- 39 años después de la gran Cruzada Nacional de Alfabetización
Oscar Robelo
En saludo al 40 aniversario de la Revolución Popular Sandinista y al 39 de la gran Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA), la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador (Aepcfa), en coordinación con la Unan-Managua y la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (Unen), realizó la primera promoción indígena en computación en Nicaragua, en la que 25 estudiantes ramas recibieron su respectivo diploma.
La rectora de la Unan-Managua, Ramona Rodríguez entregó los diplomas a cada uno de los promocionados durante un hermoso acto, celebrado este 18 de agosto, en la Isla de Ramaky, en la costa Caribe Sur, con la presencia de autoridades del Ministerio de Educación y de otras instituciones del Estado.
Para el profesor Orlando Pineda, fundador de la Asociación, en Ramaky está la primera escuela de computación indígena de América Central, lo cual constituye una gran hazaña de la educación en Nicaragua. “Muchos gobernantes centroamericanos ni caso le hacen a la educación, ni a la alfabetización de sus indígenas y mucho menos que vayan a invertir en una escuela de computación para los indígenas”, consideró.
En cambio, el gobierno sandinista mantiene su voluntad política de alfabetizar y brindar estudios a los pueblos originarios, pues “están alfabetizados, están estudiando, tienen escuelas y escuela de computación y de eso nos sentimos muy orgullosos porque la Cruzada Nacional de Alfabetización ha ´parido´ todo eso”, destacó.
Pineda es un personaje emblemático en cuanto a alfabetización y educación, por lo que –a su juicio- 39 años después de la Cruzada Nacional de Alfabetización las universidades deben enviar a los estudiantes en Ciencias de la Educación a que hagan sus prácticas en el campo, los barrios y los caseríos del país.
Sin juventud no hay alfabetización
El educador Pineda, también Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío, es del criterio que cualquier cruzada de alfabetización que gobernantes de otros países quisieran desarrollar es imposible sin la participación de la juventud, aunque “a los gobiernos capitalistas no les gusta movilizaciones ni participaciones de jóvenes”.
Al recordar la decisión del Frente Sandinista de organizar la gran CNA pocos días después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista y luego emprenderla en todo el territorio nacional, resaltó la responsabilidad que le otorgó a la juventud para ejecutar esa tarea convencido que era “una juventud dinámica, capaz, muy inteligente de asimilar la pedagogía que íbamos a emplear, dispuesta a darlo todo sin pedir nada a cambio”.
Tras asegurar que la CNA fue una gran escuela, especialmente para los jóvenes, Pineda rememoró que “sólo los jóvenes fueron capaces de llegar hasta donde llegaron, unos caminaron 4 horas, otros 8, otros 10, otros llegaron hasta el tercer día a la Cruz de Río Grande, que en ese entonces era lejos, aunque hoy es cerca”.
Según él, la enorme movilización que hubo para emprender la alfabetización sorprendió a la misma Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a tal punto que la llamó la movilización y participación popular más grande del Siglo XX, porque “miró a 115 mil jóvenes movilizándose en esta gran Cruzada Nacional de Alfabetización”.
Pero, se preguntó Pineda: ¿las 115 mil mamás que estaban en la ciudad y se fueron a la montaña a ver a sus hijos, y los 115 mil papás que con sus saquitos los sábados en la mañana iban montaña adentro a llevarle a sus hijos el pinolillo, el pan, la galleta para la semana. y los 115 mil campesinos que le enseñaron a tapiscar el maíz y a aporrear los frijoles a esos 115 mil brigadistas, y las campesinas que le enseñaron a las muchachas a echar tortilla, que cuidaron a esos brigadistas y fueron su segunda madre, y los choferes que llevaron la comida montaña adentro, los pangueros, los maestros, los brigadistas de otros países?
Río San Juan se llenó de escuelas
Allí, encabezados por Pineda, durante más de siete años se construyeron escuelas de primaria y secundaria en todo el departamento, la primera Escuela de Agricultura y Ganadería, la escuela de magisterio, los CDI, centros de salud, 359 cooperativas organizadas por los jóvenes.
Significa, agrega, que “después de la cruzada se abrió una gran alegría de continuar y de seguir y seguir”. Y continuaron participando: en los cortes de café, de algodón, en las vacunaciones masivas y las construcciones de viviendas donde se necesitaba; “una juventud pegada al gobierno luchando por esta patria”.
Sin embargo, ocurrió la derrota electoral del Frente Sandinista en 1990. “Teníamos que levantar la bandera del FSLN para continuar la alfabetización”, indicó. Lo hicieron con la fundación de la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador.
“Empezamos con la juventud sin estar en el gobierno, sin un centavo, viajando hacia Los Cocos, Regadío y Puertas Viejas y allí declaramos esos territorios libres de analfabetismo, allí andábamos con Daniel (Ortega); también en Nandasmo, Batahola Sur y Norte, San Francisco Libre, Niquinohomo, Palacagüina, y así declaramos territorio libre de analfabetismo a varios municipios sin estar en el poder”, recordó.
Viene la salvación
No obstante, con los tres gobiernos neoliberales seguidos, el analfabetismo aumentó en un 36%. Por eso, posteriormente, con el apoyo y solidaridad de la revolución cubana y del comandante Fidel Castro, en 2005 se empezó a implementar el método “Yo sí puedo” para continuar la alfabetización con cinco mil televisores, cinco mil VHS, medio millón de cartillas y 10 mil manuales.
“Los jóvenes que nunca habían estado en la cruzada, pero sabían de ella la retomaron y convirtieron el Yo sí puedo en 2005, 2006, 2007 en su nueva Cruzada Nacional de Alfabetización; otra vez estuvieron en cada rincón con un método rápido que en doce semanas cualquier cristiano sabe leer”.
Nuevamente, con el dinamismo de la juventud y con el método Yo sí puedo el analfabetismo se logró bajar a su mínima expresión, el 3%. De previo, los universitarios habían censado todas las ciudades, incluyendo la Costa Caribe.
“Vimos los televisores en San Carlos, Río Coco, en Cabo Gracias a Dios, en San Jerónimo, en Waspán subidos por los indígenas a los raudales del Waspuk, logrando llegar hasta Bosawás y toda esa zona, una alfabetización a favor de los indígenas, de los misquitos y mayagnas y logramos 3% en todos esos lugares”, aseguró.
Luego, en 2016 seis jóvenes lograron penetrar por toda la Reserva del Río Indio y durante 65 días alfabetizaron a los indígenas rama con el método cubano, y se declaró territorio libre de analfabetismo esa zona. “La Isla de Ramaky hoy cuenta con el 3% de analfabetismo, pues la gran mayoría de los pobladores está en primero, segundo, tercero y cuarto grados”, destacó.