El guerrillero aclamado, soñador, valiente y huevón

El guerrillero aclamado, soñador, valiente y huevón
  • Comandante Cero y se nos fue a los ochenta y tres
  • Edén Pastora, confiesa que su protagonismo no lo buscó, se lo ganó en la acción.
  • Heredó los genes de valor de su mamá Elsie.
  • Pidió que en su lápida diga: “El muchacho de Darío, luchador social que dio su vida por su pueblo, conocido como comandante Cero”.

La presente entrevista inédita al comandante “Cero”, Edén Pastora Gómez, fue realizada el 9 de octubre del año 2019. Esa mañana, en su modesta casa cercana a la estatua de Montoya, Edén habló amplio y franco, como solía hacerlo, mientras tomábamos café a sorbos. Ante su partida física, Visión Sandinista le rinde homenaje y honor al amigo, guerrillero, protagonista de mil batallas, de gran humor, pícaro, luchador social y orgulloso de ser nicaragüense y sandinista, que contribuyó a derrotar una dictadura y ver surgir la Revolución Sandinista que cambió el rumbo de la historia de Nicaragua.

David Gutiérrez López

El comandante guerrillero Edén Pastora Gómez, jura que nunca buscó protagonismo, pero lo adquirió en la acción. En las guerrillas y movimientos armados en contra de la dictadura somocista a la que combatió y se enfrentó a pecho abierto con el arma en la mano, el único lenguaje que entendían los Somoza. Partió de cero y ahora ya van ochenta y tres años que registra en su vida de hombre “soñador, valiente y huevón”, como el mismo se autodefine.

Apenas tenía ocho años de edad cuando el 15 de junio de 1945 vio con sus desmesurados ojos el cadáver de su papá Pánfilo Gómez, líder conservador de ciudad Darío, asesinado a escopetazos por matones somocistas a la orden del general de la Guardia Nacional y entonces jefe del Estado Mayor, Camilo González, quien caminaba con un maletín lleno de córdobas y armado de una subametralladora Thomson, en venganza porque no le pudo arrebatar las tierras de su propiedad, finca Las Mesas, entre Terrabona y ciudad Darío.

Edén se enorgullece de haber heredado los genes de su mamá, doña Elsie, mujer con temple de acero. “¡Qué ovarios de mujer!”, expresa. Ella era católica y muy devota de la Virgen del Perpetuo Socorro y del Señor de la casa sola, el abogado de los pobres y desamparados.

Camilo González no pudo robarse las tierras y el ganado propiedad de don Pánfilo, en vista de que llegaron en su defensa por órdenes de Somoza García, los abogados Carlos el “gordo” Morales, -papá del ex vicepresidente Jaime Morales Carazo- y Modesto el “negro” Salmerón, entonces ministro de gobernación de Somoza, por el único interés que tenía el dictador de ganarse la simpatía de don Pánfilo y pasarlo a sus filas liberales.

El mismo Camilo González fue artífice del matrimonio entre Anastasio Somoza García con Salvadora Debayle, conocida como “Yoya”, la que siendo primera dama de la República visitaba el leprocomio como un aparente acto de caridad, vistiendo elegantes y nuevos vestidos que llegaba a quitarse a la Casa Presidencial en la loma de Tiscapa, junto a blancos guantes y los mandaba a tirar a la laguna. Relatos de la época narran que algunos guardias bajaban hasta la laguna a rescatar los costosos vestidos, para llevarlos a sus mujeres o enamoradas.

A estudiar medicina a México

Guerrilleros del sur. Arriba de pie de izquierda a derecha Oscar Benavidez, Iván Montenegro y José Valdivia. Abajo el cura español Gaspar García Laviana, Edén Pastora y Benedicto Meneses. Solo sobrevive Valdivia.

Durante su niñez estudió en uno de los colegios de la época en Matagalpa, luego se trasladó a Managua a estudiar en el Colegio Centroamérica, de los jesuitas, ya adolescente viajó a México e ingresó a la Universidad de Guadalajara, donde inició los estudios de Medicina.

El asesinato de su padre y el desquite de su mamá al mandar a eliminar a los autores materiales, marcó la vida de Edén, cuando comprendió que el responsable del robo, el crimen y la impunidad era la dictadura de Somoza.

En 1957 en Guadalajara participó en la formación del Primer Comité de Revolucionarios Nicaragüenses, guiados por el profesor Edelberto Torres, dos años después interrumpió sus estudios médicos para regresar a Nicaragua en 1959, fecha en la que participó en la integración del Frente Revolucionario Sandino (FRS), encabezado por los hermanos Harold y Alejandro Martínez, el que operaba en la frontera norte, en la zona de Teotecacinte y el Paraíso.

