- En 11 años cobertura del agua potable y alcantarillado se incrementa del 68 al 92%
Valeria Imhof
Cuando asumió el gobierno sandinista en 2007, la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) se encontraba en quiebra, con un sistema deficiente de agua potable y un sistema de alcantarillado sanitario obsoleto que apenas cubría el 35 por ciento a nivel nacional.
Es por eso que el presidente Daniel Ortega orientó poner principal énfasis a este problema, reivindicando el derecho del pueblo nicaragüense al agua potable y saneamiento como un derecho humano fundamental para que las familias puedan mejorar su calidad de vida, desarrollarse y progresar.
De ahí que desde hace once años Enacal ha ejecutado un sinnúmero de proyectos enfocados en ampliar la cobertura de agua potable y alcantarillado sanitario, con el objetivo principal de brindar el acceso al agua potable a las familias que viven en zonas consideradas muy críticas, incluso que puedan hacer uso del vital líquido las 24 horas al día.
En el 2007 Nicaragua tenía una cobertura de alcantarillado sanitario del 35 por ciento a nivel nacional que fueron construidos en los años 70 y en agua potable una cobertura del 68.7 por ciento, pero sin continuidad en el servicio. Desde esa fecha hasta la actualidad, el acceso al agua potable se incrementó de 493,717 a 701,832 familias.
Actualmente, Nicaragua tiene el 92 por ciento de cobertura de agua y en alcantarillado sanitario pasó del 35 por ciento al 50 por ciento. Además, se incrementaron de 27 a 54 las plantas de tratamiento de aguas residuales.
Programa integral millonario
“En 2007 el acceso de agua potable en Nicaragua era aproximadamente del 70 por ciento y ahora vamos llegando al 92 por ciento de cobertura, pero muy importante es garantizar la continuidad del servicio porque muchas comunidades solo tenían agua dos o tres horas al día”, explicó el presidente de Enacal, ingeniero Ervin Barreda.
Resaltó que en 2012 el gobierno creó el Programa Integral Sectorial de Agua y Saneamiento Humano (Pisash), para llevar agua potable y saneamiento a 19 ciudades con problemas críticos del vital líquido como Camoapa, Acoyapa, Nueva Guinea, El Rama, Rivas, Bilwi, Chinandega, Chichigalpa, Bluefields y San Carlos, entre otras. “Estas ciudades tenían una cobertura de agua potable del 15 por ciento y de muy mala calidad y hemos llegado al 92 por ciento, beneficiando a más de 600 mil habitantes de esos municipios”, manifestó Barreda.
Este proyecto en su fase I cuenta con un presupuesto de 320 millones de dólares, que además del aporte propio del Gobierno de Nicaragua son financiados por la cooperación española, Unión Europea, Banco Europeo de Inversión (BEI) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Banco Mundial (BM) y el Banco de Exportación-Importación de Corea (Eximbank).
El Presidente de Enacal subrayó que antes de la ejecución de este proyecto los municipios de Santo Tomás, El Rama, Nueva Guinea y Acoyapa recibían agua entre ocho y 14 días con cisternas, pero actualmente cuentan con alcantarillado sanitario y el servicio de agua potable de manera continua.
Según el funcionario, en Bilwi sólo recibían agua potable 2,000 familias y con la finalización de este proyecto la cobertura se elevará a 15 mil familias. “Esperamos que Boaco, Juigalpa, Santo Tomás, El Rama, La Esperanza, Nueva Guinea y Bluefields, zonas muy críticas con el acceso al agua potable, cuenten con el vital líquido y el servicio de alcantarillado sanitario en el 2020-2021”, mencionó
Proyectos para el futuro
Barreda dijo que luego de finalizar la primera fase del Pisash con 19 comunidades beneficiadas, Enacal arrancará con la segunda fase. “Tenemos un programa nuevo con el BID, vamos a arrancar en 12 ciudades más y estamos trabajando otro paquete con 17 ciudades que incluyen San Juan de Oriente, Niquinohomo y Catarina, que es una prioridad para nosotros”, expresó.
