En todo el territorio nacional, de norte a sur y de este a oeste, ríos humanos portando banderas azul y blanco de Nicaragua y rojinegras del Frente Sandinista conmemoraron –este 19 de julio- el 39 aniversario del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, mostrando su incondicional respaldo al gobierno presidido por el comandante Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo.
En Managua y en cada departamento del país, la gran mayoría del pueblo se movilizó más que nunca para celebrar también la victoria contra la derecha golpista que durante tres meses promovió y financió actos vandálicos y terroristas que ocasionaron destrucción de propiedades públicas y privadas, y centenares de muertos y heridos.
Desbordadas, cantando y coreando consignas, inmensas multitudes de nicaragüenses reafirmaron su compromiso de mantenerse unidas en defensa de la paz y en respaldo al gobierno sandinista. “El Comandante se queda”, coreaban a todo pulmón, en respuesta a los ilusos golpistas que pretendían la renuncia del presidente Ortega.
En la capital, donde se celebró el acto central conmemorativo, la Plaza de la Fe resultó pequeña para los managuas. “La consigna fue, a celebrar el 19 cada uno en su departamento, en su municipio. ¿Y Managua? Aquí está Managua con los municipios de Managua”, dijo Daniel frente a la multitudinaria concentración.
Con el Presidente y la Vicepresidenta estaban las autoridades del Estado nicaragüense, cuadros históricos del FSLN, representantes de movimientos sociales y partidos políticos de Latinoamérica y el Caribe, miembros del Cuerpo Diplomático y su decano, el nuncio apostólico del Papa Francisco, monseñor Stanislaw Sommertag; y líderes religiosos de distintas denominaciones.
También los cancilleres de Cuba y Venezuela, Bruno Rodríguez y Jorge Arreaza, respectivamente; miembros de la Juventud Sandinista 19 de Julio; y las familias del General de Hombres Libres Augusto C. Sandino, del comandante Carlos Fonseca y del comandante Tomás Borge.
Durante el acto, además del comandante Ortega y la compañera Murillo, tomaron la palabra los cancilleres Rodríguez y Arreaza.