Nunca descansar frente a la arremetida imperial

Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela
  • Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela

Frente a la rearticulación geopolítica del imperialismo, la acción política se debe concretar en la unión de los pueblos, consideró la vicepresidenta de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, cuando intervino en el acto del 40 aniversario de la Revolución popular Sandinista. “Nunca descansar frente a la arremetida imperial”, destacó, tras calificar al presidente Daniel Ortega como “comandante de la dignidad de nuestros pueblos” y ratificar la vocación de paz del pueblo y gobierno venezolano. (Aquí su mensaje).

¡Que viva la revolución sandinista!

Querido comandante Ortega, hemos venido desde Venezuela con una profunda emoción. Traemos un abrazo de nuestro presidente y líder Nicolás Maduro Moros para usted, para la Vicepresidenta, para el pueblo nicaragüense que hoy al igual que toda la Patria Grande está de fiesta, celebrando los 40 años de la gran victoria popular de la revolución sandinista.

Comandante Ortega, ante usted quiero decir que éramos muy jóvenes hace 40 años, pero ya reposaba en nuestro corazón la revolución martiana, la revolución cubana, y encendían nuestras conciencias las palabras de Fidel, de Ernesto Che Guevara, y de esos jóvenes que ofrendaron la lucha para la liberación de Cuba. Y llegó esa muchachada un día como hoy hace 40 años, yo no he dejado de ver a mi espalda, porque veo a niños, a jóvenes que son los herederos de este legado histórico de libertad que trajeron ustedes con mucha dignidad ese 19 de julio de 1979.

Representaba para nosotros en Venezuela una juventud que vivía el desarraigo, la opresión ominosa de la dictadura “puntofijista”, representaron ustedes para nosotros esperanza. Pero también la revolución cubana, la revolución sandinista representaban faros antiimperialistas para los pueblos del mundo.

Había nuevos aires en Nuestra América Latina y el Caribe. Pensábamos ya que Bolívar se levantaba, que Martí andaba y que Sandino vivía en la historia de nuestros pueblos. Nos dio la revolución sandinista esos nuevos aires que 20 años antes, con el triunfo de la revolución cubana había despertado el alma de nuestra América Latina.

20 años más tarde, comandante Ortega, aparecía el comandante Chávez y la Revolución Bolivariana marcaba entonces otra revolución hermana en nuestro continente. ¡Tres revoluciones hermanadas! Vislumbraba así Nuestramérica Latina y el Caribe esperanza para muchos pueblos, no sólo de nuestro continente, de África, de Europa, para el Medio Oriente, reivindicando causas justas como la causa palestina, como la causa saharaui, como la causa de los pueblos oprimidos. Comandante Ortega, es comandante usted de la dignidad de nuestros pueblos, líder indiscutible de la revolución sandinista, pero cuyo liderazgo está más vigente que nunca.

Y llegamos a esta celebración, comandante Ortega, en medio de peligrosas amenazas contra las tres revoluciones, contra Cuba, contra Nicaragua, contra Venezuela. Bloqueos económicos criminales que pretenden azotar la conciencia de nuestro pueblos libres e independientes… ¡Imposible! les decimos… ¡Imposible!

Acción política en la unidad

Yo quiero recordarle al señor Trump que son malos tiempos para hoy, y desde acá, desde Nicaragua, desde la Nicaragua libre que resiste y vence, desde la Cuba libre que resiste y es victoriosa, desde la Venezuela indestructible, le tenemos que decir malas noticias señor Trump. Más nunca seremos patio trasero de nadie. ¡Váyase con su Doctrina monroísta bien lejos!

Le quiero recordar además sus palabras de campaña. Había dicho usted señor Trump, que no se entrometería en los asuntos internos de los países. Bueno, se lo recuerdo y le digo que agarre a su cuerda de extremistas que lo acompañan, al señor Pence, a Bolton, que saquen sus manos de Nicaragua, que saquen sus manos de Cuba, y que saquen sus manos de Venezuela. ¡Que dejen a la humanidad tranquila y respirar en paz!

