Manuel Salvador Espinoza J. *
Por su efecto letal, en el nuevo arsenal de los sistemas de agresión imperial norteamericano y en general de las potencias occidentales, las sanciones económicas (comerciales y financieras) a individuos u organizaciones ocupan un lugar relevante en su geo estrategia global. Al parecer son escasamente pocos los países, que las pueden enfrentar.
Le suelen llamar “Las Guerras Modernas del Departamento del Tesoro Norteamericano” y por más de 3 décadas, las han implementado contra una serie de países a los que los EE. UU consideran rebeldes, autocráticos y dictatoriales y aquellas organizaciones e individuos ligados al terrorismo o al crimen organizado. Un atributo de jueces y gendarmes que ellos mismos se han otorgado en plena contradicción con el derecho internacional.
Es la nueva característica del poderío norteamericano de politica exterior, que somete y compra voluntades de la mayor parte de los miembros del sistema internacional, aprovechando las fuerzas de la globalización, la centralidad del mercado estadounidense, la capacidad de divisa global del dólar, al sector político, privado y los bancos por todo el planeta, logrando así obtener no sólo la obediencia politica internacional sino el control y la esclavitud económica casi global.
La Guerra por otros Medios
Es simplemente la “Guerra por otros medios en el campo de la geo economía”. Sobre todo, porque hoy día, las naciones llevan a cabo cada vez más el combate geopolítico por medios económicos. Las políticas que rigen todo, desde el comercio y la inversión hasta la energía y los tipos de cambio, que se utilizan como herramientas para ganar aliados, castigar a los adversarios y coaccionar a los que están en el medio.
Y aunque, la “geo-economía” es el uso de instrumentos económicos para avanzar en los objetivos de política exterior y ha sido durante mucho tiempo un elemento básico de la política de las grandes potencias anglosajonas, el resultado de este campo de guerra se está inclinando bruscamente contra ese Occidente Colectivo Coercitivo y su conjunto de herramientas geoeconómicas por carecer de estrategias claras, que respondan a la naturaleza y el comportamiento cambiante del objetivo (país o nación) a atacar.
Según Richard Nephew, autor del libro “The Art of Sanctions”, (2018) hay pautas básicas para interpretar las respuestas de los países blanco de las sanciones, en función de dos factores críticos:
- DOLOR
- DETERMINACIÓN.
Pues, la eficacia de las sanciones radica en la aplicación de dolor contra un país, pero hay unos, que pueden poseer una determinación colosal para resistir, tolerar o superar ese dolor. Comprender la interacción entre el dolor y la resolución es fundamental para usar las sanciones o enfrentarlas de manera exitosa y humana. Entonces hay que variar no solo la estrategia, sino sus componentes de ataque y de defensa.
La URSS (ahora Rusia), Vietnam Cuba, Iraq, Siria, Venezuela, Irán, Yemen. Corea del Norte y Nicaragua solo son claros ejemplos de naciones sometidas al dolor de las sanciones como estrategias de dominio. Pero tambien de determinación a resistirlas. Esta feroz resistencia de este grupo de países anti-hegemónicos, han logrado, llevar a los norteamericanos no solo al análisis crítico de su ineficacia tanto de manera particular asi, como en lo global.
Esta es la nueva tendencia de la autocrítica, si se puede llamarle así en aquellas áreas del gobierno USA, encargadas de evaluar el impacto de la implementación de tales medidas de agresión económica, destrucción y empobrecimiento. Es la tendencia de la producción analítica en los mismos centros académicos anglosajones. Lo único, que no modifican ni quieren sustituir es la visión y misión, que han institucionalizado con estas medidas económicas de ilegalidad internacional.
Obras como: “Treasure Wars”: (Las Guerras del Tesoro), Desatando una nueva era de guerra financiera. Por Juan C. Zarate (2013) como respuesta al ataque a las torres gemelas del 2001. “War by Other Means”: (La Guerra por otros medios) compilados por los autores Robert D. Blackwill y Jennifer M. Harris (2017). “Sanctions as War” (Las sanciones como guerra) de Stuart Davis (2021). “The Economic Weapon” (El Arma Económica) el auge de las sanciones como herramienta de la guerra moderna, escrito por Nicholas Mulder, (enero 2022), claramente nos advierten algo. “Las sanciones son instrumentos de guerra con el fin de destruir por completo al enemigo.”
Sin embargo, la política de doble rasero y amoral de la Casa Blanca y sus aliados occidentales, venden dichas acciones de terror como una política libertaria de los pueblos de sus gobiernos dictatoriales. Nunca te dirán la verdad sobre los millones de niños, ancianos y mujeres embarazadas que han muerto por la hambruna producto del bloqueo comercial, que integra el sistema de sanciones en países como Iraq, Corea del Norte o Irán.