Este movimiento FRS es el que levantó el estandarte de la figura del general Augusto C, Sandino como patriota y antimperialista, utilizando la bandera roja y negra. En el mismo participó y sobrevivió a los combates el cubano “Renán Montero”, cuyo verdadero nombre era Andrés Barahona López (fallecido), quien en los años 80 fue el jefe de la sección quinta de inteligencia durante la Revolución Popular Sandinista.

El FRS terminó en 1960, por discrepancias entre sus dirigentes, luego de ser apresados y encarcelados casi todo el movimiento en Honduras.

Se marchó a México y en 1961 fue contactado por Harold Martínez para, junto a otros patriotas, reestructurar el Frente Revolucionario Sandino (FRS). En 1961, entre el 26 de marzo y el 2 de abril, durante la Semana Santa, procedentes de México entraron a Nicaragua clandestinamente Edén y Harold Martínez por el rio Patuca, y comenzaron a trabajar en la creación de una base para la formación de un movimiento guerrillero, que no encontró el apoyo necesario para reiniciar esa jornada.

En tanto, en Honduras, otros nicaragüenses identificados como procomunistas de la línea de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (ex URSS), Noel Guerrero y Rodolfo Romero Gómez (este último, Romerito
viviendo aún en Granada) conformaron el Frente de Liberación Nacional (FLN), en el que también estaba integrado Carlos Fonseca. El incipiente movimiento guerrillero al poco tiempo fue aniquilado.

Posteriormente, en 1963, Fonseca se proyectó como líder y defendió su tesis de llevar el nombre de Sandino, rescatando el decoro y el patriotismo de haberse enfrentado y derrotado al ejército más poderoso del mundo, las tropas de intervención norteamericanas, expulsadas en 1933 de Nicaragua. Así nació el FSLN en 1963.

Se integró al FSLN en 1967

Edén Pastora estaba involucrado en un plan para botar a Anastasio Somoza Debayle, entonces jefe director de la G.N, aprovechando una grandiosa concentración en la actual Plaza de la Revolución, que el 22 de enero de 1967 organizaba el Partido Conservador de Nicaragua con su fuerte candidato de oposición, el oftalmólogo doctor Fernando Agüero Rocha.

“Yo era el jefe de 150 hombres que con fusiles nos apostaríamos en esquinas y edificios a lo largo de la Avenida Roosevelt, pero el 21, un día antes, me echan preso”, relata el comandante Pastora, con lo que se cayó el factor sorpresa.

En tanto, en las radios de oposición días antes llamaban a los conservadores a viajar a Managua con sus “morralitos”, que en lenguaje cifrado indicaban traer armas y municiones entre pistolas y fusiles de cacería. La revuelta ese domingo sangriento dejó un saldo de centenas de muertos, heridos y desaparecidos, cuyas cifras nunca se confirmaron.

Pasados esos sucesos y luego de una amnistía, una tarde de 1967 Efraín Sánchez Sáncho, llevó a Pastora a una casa de seguridad que le decían La Nunciatura, por encontrarse en las inmediaciones de ese edificio, sede del embajador de la Santa Sede. En esa casa conoció al comandante Daniel Ortega.

¿Secuestrar un diputado? Mejor a todos

Fue en 1970, cuando Pastora encontrándose en León en la casa de seguridad de la familia Bervis, en medio del hambre que les agobiaba porque no tenían para el pan, solo café, se le ocurrió la idea de secuestrar a un connotado diputado somocista; pero después reflexionó y ¿por qué solo uno y no todos?, lo que se concretó ocho años después, el 22 de agosto de 1978, acción que significó el golpe más espectacular y certero que el FSLN asestara a la dictadura, poniendo en jaque a Somoza.

La idea de Pastora se mantuvo flotante muchos años, aduciendo algunos dirigentes que no habían madurado las condiciones necesarias para llevar a cabo tan arriesgada acción, lo cual no tenía retroceso, era ¡Patria Libre o Morir!

Después del terremoto que devastó Managua, Pastora se retiró activamente de las filas del FSLN; entre 1973 y 1976 se convirtió en un pescador de tiburones y otras especies en Barra del Colorado, en Costa Rica. En 1975 el FSLN había sufrido una división por divergencias entre los dirigentes en cuanto a la conducción de la lucha.

Surgieron tres tendencias: Guerra Popular Prolongada (G.P.P) que sostenía el concepto de crear focos de guerrilla en la montaña; Tendencia Proletaria (TP), que propugnaba por la creación de un partido integrado por trabajadores del campo y la ciudad y dar la batalla electoral; y la Tendencia Insurreccional (TI) que planteaba la lucha insurreccional
armando al pueblo y atacando al enemigo en sus propios cuarteles para tomar el poder.

