Junio 1979: la Insurrección Final y El Repliegue: El camino de la victoria

Junio 1979: la Insurrección Final y El Repliegue: El camino de la victoria

Fredy Franco (*)

Junio de 1979, antesala que marcó el camino de la victoria. Mayor expresión del enfrentamiento somocismo Vs sandinismo. Toda la expresión de lo sanguinario y crueldad somocista; y toda la expresión del heroísmo sandinista. Momento de las maniobras imperiales para evitar la victoria sandinista con sus campañas de mentiras y desprestigios (como hoy), reforzando militarmente a la dictadura y al mismo tiempo maniobrando para que triunfara en última instancia el proyecto de un somocismo sin Somoza, para dejar un pelele en el Gobierno, como ayer y como hoy.

Y como en junio-julio de 1979, hoy los neo-somocistas y su amo, el imperio yanqui, serán derrotados por el pueblo con la bandera rojinegra como divisa y el liderazgo del comandante Daniel Ortega.

Junio 1979: la Insurrección Final y El Repliegue: El camino de la victoriaEl FSLN y su liderazgo histórico y actual han dirigido con éxito las grandes batallas revolucionarias iniciadas desde octubre de 1977, cuando inició la ofensiva final contra la dictadura somocista, y ello posibilitó la Insurrección de Monimbó en febrero de 1978, la Toma del Palacio Nacional en agosto de 1978, la primera insurrección nacional de septiembre de 1978, la unidad de las tres tendencias del FSLN en marzo de 1979 y el inicio de la insurrección final el 4 de junio de 1979, cuando ya se hizo indetenible la victoria del 19 de julio de 1979, en la que por primera vez en nuestra historia se instalaba en el poder un gobierno del pueblo, dirigido indiscutiblemente por el FSLN.

El FSLN había previsto en su estrategia que el triunfo sería posible con la creación de ciertas condiciones político-sociales del país y de la maduración de las condiciones subjetivas, entre ellas: la conciencia del pueblo y la capacidad del Frente Sandinista de enfrentar y derrotar a la dictadura somocista.

Para junio de 1979 la dictadura estaba desgastada nacionalmente, aislada internacionalmente y en contradicciones claras con los otros sectores oligárquicos del país, profundizadas con el asesinato del representante del proyecto del somocismo sin Somoza, Pedro Joaquín Chamorro, el 10 de enero de 1978.

La liberación de siglos de injusticia

Luego en términos subjetivos, la unidad de las tres tendencias (marzo 1979) permitió unir en una sola estrategia y dirección la lucha del FSLN y toda la experiencia acumulada en el trabajo con el pueblo, en las alianzas nacionales e internacionales, en la acción de los frentes guerrilleros, en la guerrilla e insurrección urbana, en la capacidad táctica y estratégica para sortear y avanzar en medio de la superioridad militar de la Guardia Nacional.

Igualmente, el crecimiento de la conciencia permitió un crecimiento de las fuerzas guerrilleras del FSLN, pues miles de jóvenes se integraron como combatientes; el pueblo le fue perdiendo el miedo la guardia y se convenció
que la única fuerza que podía derrotar radicalmente a la dictadura era el FSLN integrado por muchachos ejemplares, llenos de coraje e ideales, que estaban dispuesto a entregar sus vidas, si era necesario, por la liberación de Nicaragua.

No sólo era liberarnos de 45 años de dictadura, sino de siglos de dominación extranjera, de dependencia, explotación, atraso, pobreza y desigualdad; y que el triunfo de la Revolución solo era el inicio de las grandes transformaciones que necesitaba el país para superar siglos de injusticias.

El FSLN fue aprendiendo cómo avanzar, cómo derrotar a la dictadura, fue logrando liberar varias ciudades y pueblos; pero también fue aprendiendo el arte de la guerra, cómo sortear y cómo replegarse, para evitar derrotas, proteger las fuerzas, proteger al pueblo y reiniciar con más fuerza.

El FSLN había avanzado en todo junio en la liberación del país y se preparaba para el golpe final en Managua; el centro de la resistencia en Managua estaba en los barrios orientales. Pese al avance y al heroísmo demostrado en estos barrios, la guardia usó todas sus fuerzas, por lo que fue necesario proteger a la población de la represión y de la crueldad somocista, y proteger a las fuerzas guerrilleras que carecían de pertrechos para seguir combatiendo.

45 días heroicos

El Repliegue Táctico a Masaya, que se desarrolló entre el 27 al 29 de junio de 1979, fue una audaz acción político-social-militar del FSLN, con propósitos tácticos-estratégicos, expresada en la marcha sigilosamente organizada de más de 6 mil personas de Managua a Masaya, entre combatientes sandinistas y población civil; y al mismo tiempo, fortaleció la lucha en Masaya y Carazo. Todo esto unido a la insurrección, la acción de los frentes guerrilleros y la huelga general indefinida en el resto del país, allanó el camino a la victoria sandinista el 19 de julio de 1979.

El Repliegue se produjo 23 días después de iniciado el llamado a la Huelga General, el 4 de junio de 1979, y que en Managua permitió una vertiginosa integración del pueblo a la lucha insurreccional antisomocista, frente a la cada vez más brutal y sanguinaria acción de la dictadura. Desde el punto de vista de la estrategia de lucha, se trataba de distraer y sostener al enemigo en la capital, donde estaba su mayor bastión y su fuerza militar, para hacer avanzar la lucha en los departamentos. Junto al desgaste y derrota en los distintos lugares y frentes de lucha (político, militar, internacional, etc.), alcanzar el triunfo de la revolución sandinista.

Al final los objetivos tácticos-estratégicos de El Repliegue se lograron, haciendo indetenible la insurrección final con el reforzamiento en otras ciudades y la resistencia en Managua. Así se avanzó en la liberación de las ciudades y se rindió la Guardia Nacional el 19 de julio de 1979, y un día después todos los frentes guerrilleros entraron triunfantes a Managua.

Del 4 de junio al 19 de julio duró la insurrección final, 45 heroicos días que sintetizaban la resistencia de siglos, la resistencia popular y patriótica del pueblo contra los opresores, el imperio y los oligarcas y burgueses vendepatria, representados por el somocismo en este trecho histórico. Son los mismos enemigos de hoy con otros ropajes, con otras máscaras, con otros nombres.

El camino iniciado por Sandino, de lograr la liberación nacional y social, llegaba a un punto victorioso para continuar hacia nuevas Victorias, siempre más allá. Y eran esos muchachos de los que habló Sandino, sus hijos, los muchachos del FSLN, que protagonizaron esas victorias por la dignidad de Nicaragua, los derechos del pueblo y por las causas justas de la humanidad, por las que siempre batalla y batallará el FSLN.

(*) Cientista Social e Historiador. Profesor Titular UNAN Managua.

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