
Oscar Robelo
En homenaje a la gesta de los héroes y márt ires de Los Sabogales de Masaya, la Asamblea Nacional realizó una sesión especial en la que se aprobó la ley que declara el 26 de febrero como el Día Nacional de las Artes y la Cultura Popular nicaragüense. También se celebra ese día en reconocimiento a la diversidad de expresiones artísticas de nuestro pueblo y a los protagonistas que a través de su creatividad conservan, alimentan y difunden nuestra cultura popular.
Es muy evidente la explosión cultural que ha habido a lo largo de estos años de gobierno sandinista que, con sus políticas de verdadera inclusión, ha alcanzado formidables avances de participación popular en el ámbito de la cultura del país en términos generales y específicos.
Sólo el nombramiento de un Asesor Presidencial de Cultura Tradicional y Popular, demuestra el interés del gobierno, presidido por el comandante Daniel y la compañera Rosario, por rescatar, promover, incentivar y difundir nuestras raíces y expresiones culturales en todo el territorio nacional.
Para ese cargo fue nombrado el maestro, historiador y folklorista Wilmor López, quien explicó el significado del Día Nacional de las Artes y la Cultura Popular: de participación popular folklórica, de inclusión. Según él, en cualquier localidad del país hay grupos de danza, música, teatro, pintura, entre otras diversidades artísticas y culturales que también promueven nuestras costumbres y tradiciones.
Todo lo contrario ocurría durante la dictadura somocista. Con un hecho Wilmor ejemplifica el desinterés y desprecio que había en relación a la
cultura. “Cuando se inauguró el Teatro Nacional Rubén Darío, el 6 de diciembre de 1969, trajeron a una dama mexicana para inaugurarlo, ella montó las danzas nicaragüenses, los mexicanos bailaron las danzas nicaragüenses a su modo”, recordó.
Fue “una vergüenza, ignorancia del gobierno de Somoza”, porque ya en ese entonces “había grupos de danzas folklóricas como el de don Camilo Zapata, el de Chonita Gutiérrez, pero fueron ignorados”, agregó el Asesor Presidencial.
Expansión con las Casas de Cultura

Para Wilmor, la cultura no sólo engloba la danza, el teatro y demás expresiones clásicas, sino también el lenguaje popular, las costumbres, las tradiciones, la gastronomía, las leyendas -que es una tradición oral-; los juegos nicaragüenses como el trompo, la rayuela, omblígate, el cero escondido, entre otros.
Otro aspecto no menos importante que abarca la cultura popular nicaragüense son las creencias populares. Por ejemplo, señaló, la gente que trabaja con la luna en la siembra, “conocí un señor que te decía cómo estaba el mar por medio del ojo de un gato, miraba el gato y decía ahorita la marea está en llena”.
“Estas son costumbres, leyendas, adivinanzas y no hay que dejar de menos las oraciones populares que han nacido en el pueblo como la oración del puro, la oración del garrobo, todo eso es folklore”, prosiguió.
El historiador destacó que las expresiones culturales se han expandido a través de las Casas de Cultura que se han construido en todos los rincones del país. “En el rincón más chiquito hay una Casa de Cultura y le hace honor a un héroe, mártir del pueblo, juegan un papel muy importante en la divulgación y expresión y son inclusivas donde todo es gratuito”, precisó.
Lo anterior le hace considerar que en Latinoamérica no hay un país que tenga tantas Casas de Cultura como Nicaragua, ni que exista en otro lugar el mapa de la cultura popular como el nicaragüense, que es interactivo, completo. “En Managua hay Casas de Cultura y creatividad bien equipadas, con todo, podés hasta grabar un disco, hay salas para proyección, para teatro, música, danza, para pintura”, subrayó.
Ahora bien, la educación de los estudiantes está relacionada directamente con los Talleres de Arte y Cultura (TAC) en todos los grados, desde la educación inicial de los niños y las niñas, con el propósito de promover y cuidar las tradiciones y nuestra identidad cultural.

Al finalizar, Wilmor sostuvo que la cultura popular nicaragüense es un factor de desarrollo intelectual y de orgullo para el gobierno, pues un país con cultura es un país fuerte. “Conocer nuestra cultura es conocernos a nosotros mismos, es amar más el país y eso lo estamos haciendo gracias a la conducción del comandante Daniel y la compañera Rosario, que son personas muy cultas y mecenas del arte y la cultura a tiempo completo”.