Jamás te dirán los millones de muertos por la falta de medicamentos y equipos médicos, que los embargos comerciales, congelamiento (robo) o retención de fondos (en miles de millones de dolares) que le pertenecen a la banca de los países sancionados son descarada e ilegalmente confiscados, para financiar de ahí a la oposición de los regímenes, que quieren derrocar.
Pero sí te cubrirán mundialmente, por medio de su oligopolio mediático global, “el descontento natural de los pueblos productos de un régimen opresor, al que están urgidos de derrocar”. La mentira siempre sobre la verdad. La falta de democracia que difundirán y el hambre, desempleo y desolación que producen sus sanciones, será lo que esconderán. Son tan cínicos, que te dicen que son medidas suaves, para no tener, que ir a la guerra.
De ahí, que las sanciones económicas dominan el panorama de la política mundial en la actualidad. Desarrollados por primera vez a principios del siglo XX como una forma de explotar los flujos de la globalización para defender el internacionalismo liberal, su atractivo es que funcionan como una alternativa a la guerra, pero que tras bastidores están inspiradas en devastadoras técnicas de guerra y muerte.
De ahí que estamos urgidos y demandados a tener una comprensión completa de todas las técnicas del “arte de sancionar” del imperialismo occidental. Tzun Tzu, se quedó corto con su obra “el arte de la guerra”. Si bien es cierto las ambiciones geopolíticas y el choque de zonas de influencia siguen siendo las mismas históricas, mucho ha cambiado en la operatividad del conflicto geopolítico, que surgen desde las primeras medidas de bloqueo de ciudades y puertos comerciales en la guerra entre Atenas y Esparta hace ya varios siglos.
Guerra Económica y sus Dimensiones.
La Guerra de Divisas y las estrategias y apuestas en juego desde la IIGM. El lugar y la dimensión de poder internacional global, que se adquiere. El funcionamiento de las monedas globales en la modificación o preservación de Orden Mundial. Son parte de la misma guerra económica global con profunda relación con el sistema de sanciones.
De igual manera estan asociadas, “las guerras comerciales”, que generan la creciente desigualdad entre las naciones y amenaza la paz internacional con disputas comerciales, que finalmente nos terminan llevando a uso de la fuerza militar. La Guerra, que todos comúnmente conocemos. La guerra, que hace más rico a los países más ricos y más pobres y endeudados a los países, que poseen verdaderamente los recursos naturales y estratégicos, pero que no tienen la maquinita para imprimir los billetes en dólares y desarrollarse económicamente.
Este ha sido el caso del sistema internacional desde el fin de la IIGM. El sistema de Breton Woods, propuesto por el norteamericano Harry Dexter White, (1944), quien se impuso ante ingleses y soviéticos casi al finalizar esta guerra, logró ubicar al dólar gringo como principal divisa global y respaldada en oro, ya que para ese periodo los EE: UU poseían el 80% de las reservas globales de oro.
Vanos han sido la aparición de divisas como el Deuch Mark, el Euro u otras, como el rublo o el renminbi chino, que no habían podido sacar al dólar del camino desde esa fecha. La lógica y la respuesta es única y sencilla. La estructura financiera de post guerra mundial (1945) como en BM, el FMI, respaldada con el componente político militar (la OTAN) y estructuras bancarias y militares análogas por todo el planeta, han garantizado la existencia del súper – imperialismo actual.
La Respuesta Rusa al Sistema de Sanciones
Pero necesariamente se le debe atribuir al sistema de sanciones occidentales, el principal causante de un despertar revisionista de Rusia en relación a la necesidad de la transformación del Orden Mundial. La respuesta de Rusia a las más 5,000 sanciones occidentales a partir del 24 de febrero de este año, cuando la Federación rusa ha iniciado la operación militar especial en Ucraina, no tiene otro objetivo, que destruir los cimientos básicos del poderío especulativo financiero global occidental nacido en 1945 y refirmado en 1991 tras la desaparición de la URSS.
A raíz de esta operación militar en Ucrania, aún en marcha (y por lo visto a largo plazo) las sanciones occidentales dirigidas a los sectores energéticos, financiero y de defensa, han provocado que, Rusia inicie una remodelación profunda en su propio sistema económico y con gran influencia en el sistema global. Con respuestas políticas rápidas para permitir, que el país se adapte a las nuevas circunstancias, fortaleciendo el papel del estado en la economía rusa, alejándose de las relaciones económicas asimétricas exteriores con Occidente y acercándolas a sus aliados en Asia.
Lo anterior demuestra en parte el fracaso de las sanciones occidentales a Rusia en esta coyuntura de crisis en Europa por Ucraina. De hecho, se conocía, que los EE. UU, generalmente logran sus objetivos en menos de un tercio de las veces que se imponen. Y que los costos de estas políticas de sanciones pueden ser significativos inclusive para los estados que las imponen.