Se encontraba en sus faenas de pesca cuando llegaron a contactarlo de nuevo, esta vez para reclutarlo al FSLN insurreccional que dirigían los hermanos Daniel y Humberto Ortega junto al mexicano Víctor Tirado López. Nuevamente aceptó y en 1977 dirigió la toma del poblado de Cárdenas, fronterizo con Costa Rica.

El dos de febrero de 1978, tras el asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro, el 10 de enero, Edén dirigió la toma de la ciudad de Rivas y atacaron el cuartel, llevando como segundo al mando al ex sacerdote español Gaspar García Laviana. En esta acción donde participaron 30 guerrilleros le causaron 60 muertos a la G.N, en una emboscada en las cercanías del poblado La Virgen.

Según Pastora, tiempos después Fidel Castro les dijo que con esa hazaña se habían graduado como verdaderos militares, por la cantidad de muertos ocasionados al enemigo y los guerrilleros solo sufrieron dos bajas. Era la primera vez que el FSLN utilizaba bazucas, ametralladoras calibre 50 y fusilería de alto calibre, además de explosivos artesanales como niples y granadas de fragmentación.

“Te voy a repetir lo que dijo Somoza en esa ocasión: nicaragüenses, lamento informar que hemos recibido el golpe más fuerte que la organización Frente Sandinista nos haya dado. Por primera vez no nos decía Sandino-comunista, nos llamó organización”, recuerda Cero.

Al palacio en la “operación chanchera”

El 22 de agosto de 1978 Nicaragua y el mundo se estremecieron. Las agencias cablegráficas y las radioemisoras no cesaban en informar sobre un acontecimiento que cambió y aceleró el rumbo de la historia del país. El asalto al Palacio Nacional, con todos los diputados somocistas y conservadores sesionando, en una sala llena de reporteros.

El sueño de Edén se había cumplido. Faltaban horas para que el dictador aceptara las exigencias del comando Rigoberto López Pérez (el iniciador del fin de la dinastía) conformado por 25 combatientes y una sola mujer, que a decir de Edén hubiese querido que varias compañeras integraran el mismo.

El 24 de agosto por la mañana, cuando el comando salió con los garantes entre ellos, el principal mediador, el arzobispo de Managua Miguel Obando y Bravo, (qepd) rumbo al aeropuerto, el pueblo se desbordó a través de la carretera norte. En la pista aérea ya estaban los prisioneros sandinistas liberados, con un millón de dólares, de diez que se le habían pedido al dictador.

La foto del comandante Cero levantando los brazos con el fusil G3 y vestido de verde olivo le dio la vuelta al mundo, de ahí el protagonismo que dice no buscó, pero que las circunstancias y el momento histórico se lo permitió. Desde entonces fue aclamado, vitoreado, amado y odiado.

Edén Pastora Gómez, es un hombre con un gran sentido del humor y agilidad mental, para responder y salirle al paso a provocaciones. Tiene centenares de anécdotas, entre ellas las granadas de fragmentación que portaba el comandante Cero en la toma del Palacio Nacional el 22 de agosto de 1978, que fueron regaladas por don Pepe Figueres, ex presidente de Costa Rica.

Ese día la pesada puerta principal del Palacio no pudo ser cerrada, porque afuera se encontraban unos seis guardias que al enterarse de la acción dispararon hacia el interior del edificio y fueron repelidos por los guerrilleros.

“Chacalote me informa, llego, me arrastro y veo que están disparando y me saco la granada y las lanzo y comienzo a contar una, dos, tres, cuatro, cinco seis y nunca explotaba, tenía que explotar a los seis segundos y los guardias al ver que no explotaba, salieron, justo el momento de la explosión dándoles muerte. Tenía la mecha fría”, relata.

Luego del asalto al Palacio, se integró a formar el Frente Sur Benjamín Zeledón, desde donde combatieron con miles de hombres a la Guardia Nacional en la ofensiva final en 1979, hasta lograr el triunfo de la Revolución Popular Sandinista el 19 de julio de 1979. “Fue hasta que derrotamos a la guardia somocista, hasta que cayó Somoza que yo pude dormir tranquilo”, confiesa el comandante Cero.

Su famosa renuncia

A inicios del mes de julio de 1981, Edén sorprendió a Nicaragua y el mundo, al presentar a través de una carta la renuncia a sus cargos en el gobierno, por el motivo de que echaba de menos el olor de la pólvora y había decidido ir a luchar junto a otros movimientos guerrilleros.

