Manuel S. Espinoza Jarquín (*)
Una nueva victoria revolucionaria sobre la estrategia de dominio yanqui en nuestra América, ocurrió el pasado 7 de noviembre con la victoria del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua. El Triunfo del FSLN con la candidatura del Comandante Daniel Ortega Saavedra en las recién pasadas elecciones, representa uno de los temores, que norteamericanos y europeos, han venido queriendo evitar a nivel internacional desde hace décadas.
¿Pero por qué tanto ensañamiento de Washington contra nuestro pequeño país? Durante los últimos cuatro años, las agencias del gobierno norteamericano implementaron, desde las más secretas como la CIA y la DEA hasta las abiertas como el Departamento de Estado y la USAID, prepararon y condujeron una serie de acciones y operaciones, que tenían por objetivo derrocar al gobierno sandinista o impedir su victoria electoral en este año.
Para este propósito, millones de dólares en la construcción de todo un andamiaje de recursos políticos y paramilitares, fueron utilizados sin pensarlo dos veces. Y aun cuando inventaron y esparcieron mediáticamente tantas medidas de desprestigio, disfrazadas de razones, que lograran engañar y generar odio contra el sandinismo y contra la figura del Presidente Ortega en gran parte de nuestra población, no pudieron impedir la expresión masiva del voto del pueblo nicaragüense.
Prácticamente, en Nicaragua, como en ningún otro país, donde la injerencia política multidimensional, se manifiesta, a través del financiamiento del mal llamada sociedad civil y la existencia de toda una red de colaboradores nacionales, los planes de Washington fueron cortados a la raíz en estas elecciones. Independientemente del partido político por el que votó cada nicaragüense, su voto constituyó un rechazo a la injerencia amenazante extranjera venga de donde venga
Nicaragua en Centroamérica.
Solo dimensionemos a nuestro país, con sus propias características de historia y realidad coyuntural de los últimos 14 años entre el grupo de los países de Centroamérica. Además, el papel que juega Nicaragua en la región, fue renovada por la vocación de integración y la unidad del istmo del Presidente Ortega en el discurso del 15 de septiembre del corriente, en relación al Bicentenario de la independencia centroamericana, donde aseguró, que “estamos obligados a promover y seguir avanzado en la unidad regional y eso sólo se logra con la unidad regional”.
De ahí, que otros cinco años de poder sandinista en Nicaragua, significa la continuación de emanación de las ideas de unidad, libertad y de resistencia, que como faro ilumina en la noche profunda del neoliberalismo y el desastre capitalista y de pos-pandemia, que cubre a la región. Esa pesada y larga noche, se oscurece más con el dominio y control yanqui en los pueblos del Istmo. En los términos imperiales esto es visto como “la propagación del totalitarismo en el hemisferio” y desde ahí nos ubican como amenaza a las “democracias” y a la economía regional, que genera una enorme cantidad de refugiados y emigrantes a sus países.
Pero en realidad esas “democracias” han tenido y tienen mayores problemas en los temas de refugiados y migración, que Nicaragua. Por ejemplo, en el 2015, se calculó en unos 110 mil, los refugiados procedentes de los tres países del Triángulo Norte (EL Salvador, Honduras y Guatemala). Desde ese año la cantidad de refugiados aumentó en un 317%. En diciembre del 2020, la cifra se aumentó a 517 mil. En el caso de la cifra de los emigrantes ilegales procedentes de esta zona, desde el 2018 rondaba en 1.740.000. (El Salvador, 750.000; Guatemala, 588.000 y Honduras 402.000). Este año es triplicado por los estragos de la pandemia del corona virus.
Pero la pesadilla es de nunca acabar para nuestros 3 países vecinos arriba mencionados. Si antes soñaban con poder cruzar el muro racista de Donald Trump con la llegada de Biden, ahora el sueño se les desvaneció con la advertencia hecha en junio por la vicepresidente USA, Kamala Harris “You better don ́t come to US” (Mejor es que no vengan a los EE. UU). Ahora son deportados desde la frontera norteamericana o México sin esperanza alguna de poder encontrar alguna oportunidad de vida en los países, que abandonaron. Desde enero a septiembre de este año fueron deportados 85,188. O sea 12,207 más de los deportados en el 2020.
En el caso de la narrativa antisandinista, nuestros adversarios saben perfectamente que Nicaragua en comparación con los países del norte centroamericano, producto del buen y eficiente gobierno sandinista, nuestro país prácticamente no generaba refugiados, apenas unos 2, 706 refugiados en el 2015 y 74.285 en el 2020 como producto del golpe fallido del 2018, que destruyó nuestra economía y que generó el desempleo masivo, porque la empresa privada mando a la calle a cientos de miles. El golpe de abril, fue el resultado de las ya tradicionales operaciones USA de “cambio de régimen”, por medio de la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA) junto con sus agencias fachadas como la USAID, NED, Freedom House, IRI, NDI, etc.
