Fredy Franco (*)
Nicaragua tiene mucho que celebrar en el Día Internacional de la Mujer no solo los 8 de marzo sino todos los días, con logros de alcance mundial en los Derechos de la Mujer, en la equidad de género en lo social y en la participación política, en la superación significativa de desigualdades, logrados con la restitución de derechos en todos los órdenes en estos últimos 15 años.
Con el gobierno sandinista la mujer nicaragüense ha alcanzado importantes niveles de protagonismo político de dimensión mundial, expresados en el primer lugar en cargos ministeriales, el tercer lugar en más Mujeres en el Parlamento y en equidad social pasando del lugar 90 en el Índice Global de Brecha de género en el año 2006 al lugar 5 de dicho índice en la actualidad.
1-Equidad en la participación política de la Mujer
El gran logro de la participación de la Mujer nicaragüense hoy, es resultado de la lucha histórica de las mujeres, que tiene como momento más destacado la formación del FSLN, donde la mujer va alcanzando importantes niveles de participación en la lucha revolucionaria por la transformación de la sociedad, única manera de transformar las condiciones que habían excluído, explotado y discriminado a la mujer, dándole un rol tradicional de supeditación al hombre y sin derecho a casi nada.
Fue, y es con la participación de la Mujer por sus derechos y el de toda la sociedad en el marco de la Revolución Sandinista, que la mujer ha conquistado un espacio protagónico en la vida social y nacional, y desde él ha luchado y sigue luchando en Revolución por superar los obstáculos que impedían o impiden su plena igualdad con respecto al hombre.
Y podemos decir que lo propuesto en el Programa Histórico del FSLN en 1969 de lograr la emancipación de la mujer se está cumpliendo en esa lucha por la igualdad social que implica la igualdad entre hombres y mujeres, siendo más emancipada hoy la mujer de la exclusión, del rol tradicional y de ser un Ser sin Derecho
Hoy la Mujer es protagonista de Derechos y determinante en los destinos de la sociedad y de la nación nicaragüense, como nunca antes en nuestra historia, siendo mayoritaria su presencia en los principales cargos públicos del país, de funcionarios y de elección popular, incluido la equidad política en la participación electoral y en los partidos políticos.
Esas condiciones aseguran participación equitativa con respecto a los hombres en los espacios donde se toman las decisiones fundamentales en el Gobierno, en Parlamento y demás instituciones públicas, desde donde se impulsan políticas públicas, programas, leyes y demás condiciones para hacer posible el avance social.
El ordenamiento jurídico nacional hoy se construye con leyes que aseguran equidad y práctica de género, donde esté siempre presente la perspectiva de género y donde se aseguran los espacios necesarios para su participación e incidencia social y política.
Desde todos esos espacios políticos y del marco normativo nacional se promueve que la mujer sea sujeto en todos los asuntos nacionales, se construya dignidad y derechos.
odo ello construye poder público democrático, equitativo y participativo, avanzando en la existencia de una sociedad con igualdad absoluta entre mujeres y hombres como dice nuestra Constitución Política de 1987, pero además donde se hagan permanente esas relaciones equitativas y complementarias entre ellos.
2-Superando brechas de desigualdad socio-económicas
Es innegable que se han restituido los derechos socioeconómicos de la mujer en estos 15 años de la II etapa de la Revolución.
El Foro Económico Mundial recientemente ha examinado varios factores propiciadores del desarrollo humano en el Mundo, en este caso la Educación, la Salud, la Economía y la Participación Política, ubicando a Nicaragua en el quinto lugar de equidad superando brechas de desigualdad arriba de un 80%, alcanzada con derechos y condiciones socio-políticas equitativas. aseguradas por el Gobierno Sandinista en la presente etapa histórica.
Equidad educativa:
Nicaragua vive una Revolución educativa por su acceso, equidad, calidad y pertinencia. Hay 2.5 millones de nicaragüenses estudiando desde la educación especial preescolar, primaria, secundaria, educación técnica y universitaria, y de ellos casi el 60% en general es matricula femenina, siendo un 56% de mujeres que estudian en las universidades, lo que asegura ese importante acceso a la educación superior que es factor de movilidad social, de relación de educación con oportunidades de trabajo y de la existencia mayoritaria de mujeres profesionales, que expresa un claro protagonismo o liderazgo en el desarrollo social presente y futuro.
Contamos ahora con más equidad educativa que hace 15 años, no solo por la matricula mayoritariamente femenina y su presencia en todas las educaciones, sino por la inclusión educativa de la mujer trabajadora, de la mujer rural, caribeña afrodescendiente y originaria, que la saca de las condiciones de exclusión y marginación y la forja como sujeto social.
Equidad en Salud
El gobierno sandinista asegura plenamente el derecho a la salud. La mayoría de las 1700 unidades de salud existente en el país, mayoritariamente han sido construidos por el gobierno sandinista que ha llevado salud gratuita y de calidad a todo el pueblo y sobre todo a la mujer.
