E l 8 de junio de 2017 muere a los 84 años el padre Miguel D’Escoto Brockmann, sacerdote, político, humanista, militante, intelectual y figura irrepetible de la Revolución Popular Sandinista que luchó incansablemente por la justicia social, la dignidad y soberanía de los pueblos.
D’Escoto nació el 5 de febrero de 1933 en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, y en 1961 es ordenado sacerdote misionero católico de la orden Maryknoll en Nueva York.
En 1970 junto a otros once profesionales e intelectuales conformó en Nueva York el “Grupo de los Doce”, una organización destinada a formalizar el apoyo al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la lucha en contra de la dictadura somocista. Unos años después opta por la teología de la liberación y se une al Frente Sandinista.
En julio de 1979 es nombrado ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, desempeñando un rol fundamental en los procesos de paz de Esquipulas encaminados a poner fin a los conflictos armados de Centroamérica en la década de 1980.
Con su trabajo y sabiduría logró un rotundo triunfo con el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya con la demanda al gobierno norteamericano de indemnizar económicamente a Nicaragua por las actividades militares, paramilitares y actos de terrorismo en contra de nuestra nación.
Fue el primer religioso nicaragüense que ocupó la presidencia en la Asamblea General de las Naciones Unidas 2008-2009, con el apoyo de los países no alineados, desde donde alzó su voz contra el sistema de dominación imperialista.
Por su compromiso en pro de la paz en todos los pueblos del mundo, recibió numerosos premios y distinciones por ser un firme defensor del multilateralismo y el respeto del derecho internacional, un hombre profundamente comprometido con los principios de la no violencia, la solidaridad y la justicia social.
Llamado el Canciller de la Paz y la Dignidad, fue un símbolo de dedicación y humanismo que defendió las causas de Nicaragua y los países oprimidos del mundo. Hoy su legado, su vocación de paz, su espíritu de dignidad y su humanismo sigue presente en la lucha del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
En los últimos años de su vida se desempeñó como asesor principal del presidente Daniel Ortega en Asuntos Internacionales y miembro del Consejo Sandinista Nacional y de la Comisión Política del FSLN.