Jacinto Suárez, luchador inclaudicable

  • Hizo su tránsito hacia la inmortalidad este 2 de abril

La mañana de este 2 de abril hizo su tránsito hacia la inmortalidad Jacinto Suárez Espinoza, un luchador inclaudicable, coherente y consecuente que dedicó su vida entera a servirle fielmente al pueblo, dejando un legado de firmeza revolucionaria; un sobresaliente dirigente histórico del Frente Sandinista que tuvimos el honor de contar como miembro del Consejo Editorial de la revista Visión Sandinista desde su primera edición hace 23 años. Nació en la Managua de la década de los 40 del siglo pasado.

Estudió la primaria en el colegio Calasanz y la secundaria en el Ramírez Goyena, donde él aseguraba que se había hecho revolucionario. Ahí estudió con Julio Buitrago, Francisco Moreno, Cristian Pérez y Doris Tijerino, entre tantos que decidieron hacer, como Jacinto decía, “carrera revolucionaria”.

Esta “carrera” la empezó desde muy joven primero en el Frente de Liberación Nacional haciendo pintas de “Muera Somoza, Viva Sandino” en las paredes de la capital, y luego en el FSLN. Tenía 16 años cuando una patrulla de la guardia somocista lo agarró regalando volantes por la calle 15 de septiembre. Esa vez, muy golpeado, estuvo preso durante cinco días.

En medio de sus actividades dentro de la joven organización roji-negra, Jacinto terminó su bachillerato y estudió en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, dentro de la cual fue protagonista  de varios sucesos políticos como la manifestación de universitarios en el Estadio Nacional donde frente al dictador desplegaron una enorme manta con la inscripción “No más Somoza”, a finales de octubre de 1966.

O como la manifestación del 22 de enero de 1967, cuando la dictadura provocó una masacre contra el pueblo. Ese día la guardia nuevamente lo apresó y estuvo en la cárcel durante un mes. Al salir, el FSLN decidió pasarlo a la clandestinidad hasta que otra vez lo capturaron en agosto de 1967 durante una acción de recuperación económica, en la que cayó Selim Schible.

Revolucionario incansable

Siete largos años sufrió prisión y torturas en la Modelo, donde participó en innumerables huelgas de hambre y fuertes enfrentamientos con sus carceleros hasta que fue liberado – junto con el comandante Daniel Ortega y otros dirigentes y militantes sandinistas– tras la acción del Comando Juan José Quezada, el 27 de diciembre de 1974.

Con los miembros del comando y los liberados llegó a Cuba, donde el comandante Carlos Fonseca lo nombró representante del FSLN en Cuba, y estuvo publicando la revista La Gaceta Sandinista. Cuatro años después llegó a Panamá, donde enlistó brigadas internacionalistas para combatir en el sur de Nicaragua, cuando prácticamente ya el país se encontraba en plena insurrección.

Después del triunfo revolucionario en 1979 ocupó diferentes cargos militares al frente de organismos de inteligencia y en el cumplimiento de misiones internacionalistas, alcanzando el grado de Comandante en el Ministerio del Interior. Fue Viceministro de Relaciones Exteriores, y embajador de Nicaragua en Moscú.

Fue Presidente del Parlamento Centroamericano, y después Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional. Como representante del FSLN fue fundador del Foro de Sao Paulo en 1990, y en 2008 fue nombrado Secretario de Relaciones Internacionales del FSLN.

Como parte de los homenajes póstumos que le rindieron, la Junta Directiva y diputados del parlamento realizaron una sesión solemne en reconocimiento a su fructífera labor como militante sandinista, legislador y patriota nicaragüense. En esta ceremonia se le otorgó póstumamente la Orden General Augusto C. Sandino en su grado máximo Batalla de San Jacinto, que fue entregada a Gilma Perezcassar, esposa del inolvidable Jacinto Suárez.

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