiró honrosamente de la vida militar.

En el año 2018, durante el intento de golpe de Estado, se puso al frente de la defensa de la patria y la revolución en su vecindario, organizando a los militantes y simpatizantes del FSLN, asumiendo el cargo de secretaria política.

6 Comments

  1. Considero que de niña a coronel fue una persona de un caracter lleno de responsabilidades, sin dejar de ser dulce y tierna fueron armas que utilizo en la lucha en contra de la Dictadura de la Dinastia, somoza, comprendio y supo asimilar el alto grado de responsabilidad que requería en esos momentos duros, donde la GN, se identifico como enemiga de la juventud Nicaraguense, ella niña mujer, Mirian, sin importarle entregar hasta la vifa si era posible, se entrego de lleno a la lucha de liberacion, dando hasta el ultimo sudor, Mirian entrego su juventud sin gozar de su ninez plena, sin pensar en prebendas lograste, lo que cualquier persona, hombre o mujer, quiciera llegar a ser en la vida, es admirable su larga trayectoria forjada en la lucha, heroina de Nicaragua, mujer de mil batallas, como muchas de esas mujeres de corazon tierno y dulce tomaron desiciones de acero, de mi parte la admiro y la felicito, por ser un buen ejemplo que inspira a los jovenes, a imitarla, felicidades Coronel Mirian, muy mercido reconocimiento, Vivan las mujeres Nicaraguenses que se entregaron a la Lucha Revolucionaria aportando en la causa, para lograr la alegria de niños y niñas que rien y juegan en un pais libre de opresores que gozan de todos los derechos en una patria libre o morir, saludos mi estimada heroina.

  2. Es admirable, su azaña. Muy valiente, y admirable. Una persona bien umilde., Un gran Ser humano. Tengo el agrado de conocer y compartir con ella y su amable Familia. Lo que más me gusta de su persona, es su entrega incondicional a lo que ella considera justo. Mis respetos, Doña Miriam. Le guardo un inmenso cariño, y le deseo lo mejor. Dios le conceda todas las peticiones de su corazón! Un abrazo inmenso 🌹.

  3. Mi admiración y respeto a esta gran mujer, compañera, hermana y amiga, fuerte y leal siempre. Eres un orgullo para todos.
    TQM hermana.

  4. Mis respetos y admiración para la compa: Cnel. Miriam del Socorro Castillo Morales, con mucho amor Sandinista Jaime Alfaro Morales, de la vieja guardia del FSLN y fundador del EPS, y TPU.

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