En el año 2018, en medio del dolor y de la destrucción provocada por los enemigos de la paz, renacimos como ave fénix del tétrico episodio forjado por los apologistas del mal. El año 2018 puso al desnudo -una vez más- a los enemigos históricos de Nicaragua, y por otro lado la voluntad inmensamente mayoritaria del pueblo nicaragüense de defender la paz y el progreso de la patria.
Fredy Franco (*)
En el año 2018 hay un paréntesis doloroso para un pueblo, para una generación de nicaragüenses, que había disfrutado de la vida pacífica, estable, segura, llena de oportunidades y esperanzas; ese paréntesis es la odisea golpista. Por eso, la superación de la violencia y la recuperación de la estabilidad, la tranquilidad y la seguridad, constituye un triunfo de la paz para todo el pueblo y la nación nicaragüense; camino que debemos seguir consolidando.
Los que no quieren el progreso del pueblo siempre han pretendido detener el avance social y recurren a todo tipo de armas sucias, irracionales e inhumanas como la que sufrimos entre abril y julio, cuando fuimos víctimas de las peores prácticas criminales y terroristas. Pero al final triunfó la razón y la vocación de paz contra el intento golpista, desmontando los tranques con las caravanas de la paz, el pueblo se movilizó masivamente para neutralizar las acciones llenas de dolor, horror y muerte.
Antes de abril Nicaragua avanzaba “viento en popa” en todos los órdenes de la vida, con una inmensa voluntad de progresar para salir del atraso y la pobreza que veníamos logrando producto de un desarrollo económico sostenido y lleno de derechos y oportunidades para todos, sobre todo para los más pobres. Pero en esos tres meses, de abril a julio, vivimos lo contrario a la paz, a la vida, al progreso.
Pero a mediados de julio, con ese espíritu de lucha y trabajo del pueblo nicaragüense, recuperamos de manera importante la tranquilidad, la paz, la seguridad, y poco a poco la economía se levantó con las manos laboriosas de nuestro pueblo y con el compromiso del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de seguir trabajando de la mano -sobre todo- con los pequeños y medianos productores del campo y de la ciudad, y con otros sectores del capital nacional y extranjero que quieran aportar constructivamente al desarrollo económico nacional.
Acelerada recuperación económica
Las bases y fortalezas construidas en los últimos diez años, ha permitido que, pese a las afectaciones, el país se recupere y culmine el año 2018 con positivos resultados económico-sociales, infraestructurales e institucionales. En los últimos cinco meses del año, en la economía se ha dado una importante recuperación cercana a lo aceptable de acuerdo a las previsiones, que proyecta un año 2019 positivo en términos de la recuperación y sostenimiento económico.
Ello junto a los factores estabilidad macroeconómica, control de la inflación, el deslizamiento de la moneda y la estabilidad del sistema financiero, a la que se le suma el sostenimiento de financiamiento público en los programas económico-sociales y de infraestructura que son claves en la dinámica económica, proyectan una recuperación económica positiva.
Aparte de los tres meses del paréntesis golpista, los planes de infraestructura socio-productiva se mantuvieron ampliando y construyendo calles, caminos y carreteras, entre los que se destacan la culminación del Pase a desnivel de las Piedrecitas y la construcción de la carretera Nueva Guinea-Bluefields, que por primera vez el Pacifico con el Caribe -por su parte sur-, y se proyecta la conexión con el Caribe Norte, cuya carretera se construirá a partir del 2019.
A ello se le suma la inversión, mejoramiento y ampliación en la infraestructura y servicios de agua potable y energía eléctrica, que llegó este año arriba del 95% de cobertura eléctrica en todo el territorio nacional para beneficio de las familias nicaragüenses.
Hay que destacar que, pese a la reforma presupuestaria derivada de las consecuencias negativas que produjo sobre la economía la acción golpista, la inversión social en el Presupuesto de la Republica se mantuvo en un 54%, culminando con éxitos los programas de salud y educación, el funcionamiento de las instituciones públicas y la estabilidad de sus trabajadores.
La matrícula en educación inicial y básica llegó a 1,813,244 niños, jóvenes y adolescentes; y la educación superior con 126 mil estudiantes de grado y postgrado. Los servicios de salud crecieron en cantidad y calidad, avanzando en el mejoramiento de la infraestructura médica y en equipamiento moderno. Como botón de muestra se destaca la construcción del bunker oncológico para instalar el Acelerador Lineal, una de las tecnologías más avanzadas en el tratamiento del cáncer en el mundo.
Fortalecer los caminos de paz
El país siguió sosteniendo más 40 programas sociales, la entrega de miles de títulos de propiedad y avances en la educación y capacitación técnica que benefició a más de 450 mil nicaragüenses. El país continúa recuperando los niveles de seguridad que teníamos a abril 2018, que ubicaron a Nicaragua como uno de los países más seguros de América Latina y el más seguro de Centroamérica.
El país siguió legislando para asegurar principalmente inversión y desarrollo económico y social de Nicaragua, forjando y cumpliendo los compromisos jurídicos internacionales de Nicaragua, y la modernización del ordenamiento jurídico nacional con la próxima aprobación del Código Civil, la elaboración y aprobación de los digestos jurídicos y la Ley de Justicia Constitucional, que ordena y moderniza ese ámbito del sistema jurisdiccional del país.
Como país, Nicaragua continuó cumpliendo con sus compromisos internacionales y ampliando sus relaciones políticas y económicas; dando la batalla en defensa del derecho internacional y de nuestra soberanía, sobre todo desde la OEA, convertida en un instrumento de agresión e injerencismo del imperio yanqui y algunos gobiernos títeres de la región.
Se continuó fortaleciendo el espacio de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA), donde en la reunión en Managua de noviembre 2018 decidieron dar un salto de calidad en las acciones económicas y políticas de cooperación y solidaridad entre nuestros pueblos, y sobre todo frente a la ofensiva imperialista que pretende revertir los procesos de avances en nuestra región.
Por último, el año 2018 cierra discutiendo y anhelando fortalecer los caminos de la paz. En ese sentido, se comparte con nuestro pueblo una propuesta de Política de Estado de Cultura de Paz y Reconciliación que nos permita seguir fortaleciendo los caminos de la no violencia, la reconciliación, la convivencia y la paz, necesarias para que podemos seguir progresando y construyendo una nación unida, incluyente, tolerante, justa y solidaria.
(*) Cientista Social e Historiador. Profesor Titular UNAN Managua.
Interesante reflexión. Desde los espacios educativos tenemos la responsabilidad de continuar trabajando para el fortalecimiento de la paz y la defensa de los logros sociales.