“Me fui para probar mi tesis que no era a la guerrilla del FMLN en el Salvador que había que apoyar, porque los compañeros salvadoreños tenían buena experiencia organizativa, pero no es lo mismo organizar, realizar una marcha y concentración con mantas y carteles, que tener experiencia en la lucha armada. Yo opinaba que a quien teníamos que apoyar era a la guerrilla guatemalteca”.

Edén revela que, de acuerdo a su experiencia, su posición era que la Organización del Pueblo en Armas (ORPA) dirigida por Rodrigo Asturias Amado (comandante Gaspar Ilom), hijo del premio nobel de literatura Miguel Ángel Asturias, era la que tenía mejores posibilidades de dirigir una insurrección armada, convirtiéndose en una especie de tendencia insurreccional como la del FSLN.

En 1981 ORPA se precipitó e inició una ofensiva que fue derrotada. Posteriormente, junto a otras organizaciones como la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), integraron la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) que en diciembre de 1996 firmaron acuerdos de paz con el gobierno y el ejército.

Pastora decepcionado y “encachimbado” después del fracaso guatemalteco se retiró a Costa Rica a reiniciar su trabajo de pescador.

Estando en Costa Rica llegaron a buscarle Alberto Falla, Fernando Menocal y Rolando Araya (ex alcalde de San José, Costa Rica) a informarle que hiciera algo, porque el presidente Luis Alberto Monge había acordado con los norteamericanos abrirle las fronteras y permitir la presencia y operaciones de contrarrevolucionarios que atacarían a Nicaragua desde el sur.

Ni la CIA lo doblegó

A Spy For All Season. My Life in the CIA de Duante R. Clarridg, Un espía para todas las estaciones: Mi vida en la CIA, un libro escrito por el jefe de las operaciones encubiertas de la CIA para América Latina, se refiere en buenos términos a Cero, calificándolo como un hombre firme, de principios, e indoblegable.

El espía que nació el 16 de abril de 1932 en Nashua, New Hampshire, fue el jefe de la división CIA en América Latina entre 1981 y 1987, y por lo tanto una pieza clave en el escándalo Irán-contras. Sus servicios en la CIA los inició en 1955 retirándose en 1991, falleció a los 83 años el 9 de abril del 2016. Fue el artífice de la formación de la ex Resistencia Nicaragüense, conocidos como contras.

Irán-contra fue el escándalo que estalló en Estados Unidos entre 1985-1986 por la venta de armas a Irán, sancionado por un embargo económico, cuyos fondos recaudados en más de 47 millones de dólares, gestionados y ocultados por el coronel Oliver North en cuentas bancarias en Suiza, se utilizaron para financiar la agresión con acciones terroristas al gobierno sandinista, abasteciendo a los contras a través de la CIA.

Lo más oscuro de este episodio fue la venta de cocaína proveniente de los carteles colombianos, dinero sucio y ensangrentado entregado a la dirigencia contra que dormían y comían en mansiones, mientras los “comandos” apenas probaban bocados en las montañas.

Fama de mujeriego

Por su protagonismo en la lucha revolucionaria, Edén siempre cargó con la fama de mujeriego. Reconoce tres matrimonios y 21 hijos de los cuales 11 son genéticamente engendrados, de “unos disparos al aire que por casualidad pegué en el blanco y 10 adoptados.” Entre esos adoptados menciona a algunos por sus nombres, apellidos u apodos: Adelis, Moya, Chulín, de los que dice estuvieron dispuestos a dar su vida por salvarlo en todos los peligros que enfrentó, donde la muerte era lo más seguro a cualquier hora del día.

“Solo un defecto le conocí –a Cero y fue que si miraba unas piernas en minifalda se olvidaba de la guerra”, según el agente de la CIA, Duante R. Clarridge, revelación que el guerrillero nicaragüense niega entre risas, afirmando que fue el único de los dirigentes sandinistas que no cambió a su india, refiriéndose a doña Yolanda con la que ha convivido las últimas cinco décadas.

Confiesa que hasta que se tomó el poder para hacer la revolución después de 20 años de luchas y derrotar a la GN, fue después del 19 de julio que pudo dormir tranquilo.

“Ahora que Daniel está dirigiendo una revolución en libertad y en democracia nacionalista como nos enseñó Sandino, yo vivo tranquilo y moriré en paz con la felicidad que da el placer del deber cumplido”.

– ¿De qué manera te gustaría que te recordaran?

“Que me recuerden como un luchador social, como el muchacho de Darío que entregué mi vida por amor a este pueblo y a Nicaragua, mi país, convirtiéndome en un luchador social, que quede así en la lápida, si es que algún día la ponen y que diga…conocido como el comandante Cero”.

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