Asimismo, señaló que además priorizarán lugares turísticos como Moyogalga y Altagracia, en la Isla de Ometepe, San Juan del Sur, Corinto y Managua. Otro de los proyectos que se plantea Enacal es la ejecución de “Managua metropolitana”, que consiste en la ampliación de la Planta de Tratamiento de Managua.
“Este proyecto es prioritario para nosotros y es financiado por la KFW de Alemania por un monto de 128 millones de dólares. En este momento estamos haciendo estudios de factibilidad y diseño. Este es un proyecto que va a tener un impacto en el sector del lago porque incluye Tipitapa, Managua y Ciudad Sandino, que corresponde al 40 por ciento de la población del país”, resaltó.
Y agregó que “en Tipitapa tenemos un gran déficit en agua y el problema es que no hay agua potable y se necesita una solución integral, por eso queremos arrancar este proyecto lo más rápido posible”.
Otra de las prioridades de Enacal es seguir impulsando el Plan Nacional de Recursos Hídricos, un programa estratégico para Nicaragua que fue interrumpido por el intento golpista durante los meses de abril a julio de este año.
“Este plan lo veníamos desarrollando con éxito, pero fue atrasado por el intento golpista. Estábamos en la etapa de negociación con el Banco Mundial que nos iba a dar un adelanto sobre un préstamo de 50 millones de dólares para hacer un estudio de traer el agua potable del lago de Nicaragua a Managua, la meseta de los pueblos y Granada, apuntó el Presidente de Enacal.
Por otro lado, explicó que el Plan Nacional de Recursos Hídricos además contempla el manejo integral de cuencas, reforestación y sensibilización a la población sobre la preservación y cuido de los recursos hídricos.
Enacal debe ser sostenible
Una de las metas más importantes del gobierno sandinista es que Enacal sea sostenible para no depender de los organismos internacionales y poder ejecutar los proyectos con fondos propios, al menos aquellos proyectos que no requieren de un gran presupuesto. Según barreda, con el pago de la tarifa de los usuarios, la empresa apenas cubre el 80 por ciento del costo operacional.
“La aspiración es que Enacal sea sostenible y tenga ingresos que le permita financiar proyectos pequeños y poder resolver más rápido en los barrios o pequeñas ciudades, pero no por un asunto comercial sino para seguir restituyendo el derecho al agua potable a la población y además que tenga agua las 24 horas al día”, aclaró.
De acurdo a Barreda, el gobierno sandinista recibió la empresa en estado deplorable, con los campos de pozos de agua potable en abandonado y los sistemas de agua potable colapsados. “Había que comprar transformadores, motores, bombas. Era una empresa que estaba completamente olvidada. Por ejemplo, el catastro de usuarios estaba privatizado, la facturación y la cobranza y eso provocó un caos total porque se facturaba menos de lo que consumían los usuarios y eso creó un descontrol completo en la empresa”, señaló.
Apuntó que además se inició un proceso de modernización y fortalecimiento de la empresa, lo que le ha permitido que los usuarios hagan consulta en línea y la verificación exacta de la situación de los sistemas de agua potable en las viviendas que visitan los técnicos y operarios de Enacal.
“Hemos trabajado en fortalecer los almacenes de la empresa para reducir los tiempos de espera cuando se origina un problema en una comunidad. Por ejemplo, si se daña una bomba de un pozo de agua potable tenemos los repuestos suficientes para darles respuesta inmediata y así reducir los tiempos de espera”, aseguro.
Otra de las prioridades de la empresa es alcanzar una tarifa justa; es decir, que el que más consume más pague, reducir las pérdidas de agua, terminar con las conexiones ilegales y la instalación de medidores. “Por un litro de agua consumida perdemos 1.4 litros de dos formas: la fuga técnica, la conexión ilegal y mucha cantidad de gente que paga una tarifa fija; entonces paga muchos menos de lo que consume. Es una toma de conciencia, se van miles de metros cúbicos de agua y tal vez solo pagan 50 córdobas la tarifa al mes”.
Barreda puntualizó que aun así se ha avanzado en la concientización de la población sobre el uso racional del agua potable, dando acompañamiento a las familias sobre como preservar el recurso una vez que se concluyen las obras.