Ahora los norteamericanos y europeos, intentan por todos los medios de desinformación y desprestigio utilizar, las cifras en aumento de emigrantes y refugiados nicaragüenses como un resultado de la falta de democracia y la represión dictatorial. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza norteamericana (CBP), unos 50.722 mil nicaragüenses han sido detenidos en la frontera yanqui durante el año fiscal 2020-2021. Esa cifra representa un 281% en comparación con los datos de 2019.
Pero su mentira y falacia queda en evidencia, cuando no incluyen como razones principales el golpe fallido del 2018, la pandemia del coronavirus y dos huracanes seguidos en este año. Pero aun así podemos observar, que hasta finales de septiembre han sido detenidos 95.000 salvadoreños por intentar cruzar la frontera sur norteamericana de manera irregular. Un promedio de 262 registrados por día. Casi 8.000 cada mes. Y eso, que el gobierno de Nayib Bukele “supuestamente” cuenta con el 85% de aprobación pública. ¿Entonces por qué emigran si en ese país no hay dictadura? ¿Y que, de los casi 50.000 hondureños indocumentados, que han sido deportados desde México, Estados Unidos y Centroamérica en lo que va de año?
El tema de la migración es muy importante y apenas está iniciándose a explotar mediáticamente y con propósitos contrarrevolucionarios como en los 80. Desde ya están creando y organizando la futura “Contra” con emigrantes, que decepcionados por no poder cruzar o llegar cuasi voluntariamente darán el sí, para tales planes. Por eso hemos visto, un apoyo y promoción de la iglesia en los departamentos, comarcas y municipios del país, incentivando a los más jóvenes. Más allá de sus planes macabros, no superamos en cifras a los países norteños de C.A. Pero además saben que con más desarrollo económico local de nuevo la “migración promovida” para la desestabilización de Nicaragua se detendrá.
Y precisamente para alcanzar mayor desarrollo y suficiencia económica, la victoria electoral sandinista y la continuidad del gobierno sandinista, bajo la conducción del comandante Ortega es más que una necesidad en una coyuntura de supervivencia de pos-pandemia global, donde ningún otro estado por muy potencia, que sea, brinda la oportunidad de sobrevivir, ni siquiera a sus propios ciudadanos. Y con ansiedad los centroamericanos ven con esperanzas de trabajo y subsistencia los mega proyectos de infraestructura que se construirán en los próximos años en Nicaragua.
Los centroamericanos ya lo saben, porque lo viven. El balance es sorprendente y los avances de Nicaragua no pueden compararse con lo que, en el mismo tiempo, ha ocurrido en El Salvador, Honduras y Guatemala, donde la miseria y la pobreza han caído nuevamente a niveles alarmantes. Basta con revisar los temas de acceso al empleo, salud, educación, seguridad y bienestar para dimensionar su tragedia.
Los centroamericanos, están viendo la inauguración de una planta norteamericana de 700 millones de dólares para la producción de gas y su comercialización a nivel regional. Puertos de agua profunda, el canal interoceánico, el plan de desarrollo del golfo y muchos proyectos estratégicos, que aun hasta se desconocen son parte del futuro cercano de Nicaragua.
Es gracias a esa visión de unidad, que promueve nuestro país, y obviando la amenaza de encarcelamiento al presidente hondureño Juan Orlando Hernández y las bases militares de ocupación yanquis en ese país, Nicaragua y Honduras han firmado en este mes un acuerdo de delimitación fronteriza, según el fallo de la Haya, que sin duda alguna desarrollará el comercio entre ambos países en el golfo de Fonseca y al que tarde o temprano se unirá El Salvador, superando el litigio, que mantiene con Honduras.
No sólo los nicaragüenses, que viven en los EEUU vienen a hacer uso del sistema gratuito de salud, sino, que desde Honduras y El Salvador vienen sus ciudadanos a asistirse también gratuitamente a nuestros hospitales desde el 2010. Este año en Chinandega, ciudad fronteriza a esos dos países, se construyó el hospital más grande del país con 406 camas. Para una inversión de 107 millones de dólares y tiene todos los servicios de especialidades con la tecnología más moderna. No debe caber duda alguna, que es un proyecto lleno de amor y solidaridad para nuestros hermanos de C.A.
