¿Cómo se realizan los golpes de estado en el siglo 21? En tiempos en que la guerra cuerpo a cuerpo no es eficaz, han surgido nuevos métodos para tomar el poder. La naturaleza de la guerra cambió y lleva tiempo diciéndolo el politólogo estadounidense Gene Sharp. “Nosotros combatimos con armas sicológicas, sociales, económicas y políticas”, asegura. Sharp es autor de un polémico ensayo titulado “De la dictadura a la democracia”, traducido en más de 30 idiomas y con 198 métodos que sustituyen las bombas y los fusiles por mentiras y boicots con el fin de derrocar gobiernos, lo que se conoce como “golpe suave”.
La crisis económica y moral de Estados Unidos los obligó a cambiar sus estrategias militares. Ya no tienen cómo sostener un aparataje bélico para adueñarse de las riquezas de cada rincón del mundo. Ahora con guiones, mentiras, boicot, corporaciones mediáticas y en nombre de la no violencia pretenden apoderarse del petróleo que tanto necesitan para su supervivencia.
De acuerdo al politólogo estadounidense, la estrategia del “golpe suave” puede desarrollarse por etapas jerarquizadas o simultáneamente. Estas son:
Primera etapa: Ablandamiento. Consiste en desarrollar matrices centradas en déficit reales o potenciales; creación de conflictos y promoción de descontento; promoción de factores de malestar, entre los que destacan desabastecimiento, criminalidad, inseguridad, manipulación de dólar, paro patronal y otros; denuncias de corrupción, promoción de intrigas sectarias y fracturas de unidad.
Segunda etapa: Deslegitimación. Aquí entra en juego la manipulación de los prejuicios ideológicos, anticomunismo por ejemplo; impulso de campañas publicitarias en defensa de la libertad de prensa, derechos humanos y libertades públicas; acusaciones de totalitarismo y pensamiento único; fractura ético-política
Tercera etapa: calentamiento de calles. Fomento de movilizaciones callejeras; elaboración de una plataforma de lucha que globalice las demandas políticas y sociales; generalización de todo tipo de protestas, exponiendo fallas y errores gubernamentales; organización de manifestaciones, trancas y tomas de instituciones públicas sin respeto a las instituciones que radicalicen la confrontación.
Cuarta etapa: Desestabilización por medio de la combinación de diversas formas de lucha, organización de marchas y tomas de instituciones emblemáticas con el objeto de coparlas y convertirlas en plataforma publicitaria; desarrollo de operaciones de guerra sicológica y acciones armadas para justificar medidas represivas y crear un clima de ingobernabilidad; impulso de campaña de rumores entre fuerzas militares y tratar de desmoralizar a los organismos de seguridad.
Quinta etapa: fractura institucional sobre la base de las presiones callejeras, tomas de instituciones y pronunciamientos militares; se obliga a la renuncia del Presidente; en caso de fracasos, se mantiene la presión de calle y se emigra hacia la resistencia armada; preparación del terreno para intervención militar o el desarrollo de una guerra civil prolongada; promoción del aislamiento internacional y el cerco económico.