Comandante guerrillero, internacionalista, misionero, poeta, amante de la justicia, luchador por los más desposeídos, seguidor de Cristo, héroe y mártir. Así recordó el pueblo sandinista al sacerdote Gaspar García Laviana, asesinado por la guardia somocista el 11 de diciembre de 1978 en el paraje El Infierno, municipio de Cárdenas, departamento de Rivas.
El padre García Laviana llegó a Nicaragua un 18 de noviembre de 1970. Cuatro años antes, el 25 de junio de 1966 había sido ordenado sacerdote en el seminario de la Pequeña Obra de la congregación Misioneros de la Sangre de Cristo en España.
El obispo de Granada le encomendó las parroquias de San Juan del Sur, Buenos Aires, Cárdenas y Tola, donde conoció de primera mano las penurias, necesidades, explotación y el analfabetismo de los campesinos en Nicaragua.
Durante los años como sacerdote no se cansó de denunciar las condiciones de pobreza del campesinado, la explotación y los asesinatos de la dictadura, incluso tuvo enfrentamientos con los oligarcas al servicio del tirano Somoza, pero nunca tuvo miedo. Más bien esa fue la llama que lo impulsó a seguir luchando por una Nicaragua libre, por lo que en 1977 decidió sumarse a la lucha liderada por el FSLN.
“He tocado con mis manos la vileza, el escarnio, el engaño, el latrocinio representado por el dominio de la familia Somoza en el poder”, escribió en la carta en la que anunciaba su ingreso a las filas del Frente Sandinista.
García Laviana entró al FSLN como miembro del Estado Mayor del Frente Sur “Benjamín Zeledón”. De forma profética, dijo en su carta de declaración de unión al FSLN: “He de combatir hasta mi último aliento por el advenimiento del reino de la justicia en nuestra patria, porque el somocismo es pecado y librarnos de la opresión es librarnos del pecado”.
Recuerdan su coraje y entrega
Y así lo hizo. El comandante “Martín” cayó combatiendo dando el último aliento por la liberación de Nicaragua. Tenía 37 años. “El día del triunfo vamos a construirlo con el sacrificio de nuestros héroes”, afirmó, sin imaginarse que unos meses después, el 19 de julio de 1979, iba a triunfar la Revolución Popular Sandinista.
El periódico Barricada del 11 de diciembre de 1980, describió: “Traicionados Gaspar y sus hombres por el guía que los acompañaba, éste le pasó avisando a la Guardia Nacional que les tiende una emboscada, fracasan en este intento, y cuando ya regresan fallidos, por casualidad los descubren.
La guardia va armada hasta con morteros, mientras que los guerrilleros apenas se pueden ocultar entre las hierbas. El combate es prácticamente a quemarropa, dura aproximadamente 10 minutos. Gaspar es alcanzado en un muslo y luego en el costado izquierdo por una ráfaga, muriendo inmediatamente”.
A 41 años de su desaparición física, la militancia del Frente Sandinista rindió homenaje a este sacerdote revolucionario, originario de Asturias, España, pero que hizo propia la lucha del pueblo nicaragüense cuando tomó la decisión de dejar los hábitos pastorales e integrarse a la guerrilla sandinista para acabar de una vez por todas con la oprobiosa dictadura somocista.
La militancia sandinista del municipio de Cárdenas, Rivas, se unió a la conmemoración. En la comunidad Río Mena, donde fue abatido, se llevó a cabo un acto político-cultural que inició con el recorrido de la antorcha “Gaspar, héroe de la paz”, como símbolo de libertad.
Edén: luchó con el pueblo
Asimismo, se realizó una peregrinación de carretas con flores del campo que entregaron en el cementerio de héroes y mártires del municipio de Tola, donde descansan sus restos mortales. El encuentro fue presidido por el comandante Edén Pastora, los combatientes históricos del departamento de Rivas y madres de héroes y mártires.
“Gaspar nos amó como un verdadero cristiano, quien dio su vida por amor a todos nosotros. Gaspar, un hombre con una gran alma, espíritu revolucionario de cambio, de justicia social. Luchó con el pueblo, lleno de amor, de luz”, recordó Pastora.
En Cárdenas es recordado como una persona que siempre acompañó la causa de los más humildes, un luchador por la igualdad y un sacerdote valiente que durante sus homilías denunció las injusticias sociales y la explotación y pobreza de los obreros y campesinos.
“Gaspar es un mártir que duele en el alma y no se olvida nunca, la fuerza del Frente Sandinista que descansa en nuestros ideales y en la conducción del comandante Daniel Ortega, también descansa en la fuerza que nos dan nuestros héroes y mártires”, dijo el comandante Edén Pastora, quien conoció de cerca al cura guerrillero.
Sumado al homenaje, se realizó un acto en el parque central del municipio, donde la Juventud Sandinista dio lectura a la proclama en la que asumen un mayor compromiso con el comandante Gaspar García, trabajando con las comunidades para el bienestar del pueblo.
En uno de sus poemas escribió: F.S.L.N. Somos guaria tropical, recia, delicada Pura, Somos la Flor Nacional de Nicaragua. Somos la cara final exacta, justa, completa. Somos la hora cabal de Nicaragua. Somos la liberación, sola, única, total. Somos la revolución de Nicaragua.