Fabrizio Casari (*)
La historia cuenta que desde 1850, cuando el Tratado Clayton-Bulwer comenzó a aclarar qué destino los Estados Unidos le reservaba, Nicaragua ha sufrido traiciones y rebeliones, como vergüenza por unos y orgullo por otros en una tierra consagrada a los extremos. Pero si estamos lidiando con las traiciones, la más vergonzosatuvo lugar en Managua la noche del 21 de febrero de 1934.
Llamado para tratar la paz, el General de los Hombres Libres, Augusto Nicolás Calderón Sandino fue asesinado por disposición de Anastasio Somoza, quien aplicó la orden de los Estados Unidos, que por Sandino dos veces fueron derrotados. Con una emboscada infame, pensaron que terminarían conla humillación permanente. Sandino había ido a la reunión porque buscaba la paz y no tomó precauciones especiales, ya que era un hombre de verdad, respetaba las reglas de la guerra y la diplomacia.
En Las Segovias de donde provenía, tierra natal y matriz de orgullo, se respiraba el olor a polvo, reinaba el crepitar de los rifles dividiendo a los liberadores de los opresores, nativos los primeros, ocupantes los segundos. En aquellas montañas, entre la guerrilla y su libertad solo había tierra y cielo y el valor de ser audaz. En Managua, por otro lado, un miserable recibió órdenes de traicionar su palabra, así como a su propio país, y a cambio de esto fue ascendido a cónsul del imperio. Esa noche, un asesino fue empleado para derribar a aquellos que no sabían rendirse. Un modus operandi digno de los mandantes.
Nicaragua, queriendo leer, cuenta, describe y hasta insinúa. Su encanto reside en transformar los hechos en símbolos. Que la primera firma de un tratado que asignó el país a losEstados Unidos lleve el apellido de Chamorro y que el primer libertador lleve el apellido de Sandino, aparece como unsigno simbólico, un destino escrito, una especie de resumen histórico de la postura nacional.
Ese apellido, Chamorro, siempre ha sido el grafiti repugnantede la traición: chamorrismo y entreguismo son desde siempre sinónimos. De hecho, no hay ningún intento en ninguna etapa de la historia nacional de vender la patria al poderoso extranjero que no ve a un Chamorro al frente del proyecto. Y en la misma historia no hay una página de rebelión y afirmación de la identidad nacional libre y soberana que no esté inspirada por Sandino.
Visión imperial bárbara y vergonzosa
Sus herederos, de generación en generación, han tenidoel mérito histórico de generar libertad y justicia y, por lo tanto, parece natural que las dos etapas de la Revoluciónahora generen su continuación. No solo por convicción, por inevitabilidad. Es el sandinismo el que transforma la idea en proyecto, el país en nación, la gente en pueblo, la justicia en ley.
De acuerdo con la conocida Doctrina Monroe que recitaba “América para los americanos”, entendiendo con la primera el territorio que va desde Alaska hasta Tierra del Fuego ycon los últimos solo los habitantes de los Estados Unidos, América Central sería el patio trasero de su casa.
Pero la historia del desarrollo del imperio estadounidense, sin embargo, cuenta cómo esta visión, ya bárbara en sí misma, tras el tratado de Yalta luego del final de la Segunda Guerra Mundial, se ha expandido de manera vergonzosa y dramática. Primero se convirtió en la doctrina de las “esferasde influencia” y luego, desde 1989, se extendió a todo el planeta, considerándolo de “interés vital” para la “seguridad nacional”.
Sí, el principio fundamental del imperio decadente es quetodo el mundo debe ser compatible con las necesidadesde su seguridad nacional. Este término, sin embargo, nopuede ser sometido a escrutinio semántico, solo político; las intenciones de quienes lo acuñaron incluyen todas las esferasposibles: libertad política y económica, intercambio comercial, derecho internacional y sus respectivas soberanías nacionales, relaciones internacionales y derecho de asociación regional que deben insertarse en un contexto general de compatibilidadcon las necesidades de supervivencia y desarrollo del imperio gringo.
La síntesis es fácil. En resumen: hay una nación que manda y 193 que deben obedecer. No es casualidad que el ejércitode los EE. UU. esté estacionado en 149 países, o sea el 75%del mundo. En 2018 Washington gastó 711 mil millones dedólares en su defensa (3.4 del PIB) y mantiene a casi 270 mil soldados en el extranjero. En resumen, si se desea detallar cuál es su “doctrina de seguridad nacional”, estos números sonsuficientes para definirla: ocupar el mundo y convertirlo en unprotectorado dócil y callado. El derecho ajeno se vuelve folklor.
Sandino, invencible e inolvidable
Pero en Nicaragua las cosas nunca fueron en la direcciónesperada por Washington, aunque esa infame emboscada del 21 de febrero de 1834 permitió que la dinastía Somoza, una de las más feroces de la historia latinoamericana, seasentara. Nacieron de la magia negra brutales soldaditos promovidos por sí mismos a generales. Para poner fin ala masacre, vino la Revolución Popular Sandinista, que inspiró e inspira a Sandino y que corrió a la familia Somoza por las malas, pero tuvo que usar sangre y sueños para tener razón sobre sus herederos, algunos de los cuales todavía caminan y cometen delitos.
Los principales actores de la película siguen paradójicamente: los sandinistas exigen la unidad nacional y la defensa de la patria, la derecha invoca una invasión extranjera, los sacerdotes instigan el odio y los empresariosa la crisis económica.
En el transfondo, radica un imperio que no se resigna a la idea de que los países se rigen en defensa de sus respectivos intereses; para evitar esto utiliza una oligarquía dominante internamente y dominada externamente, que vende su tierra natal con tal de ser considerada una clase dominantepor las potencias extranjeras; emplea los medios serviles que narran la conveniencia de sus editores que venden almundo disfrazada de libertad de prensa.
Lo que molesta sin límites los relatos oligárquicos es la presencia del sandinismo, que ha extirpado las uñas infectadas e incluso las raíces de la dictadura, imponiendola dignidad por ley, la soberanía por Constitución, el amor solidario por definición. Ha cambiado la terminología y el aspecto, así como la política. Muy difícil tratar de derrotarlo, sale ganando cual sea el campo de batalla: político, ideal, moral, cultural, militar.
Los vende patria se esconden porque Sandino pasea por las calles de la ciudad y sube y baja de los montes. Un hombre, un rifle y un sombrero se han convertido en un diseño único. Invencible en el campo de batalla, inolvidable en la memoria colectiva. Nunca en la historia de la humanidad la naturaleza había transformado a un hombre tan pequeño en un inconmensurable gigante.
(*) Periodista, analista político y director del periódico online www.altrenotizie.org