La Cra. Rosario Murillo dijo, que: es “el hospital número 23 que hemos logrado construir en medio de un mundo tan hostil, tan burdo, un mundo que no reconoce el cumplimiento con sentido de misión de los deberes cristianos, amar al prójimo en todo momento y disponer todo lo que el prójimo merece”. Con eso desde ya, ha dejado claro, la voluntad del gobierno nicaragüense de compartir con nuestros hermanos centroamericanos tal y como se ha venido y seguira haciendo.
Y conociendo el corazón revolucionario de nuestra jefatura, es sencillo también predecir como la pronta fabricación de vacunas rusa CoviVac contra el coronavirus SARS-CoV-2, en Nicaragua, será objeto de solidaridad hacia nuestros hermanos del istmo. Este proyecto fue una propuesta de Nicaragua presentada por nuestro gobierno por medio del Canciller, Denis Moncada en su visita a Moscú en Julio de este año y a la que, Rusia ha salido al encuentro.
Para eso se usarán las capacidades de la empresa conjunta Meshnikov, creada en el territorio de Nicaragua con la participación de la Agencia Federal Médico-Biológica (FMBA). El mismo director del Departamento América Latina del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Schetinin, reconoció, el espíritu del proyecto en que sin duda ayudará a la vacunación en toda la región. Ahora se completa el acuerdo entre las partes y se resuelven algunos problemas técnicos y Centroamérica podrá sentirse más segura en su lucha contra el Covid-19.
En el plano de la proyección de la defensa de la soberanía nacional, hay estados inspirados en el espíritu de resistencia nicaragüense, como es el caso de El Salvador, que poco a poco ha comprendido y aceptado la lógica de rechazo nica a la OEA y organizaciones similares encaminadas a la injerencia USA en nuestros asuntos políticos. Bukele ha venido demostrando su visión de rechazo al dominio norteamericano al denunciar el dudoso papel de la OEA al servicio de la política norteamericana en el continente.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, aun con mucho miedo “del que dirán” sobre muchos temas en la Casa Blanca y los medios desinformativos, que reproducen la lógica de Washington como el que demostró tras la firma del acuerdo entre Nicaragua y Honduras, parece al final, estar convencido por lo menos en su discurso, que el único camino es el intento de luchar. Para eso está consolidando su relación con China Continental, la potencia, que disputa globalmente a los EEUU en términos económicos y tecnológicos y que genera temor en los EE. UU por su clara presencia en el hemisferio.
Bukele envió al parlamento de su país a discutir una iniciativa de “ley de agentes extranjeros”, que corten el intervencionismo político, que las agencias norteamericanas, promueven al financiar a la supuesta sociedad civil y sus redes de ONGs con fines de control político y económico de las naciones.
En Nicaragua esta iniciativa, ya es una ley, se está aplicando y ha tenido su efecto profundo en la paz y la estabilidad de Nicaragua durante el proceso electoral. Estamos claro, que encontrará una inminente resistencia a lo interno y externo de El Salvador y hasta lo harán añicos, pero lo más importante ha sido para nuestro país, servir de ejemplo de soberanía.
La verdad es que, los pueblos y gobiernos del triángulo norte están hartos de una política imperial, que no demuestra interés alguno en ser solidario y gestor de progreso. Están cansados de las amenazas de sanciones individuales y de abolir el derecho local por un sistema de justicia extraterritorial, que los subordine y esclavice. Que los amedrante y tenga prisioneros en sus propios países con bases militares y persecución.
Por eso no hay duda de los intentos de autodeterminación, en los que se enrumbaría Honduras tras sus próximas elecciones presidenciales el 28 de noviembre al ganar Xiomara Castro, del partido Libertad y refundación de Honduras. Claro, con cinco bases norteamericanas en suelo hondureño es harto difícil, más no imposible. El poder blando de Nicaragua ha atraído las voluntades de hombre y mujeres de todos los estratos sociales y ocupaciones para construir una democracia popular y soberana en sus pueblos. Nicaragua, sigue siendo la esperanza libertaria y de lucha de la región. Nuestra nación ha demostrado, que independientemente de la lucha y el tipo de adversario, nuestro país siempre los enfrenta y sale triunfante.
Por eso sin temor alguno, podemos asegurar, que el triunfo electoral sandinista en Nicaragua es también un triunfo para los pueblos centroamericanos, que demandan bienestar y progreso a través de la unidad regional. De ahí la enorme importancia de tener mayoría absoluta en la asamblea nacional, tras las elecciones del 7 de noviembre, que fortalezca nuestra constitución con nuevas leyes y sin vacilación alguna aprobar las que sean necesarias en defensa de nuestra soberanía y futuro. Pero sobre todo tener a un pueblo, un partido militante como el FSLN, un ejército comprometido con nuestra patria y una dirección de gobierno fogueado en la lucha antimperialista como Daniel y Rosario.
(*) Especialista en Relaciones Internacionales.