Ricardo Coronel Kautz
Uno mismo leyendo, aunque sea someramente, la Historia de los Estados Unidos, y mejor aun leyendo algunos de sus más sólidos historiadores queda claro que su inmenso y poderoso desarrollo se fundamentó principalmente en tres grandes pilares: 1- el despojo integral a la población originaria, 2- la inhumana explotación de los esclavos africanos negros y de los “culis” chinos; 3- el enorme despojo territorial a Méjico junto al colonialismo y neocolonialismo. Lo que no puede dejar de calificarse como una barbarie y que estableció en forma permanente una cultura de racismo supremacista.
Una vez alcanzado ese “inmenso y poderoso desarrollo”, que les proporcionó asimismo una enorme ventaja sobre el resto de los países del mundo de ese momento; sus políticos, académicos, intelectuales e historiadores de derecha, diarios y revistas; grandes medios cinematográficos, radiales y audiovisuales; periodistas connotados y grandes y variadas instituciones de mucho prestigio (que se le llama el Establishment) construyeron y construyen una atractiva y alienante narrativa de su Historia, que incorpora también, al menos, otros cinco grandes e invariables puntos de partida.
Esta subjetiva y parcial narrativa siempre lleva implícito, lo que ellos llaman a) The American Excepcionalism= el excepcionalísimo americano, b) The American Dream = el sueño americano, c) We are Hollier than Thau= nosotros somos más bondadosos que vosotros, d) The Imperial Project =el proyecto imperial, d) The Free Trade= el libre comercio, o sea la concentración de todo el poder industrial, agrícola y financiero en los Estados Unidos, a través del proteccionismo y sus grandes bancos. Todo lo anterior, incluidos por supuesto los tres pilares mencionados antes, están concretamente respaldados por el más poderoso aparato militar-industrial y de inteligencia que jamás haya existido. Con más de 800 bases militares y al menos un millón de soldados distribuidos por todo el mundo, preparados para sus intervenciones, invasiones y violaciones. Lo que les hace pensar en que los Estados Unidos tienen un Destino Manifiesto.
El pueblo estadounidense, inteligentemente manipulado – especialmente en el ámbito de la religión- lleva imbuido en su estructura mental y en todos los componentes de su cultura esos grandes referentes. Cambiar ese absurdo estado mental es prácticamente imposible, pero sin embargo lleva también plantadas las semillas de su propia destrucción, como ha sido demostrado por la historia, con la desaparición de todos los imperios anteriores.
El concepto inexistente y mágico de democracia es usado y abusado hasta la saciedad despojándolo de todo significado real. Cada cuatro años eligen formalmente un presidente los únicos dos partidos políticos, que son realmente el ala derecha y el ala izquierda de un único partido conservador de los ricos. El presidente es todopoderoso, mientras lo apoyan las grandes corporaciones monopólicas, los grandes bancos, los representantes del G7 (el estado profundo), que se hace sentir tanto en el ámbito de política interna como externa, siendo en esta última en que afecta en forma catastrófica a otros países desde una posición de inmunidad e impunidad ante la que muchos de los otros países se encuentran impotentes. El negocio de la guerra perpetua, con su ya usado componente nuclear, que es consustancial al sistema político- económico y social que impera (el capitalismo) y es además el alimento del imperio. El cinismo, el engaño, la hipocresía, la mentira descarnada y la abierta injerencia en todas las elecciones de mundo son las armas más usadas por el presidente-imperial, convirtiéndolo en juez y parte a nivel planetario. Para mí es doloroso decirlo y más aún admitirlo, la historia de los Estados Unidos está sustentada en la mentira y la estafa
A todo lo anterior quisiera añadir un nuevo concepto de la política exterior de los Estados Unidos que he acuñado “El acoso político permanente y la eventual violación”
Eso es exactamente lo que hacen los Estados Unidos de América, o sea como lo dirían ellos mismos “permanent political harassment and rape.” Permanentemente someten a ese tratamiento a todos los países que no hacen lo que ellos dicen. Es una acción tan repugnante como el “sexual harassment and rape” que se hace a las mujeres y que todos consideramos asqueroso. El acoso político a los países rebeldes se da en todos los ámbitos, el cultural, social, político, comunicacional, militar, laboral, empresarial, religioso y en el tejido mismo de las familias; este acoso que es permanente, y siempre apoyado por las elites económico-sociales de esos países, persigue la violación integral, que a su vez es el acto de disgusto más rechazado por todas las sociedades de nuestra civilización. Ese acto de violación que equivale a una andanada de sanciones, al asesinato de individuos con drones, a la invasión, ocupación y destrucción de un país solo lo hace, hoy en día, los Estados Unidos. Y bien podría hacer todo lo contrario.
Escribo ese párrafo anterior y en realidad todo el escrito con sentimientos encontrados, ya que por un lado tengo gran admiración por muchas cosas de ese país, que ha aportado y enseñado mucho al mundo y al desarrollo integral de su pueblo y también a otros pueblos, he conocido muchos estadounidenses llenos de sensibilidad humana y gran generosidad y hay mucho de eso en sus comunidades, pueblos y ciudades. Conozco bien los Estados Unidos.
Por otro lado ya había nacido cuando gobernaba Franklin D. Roosevelt y su conocido “he is a son of a bitch, but he is our son of a bith”, o sanamanbich como se decía antes y dijo Daniel hace poco; y al adquirir uso de razón me daba cuenta de la espantosa II Guerra Mundial en que se metieron, y sin ellos ganarla, salieron desplazando al Imperio pirata inglés; en esos mismos años los yankees instalaron la dictadura dinástica de los Somoza y que poco después Augusto C. Sandino los derrotara y expulsara de Nicaragua lo asesinaron usando a Somoza, ya para entonces habían sido derrotados en San Jacinto por el General José Dolores Estrada con su lugar teniente, mi bisabuelo, José Luís Coronel, Andrés Castro y otros con ayuda de los flecheros matagalpinos en 1856. Después de Roosevelt viene la bomba atómica de Truman, después el acoso y violación de paises, como Corea y Vietnam (sacándolos a patadas de ambos), Cambodia, dejándola a tierra arrasada, Somalia, Yugoslavia bombardeada por meses, Irak destruido y retrasado décadas en su desarrollo, Afganistán después de diez años de violación y destrucción derrotados y expulsados humillantemente, Siria, donde aún le siguen robando el petróleo, Yemen, Libia, la nación más próspera del Continente Africano, destruida y violada, la Libia del Gran Kadafi. Y en América, antes en 1898 se quisieron robar Cuba y más tarde otra vez Nicaragua, República Dominicana, Granada, Panamá, y hoy por hoy está acosando a Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia con claras intenciones de violarlas, que es su objetivo con todos los países que rechazan con dignidad y soberanía su acoso permanente y violación o aquellos llenos de recursos naturales y que pueden llegar a competir en el mercado mundial. Esos Estados Unidos Imperiales y criminales repugnan al mundo.
Creo que como yo mismo, nadie quisiera que los Estados Unidos fuera así, preferiríamos un país amistoso, tolerante de los otros, cooperador, solidario, pacífico que compartiera con generosidad y amplitud el enorme conocimiento y sabiduría acumulada en los docentes de sus grandes y famosas universidades, en otras palabras, un país de paz. Todos esperamos que el noble pueblo estadounidense, junto con una nueva generación de políticos logre transformar o refunde ese extraordinario país.
Muy de acuerdo en TODO, apreciado camarada.
Muy de acuerdo, la paz ayudaría tanto al mundo. Pero el negocio de la guerra lo impide.