No bajar la guardia y estar alertas ante cualquier agresión de la derecha oligárquica y el imperialismo norteamericano son las lecciones que dejan el intento de golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Nicaragua entre los meses de abril a julio de este año, cuando provocaron 199 muertes, pérdidas económicas millonarias, y destrucción de la propiedad pública y privada.
Valeria Imhof
Para Jacinto Suárez, secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista, el golpe fallido no es más que una agresión norteamericana, por lo que “hay que estar ojo con ojo porque ya sabemos de lo que son capaces de hacer y esto no se puede repetir jamás en la historia de este país”.
Según Suárez, los países históricamente amigos de Nicaragua se han mantenido unidos en defensa del gobierno sandinista y del FSLN a pesar de las campañas de desinformación y mentiras que se difundieron en las redes sociales durante los tres meses del golpismo, con la intención de dañar fundamentalmente la imagen del presidente Daniel Ortega.
“Esa amistad no ha cambiado ni antes ni después del intento de golpe, lo que ha ido cambiando son los mensajes. Después de abril nos dedicamos a mandar muchos mensajes al exterior aclarando lo que pasaba en Nicaragua porque había una confusión terrible que nuestros compañeros amigos no sabían ni qué decir ni qué hacer porque era una avalancha de información increíble”, recordó.
Ante esa situación, la respuesta del gobierno sandinista fue informar lo que estaba realmente sucediendo en Nicaragua a través de las distintas embajadas acreditadas en varios países y de la Secretaria de Relaciones Internacionales del FSLN. En consecuencia, se aprovechó de muchos eventos para graficar de manera más precisa la puesta en marcha del llamado “golpe suave”.
Se demostró la derrota del fascismo
Uno de esos eventos fue el XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, celebrado a mediados del pasado mes de julio en La Habana, al final de cual se emitió “una declaración contundente y muy importante señalando que América Latina está con Nicaragua, que América Latina está a la izquierda”, expresó el dirigente sandinista.
Y es que los videos publicados por los terroristas de la derecha y los vándalos en las redes sociales asesinando a policías, servidores públicos y militantes sandinistas fueron determinantes para que la izquierda de América Latina y de Europa se enteraran de lo que estaba pasando en Nicaragua.
“Esos videos donde salen bailando alrededor del cadáver de los compañeros para supuestamente asustarnos, fue un instrumento de denuncia de primer orden. Todas esas cosas que ellos mismos divulgaron fueron un instrumento que nos sirvió para denunciarlos como fascistas y demostrar que en Nicaragua se había derrotado al fascismo”, manifestó.
En poco tiempo la solidaridad internacional con Nicaragua fue creciendo. Un ejemplo de esto se reflejó en la última reunión del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) realizada en Buenos Aires, Argentina, donde llegaron 25 representantes de la derecha de Nicaragua con la intención de tomarse el foro. “Lo que ellos no sabían es que a cada reunión que llegaban había gente que le hacía preguntas incómodas y cantaban nuestras consignas: no pudieron ni podrán”, resaltó Suárez.
Otra de las mentiras que se les cayó a los golpistas fue que el Frente Sandinista ya no era un partido de izquierda porque supuestamente habían disparado contra el pueblo. “Ese mito se tomó la cabeza de mucha gente, pero esto se fue remontando de una manera rápida y fácil. Ahora lo que tenemos es una poderosa solidaridad que ya está funcionando, Argentina y la Clacso fue la primera muestra de eso”, indicó.
A su juicio, en la izquierda latinoamericana y mundial todavía hay una valoración de la democracia que se asemeja más a la democracia formal, burguesa y circunscripta a meros procesos electorales. De ahí que este modelo de democracia liberal promueve que hay que ir cambiando para que todo siga igual y cambiar de presidente cada cinco años.
Dinero USA une a pro-abortistas con curas
“Estos críticos nuestros ocupan esos valores y eso es un problema que tiene la izquierda, que estás a la izquierda y estás en contra del sistema, pero hacés valoraciones con ópticas del sistema, una valoración democrática burguesa
y eso les pasa a muchos amigos nuestros, se ponen los lentes de demócratas para ver las cosas, ocupan mucho los valores de la democracia burguesa para criticarnos pero nosotros no tenemos nada que ver con eso”, explicó.
Ahora bien, lo que la derecha llama rebelión popular no es más que una insurrección de la burguesía, enemiga histórica del Frente Sandinista por ser el partido que siempre ha velado por los pobres y los más desprotegidos. “Los golpistas quisieron botar al presidente Ortega con cuatro triquitracas cuando no pudieron sacarlo ni con los diez años de guerra de agresión de Estados Unidos contra Nicaragua”, comparó.
“Pensaron que Daniel iba a salir al ruido de los caites, no se dan cuenta que este es un gobierno popular presidido por un presidente revolucionario. Ellos tenían ambiciones desmedidas y siguen siendo financiados por Estados Unidos, ellos son los que le dan oxígeno porque políticamente no significan nada”, consideró el Secretario de Relaciones Internacionales del FSLN.
En ese sentido, es del criterio que solo los Estados Unidos son capaces de juntar a mujeres pro-aborto con los curas católicos, cuando para nadie es un secreto que estos dos sectores siempre fueron enemigos jurados, pero son amigos de los Estados Unidos. “Es la misma historia que conocimos en los años 90, solo los norteamericanos son capaces de unir a esa gente y lo están uniendo con el dinero que los financian”, mencionó.