Y si antes eran pocos los estudios y obras académicas publicadas sobre la alta tasa de fracaso de las sanciones económicas, hoy con las acciones militares rusas en Ucrania y las medidas comerciales y financieras impuestas por el Kremlin en los últimos dos meses, se evidencian el efecto bumerán y el declive de más de 70 años de sanciones económicas de EE. UU contra Rusia, donde los aliados más cercanos de Estados Unidos suelen ser los peores enemigos de sus sanciones.
Entendiendo la lógica de Nicholas Mulder en su reciente libro: “El Arma Económica”: El auge de las sanciones como un instrumento de la guerra moderna (2022), el uso de sanciones económicas desde los bloqueos de la Primera Guerra Mundial han sido implementado en periodos de confrontación de entreguerras, cómo una herramienta coercitiva a utilizar. Esta visión adoptada oficialmente como instrumento de mantenimiento de la paz por la Liga de las Naciones y por ende la ONU como su sustituto.
Y tal vez esa sea la paradoja más grande de las relaciones internacionales contemporáneas basadas en un sistema de sanciones y amparadas en el silencio de la organización de gobernanza mundial. Por eso las sanciones económicas no funcionan en los asuntos internacionales tal y como en el imaginario occidental se concibe. Los estados sancionados no cederán, a pesar del costo. Por lo tanto, es mucho menos probable que las sanciones económicas sean efectivas entre adversarios que entre aliados.
Es lo que hemos observado en los últimos meses. Al sancionar a Rusia, los EE. UU, han sancionado a sus socios europeos y estos a sí mismos al seguir el dictado de Washington. No hay duda, que el Occidente Colectivo Coercitivo, está sacando lecciones sobre cómo usar las sanciones de manera más efectivas contra Rusia en un periodo entre guerras como el actual, sino en el marco de una guerra ya frontal, que de no disminuir, su desenlace será mortal para el planeta entero.
Como explica Michael Cox, un estudioso de la política exterior USA, en su reciente libro de abril de este año, “Las Agonías del Imperio”, los EE:UU están muy divididos a lo interno. El mundo está escéptico de que sea la “nación indispensable” en la política mundial, pregunta más importante de todas hoy día es: ¿puede EE. UU. seguir dando forma a los asuntos mundiales o se enfrenta ahora a un declive a largo plazo?
L.A. bajo las Amenazas Permanente de Sanciones
El sistema de sanciones del Occidente Colectivo Coercitivo y Punitivo, mantiene toda una serie de líneas de acciones de castigo a todos y cada uno de los países del continente. Ni los más grandes por su economía o extensión territorial como Brasil y México, o los más pequeños como las islas en el Caribe, se pueden escapar a dichas amenazas.
Ya ni se digan países de alta DETERMINACION SOBERANA, como lo son Cuba, Nicaragua y Venezuela a los que de una u otra manera se mantienen bajo el ataque imperial. Está vez siendo excluidos del encuentro de las américas el próximo junio en California. Sin embargo, tal parece, que el cambio en el sistema internacional a raíz del 24 de febrero, ha generado niveles de revisionismos en nuestro hemisferio. Más de 20 países de la región, rechazan abiertamente la postura de Washington, amenazando, que tampoco asistirán con ese nivel de exclusión.
Desde luego, que el Departamento del Tesoro, junto con la Central de Inteligencia, ha realizado, la mejor recopilación de información sobre todas las estructuras de poder y actividades económicas de cada país y sus lados flanco donde a cada uno se les puede apretar y hacerlos gritar. Es más, a muchos el Departamento de Estado solo les tiene, que advertir, para generar obediencia absoluta.
Nuestro país, ha sido golpeado severamente por este régimen de sanciones arbitrarias extraterritoriales de la Casa Blanca y la Unión Europea y sin lugar a duda seguirán intentándolo y haciéndolo hasta doblegarnos. Para su tristeza, existe un gobierno sandinista, defensor de la soberanía nacional, que ha logrado y logrará siempre revertir este tipo de amenazas a nuestro futuro de desarrollo y prosperidad.
Urge entonces maximizar, el conocimiento, sobre este tipo de sistemas made in USA y la UE. Una comprensión profunda popular nos hará más fuerte y decididos a seguirlos enfrentando y venciendo. Debemos crear capacidades de contra-sanciones, económicas y políticas.
No podemos, ni debemos permitir, que se nos imponga un bloqueo criminal como a la heroica Cuba. No podemos, ni debemos permitir, que destruyan nuestra economía como lo hicieron en Venezuela. No pudieron en los 80 con toda una guerra de 10 años y amenaza de invasión directa, mucho menos ahora en tiempos de declive de su hegemonía continental. ¡Por eso, no pudieron, ni podrán!
*Especialista en Relaciones Internacionales. Director del Centro Regional de Estudios Internacionales (CREI)