Vemos los “vientos de guerra” contra Irán, vemos la oprobiosa, indigna y criminal arremetida contra el pueblo palestino. ¿Es acaso eso una promesa cumplida? Se lo recuerdo porque está en elecciones nuevamente, está en campaña, y ha decidido tomar a nuestros países como un comodín interno de sus elecciones. ¡Bien lejos, bien lejos de nuestras patrias, de la patria de Martí, de Fidel, de Sandino, de Chávez, de Bolívar! ¡Bien lejos con sus manos criminales!

Hay una, como lo diría usted comandante Ortega, hay una rearticulación geopolítica imperial, pero esa misma rearticulación geopolítica imperial debe llevar a nuestros pueblos, como lo decía el Vicepresidente de nuestra hermana Cuba, a unión de nuestros pueblos también. ¡Acción política! ¡Acción política y nunca descansar frente a la arremetida imperial! Y esa acción política se concreta en la unidad, en la unión de nuestros pueblos nacionales.

Esa rearticulación geopolítica está destinada al fracaso, pero no por ello deja de ser peligrosa en medio de un mundo que también está en reformateo, donde nuevos caminos confluyen. Rusia está al frente de esos nuevos caminos también; así como hace 70 años Rusia liberó a la humanidad del fascismo, hoy está al frente defendiendo la estabilidad y la paz internacionales; China con su desarrollo propio.

Y ahí los caminos van trazando un nuevo mundo; el nuevo mundo del respeto, de la justicia, del equilibrio internacional, del respeto minucioso del derecho internacional público que permite la convivencia pacífica entre las naciones.

La soberanía no se negocia

Comandante Ortega, pueblo de Nicaragua, hoy también en Venezuela estamos celebrando la revolución sandinista, y ese abrazo es extensivo para todos y para todas. Sabemos de los tiempos que hemos superado.

Yo quería tomar una frase de nuestro General Sandino, el General de Hombres Libres, cuando dijo: “La Soberanía no se discute, se defiende con las armas en las manos”, y nosotros decimos: La soberanía no se negocia, no se entrega, no se regala, se defiende, y la estamos defendiendo con nuestras armas, que es la paz, que es el diálogo, que es la convivencia, que es el respeto.

Esas son nuestras armas, pero también que nunca quede duda, que estamos dispuestos a dar la vida en la defensa de la dignidad, de nuestra soberanía y de nuestra sagrada independencia que heredamos.

Queridos jóvenes, queridos niños y niñas, Querida juventud, ni un paso atrás. Gracias a valerosos combatientes, a quienes aprovecho la oportunidad de saludar, de la revolución sandinista, que se han mantenido incólumes defendiendo la paz de esta patria, levantando la bandera de Sandino, gracias a estos hombres valientes, ustedes tienen paz, ustedes gozan de una nueva sociedad, de desarrollo, de progreso. Porque jamás podemos olvidar que el capitalismo, que había traído en sí el desarrollo estadounidense y europeo, había sometido a las vastas mayorías de nuestros países al retraso, a la pobreza, a la violencia.

Así que juventud, siempre cada año cuando venimos a encontrarnos con la alegría del pueblo sandinista, del pueblo nicaragüense, les decimos, jamás olvidar, ¡nunca volverán! Y por eso, con nuestro Padre Libertador Simón Bolívar nosotros decimos: ¡Independencia, o nada, nada ¡Independencia para Siempre! ¡Independencia sagrada! Juventud de Nicaragua, ¡Independencia que jamás podemos entregar!

Y si nos preguntan ¿hacia dónde vamos? ¿De dónde venimos? De nuestras raíces históricas, de la Doctrina de Bolívar. Cuando ustedes gritaban la consigna “Alerta, alerta que camina la Espada de Bolívar por América Latina”, es reivindicar su pensamiento, su legado de igualdad, de inclusión, de libertad y de independencia.

Así que, queridos nicaragüenses, reciban un fuerte abrazo de Venezuela y de nuestro pueblo.

¡Leales siempre… Traidores nunca!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Que viva el comandante Ortega y su digna resis

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