Pero ¿por qué este encono contra el gobierno sandinista? Para Suárez, aunque los Estados Unidos jamás asimiló el triunfo del Frente Sandinista en las tres elecciones pasadas, no les quedó otro camino que aceptar. “Su política siempre fue de subversión y todos estos terroristas que surgieron desde hace varios años tienen un ombligo norteamericano como una forma de mantener una presión sobre el gobierno de Nicaragua”, afirmó.
“De repente salen los que habíanvdirigido el golpe, era gente escogida y pretendían vender con caras frescas de jóvenes que aquí había otra revolución de colores. Si hubieran sido verdaderos dirigentes mantienen el estudiantado en la calle”, apuntó. Efectivamente, los supuestos líderes estudiantiles que salieron inicialmente a protestar contra el gobierno regresaron a sus aulas de clases y nunca más los promotores del golpe lograron movilizarlos.
Nuevos retos, nuevas luchas
No obstante, Suárez reconoció que hubo un deterioro en la relación de la Policía con la población, pero aclaró que la confianza se está recuperando poco a poco. “Le infundieron temor a la gente diciendo que en la Policía había un montón de asesinos, pero ya se están haciendo asambleas con el pueblo y seguimos teniendo la mejor Policía de América Latina”, resaltó.
Según él, hay una pequeña cantidad de nicaragüenses de derecha que sienten un odio histórico por el Frente Sandinista que intentaron transmitirlo a los sectores populares durante el golpismo terrorista. En este sentido, la propuesta del gobierno y próxima ley de la Política de Promoción de una Cultura de Paz y Reconciliación busca que esos sectores se reconcilien y no vuelvan a ser manipulados por la derecha.
Respecto a la alianza que el gobierno tenía con la empresa privada, está muy claro que se rompió luego del intento golpista al quedar al descubierto los verdaderos intereses del empresariado. “Nosotros teníamos con el empresariado una alianza que no era política y esa se rompió y esto, obviamente, configura una economía de diferente tipo”, sostuvo.
Más aún, Suárez consideró que también ha cambiado la mentalidad de la gente y el tipo de lucha que se plantea ahora en el sentido de que una lucha eminentemente anti-oligárquica. Este tipo de lucha no se había desarrollado totalmente porque uno de los principios del Frente Sandinista era implementar una economía mixta.
Sin embargo, la ruptura con el empresariado ha provocado una radicalización política porque significa que el pueblo tiene que aprender que la oligarquía es su enemigo “y esto nos da nuevos espacios, nuevas situaciones que han cambiado totalmente el panorama del país porque este país es otro después de abril”, dijo Suárez.
Antes del intento del golpe de Estado, el gobierno sandinista también había logrado una cierta convivencia con la cúpula de la iglesia católica, cuyos obispos fueron convocados por el presidente Ortega como testigos del Diálogo Nacional cuando estalló la crisis.
“Ellos habían estado muy devotos con nosotros pero ahora hay una separación con la iglesia, lo que nos va dejando enfrentados con el poder oligárquico porque la cúpula de la Iglesia Católica se ha movido con el poder oligárquico: son lo mismo”, explicó para luego recordar que en 1956, cuando ajusticiaron a Anastasio Somoza García, la iglesia lo nombró “Príncipe de la Iglesia” y los enterraron con honores, y las armas que combatieron a Sandino fueron bendecidas por el arzobispo de Managua monseñor Lezcano y Ortega.
“Esto ilustra de qué lado ha estado la iglesia de manera permanente, incluso hay un cierto desprendimiento de una parte de la iglesia que fue representada por el Cardenal Miguel Obando y Bravo cuando era presidente de la Conferencia Episcopal, quien tuvo choques con la oligarquía porque no quiso poner un obispo oligarca con apellido y vieron con menosprecio a Obando, quisieron destruirlo”, agregó.
Por otro lado, calificó de hipócritas a las personas que llamaron y aún llaman al diálogo con el gobierno. “Son unos bandidos que quisieron utilizar el diálogo en contra nuestra, quisieron acorralar al comandante Daniel, la iglesia feliz de la vida, no tienen disposición de cumplir nada, ni de construir un diálogo buscando una salida negociada y nuestra tarea ahora es reconciliar a los nicaragüenses entre sí, los oligarcas verán su camino pero el pueblo es uno solo”, subrayó.
Además de destrucción y muerte, el golpismo dejó afectaciones económicas, por lo que ahora el reto del gobierno sandinista es aumentar la producción que garantice bienes para el mercado y la subsistencia interna. “Ahora hay una prioridad hacia la producción interna artesanal, campesina y pequeños y medianos productores que significan el 66% de la producción nacional y el 34% seguirá produciendo, pero no va a tener políticas orientadas a ayudarles de una manera expedita”, explicó.
El papel de las redes sociales
Sobre el papel de las redes sociales, reconoció que jugaron un papel preponderante para los golpistas haciendo llamados al caos, la destrucción y la desestabilización en Nicaragua. “Es un fenómeno nuevo y aprendimos a pelear. Las redes sociales te forman la opinión de la gente, influyen más que la prensa a veces, entonces rápidamente se aprendió que en las redes estábamos perdiendo, pero ahora la correlación es otra”, apuntó.
Es decir, “aprendimos a luchar en un campo que nosotros no teníamos. Pero además hay una razón entendible: la base del Frente Sandinista es de gente pobre, que no tiene acceso a las redes, que son más de clase media donde hay una cantidad de gente pro oligarquía, pro derecha que se mete a las redes todos los días y aprendió a usarlas como instrumento de opinión y de lucha política”.