Ha disminuido radicalmente las muertes maternas, pasando de 115 fallecidas por cada 100 mil nacidos vivos en el año 2006 a 36 fallecidas por cada 100 mil nacidas vivas en el año 2020. Ello se ha logrado por el acceso de las unidades y servicios de salud a todos los lugares, el fortalecimiento de la atención ginecológica, las brigadas móviles y por las 178 casas maternas existentes que atienden y protegen a la mujer en el momento del parto.
La calidad de vida en lo social, la alimentación y la salud ha aumentado la expectativa de vida de 72 a 77 años, siendo un poco mayor el de la mujer.
A ello ha contribuido también la calidad en el servicio médico público, el uso de modernas tecnologías y tratamientos que han disminuido o controlado enfermedades muy graves como el cáncer, contando con equipos de primea línea como el Acelerador Médico Lineal.
Equidad socio-económica
El bienestar social equitativo en Nicaragua tiene como base el derecho a la salud, la educación, el acceso a servicios de energía eléctrica, agua potable, la vivienda social, trabajo y oportunidades económicas.
La mujer en estos últimos 15 años se ha empoderado económicamente y elevado sus posiciones socio-económicas a través del acceso creciente al empleo y a los programas económicos que la han hecho protagonista.
La mujer con su desarrollo y la superación de las condiciones de discriminación y exclusión, ha ido superando los obstáculos para acceder al empleo, logrando además del acceso creciente a él, lograr las mismas remuneraciones salariales que los hombres: a igual trabajo, igual salario.
El Programa Hambre Cero en el Campo ha involucrado hasta la fecha a 275 mil familias, con presencia mayoritaria de la Mujer generándole empleo y alimentos, contribuyendo además a la seguridad y soberanía alimentaria, desde el cual se produce una buena parte de los alimentos que consumimos.
El acceso a crédito, tecnología, capacitación y promoción económica como las ferias y el acceso a la propiedad son premisas que aseguran su protagonismo económico- social; que se fortalece con que más de 520 mil títulos de propiedad entregados en estos 15 años de gobierno sandinista, un 55% ha sido entregado a mujeres.
3-Avanzando en la superación de los obstáculos socio-culturales
Las transformaciones políticas, jurídicas, sociales, educativas y económicas en beneficio de la mujer, han igualmente impactado favorablemente en la forja de la conciencia social de la mujer nicaragüense, elevando su dignidad, su autoestima y concebirse como un ser con derecho y en pie de igualdad que los hombres.
Junto a las transformaciones materiales (económico-sociales) y superestructurales (las políticas, institucionales y jurídicas) operan los cambios mentales contra la cultura patriarcal y machista, en los que igualmente hemos avanzando y que requiere seguir transformando dichas concepciones y prácticas.
Es necesario seguir combatiendo y cambiando la creencia conservadora de que la mujer es una ser inferior y propiedad del hombre, la mentalidad del rol doméstico y sexual tradicional de la mujer en el hogar, de su no inserción al mundo educativo y laboral, ya no digamos querer limitar u obstaculizar su derecho a la participación política y social con posición protagónica
Igualmente combatir la creencia todavía presente del supuesto derecho del hombre de violentar a la mujer en todos los espacios de la vida, en el espacio familiar, laboral y social, que sigue generando mucho daño humano, psicológico y afectivo contra la mujer.
Aunque Nicaragua es el país Latinoaméricano que presenta menos Feticidios y menos violencia en contra de las Mujeres y la Niñez, por todo el marco de políticas sociales, leyes y accionar interinstitucional, incluido el accionar del Ministerio de la Familia y las Comisarías de la Mujer, es un tema que debemos seguir enfrentando integralmente desde la promoción de valores en la familia y en la escuela, hasta un accionar interinstitucional cada vez más efectivo contra ese flagelo que todavía nos sigue afectando.
Es necesario seguir construyendo mayor conciencia de derechos y prácticas de equidad en todos los espacios de la vida, cambios de mentalidad para concebirse como iguales sociales, seguir consolidando conciencia de los deberes y responsabilidades compartidas como Padres y Madres en la familia, profundizar la participación política de la mujer, seguir consolidando las políticas sociales que la protegen y aplicando las leyes contra las prácticas de violencia, de discriminación y exclusión que todavía existen o perviven.
Todos esos avances sustantivos en los derechos de la mujer, la igualdad social y la equidad de género en Nicaragua, ha sido posible por la revolución sandinista y solo la revolución los hará pervivir y consolidar permanentemente hasta tener una sociedad plena en igualdad, equidad, justicia social, solidaridad, dignidad humana, respeto y complementariedad entre hombres y mujeres
(*) Cientista Social e Historiador, Profesor Titular UNAN Managua.