María Azucena Ruiz, “Margarita”:
Los cacerolazos atemorizaron a Somoza

María Azucena Ruiz, “Margarita”:Los cacerolazos atemorizaron a Somoza
  • Orgạnizadorạ de mujeres y de protestạs antisomocistạs
  • Cạrlos Núñez evadió retenes de guạrdias con unạ compa heridạ
  • Pạrticipó en lạ paralización de lạ bancạ nicạrạgüense

David Gutiérrez López

La marcha de mujeres se desarrolló de forma masiva esa noche. Todas portando un cucharón metálico y una cacerola que hacían sonar con tremenda fuerza, con la firmeza y convicción de que aquella singular manera de protesta atormentaba y atemorizaba a los somocistas, especialmente al dictador Anastasio Somoza Debayle y su Guardia Nacional (GN), aparato militar encargado de la represión y muerte.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) había orientado a sus organizaciones, en este caso a la Asociación de Mujeres, ante la Problemática Nacional (AMPRONAC), la constante movilización del pueblo, entre todas las formas de lucha para combatir a la dictadura somocista y su guardia.

Era el seis de febrero de 1978, la marcha de mujeres se desplazaba esa noche en medio de consignas en contra de la dictadura que animaban el espíritu de lucha de las protestantes, entre ellas madres, obreras, oficinistas y estudiantes de la Colonia Centroamérica. Cuando estaban casi por finalizar, una patrulla de guardias se apareció al sitio entrando por el sector del Hogar Zacarías Guerra, contiguo al Centro Comercial Managua.

“Margarita”, miembro de AMPRONAC, fue la organizadora de ese sector y otros barrios aledaños a la zona oriental de Managua, donde reclutaban colaboradoras como doña Mercedes Sánchez, quien fue alcanzada por una bala al entrar al porche de su casa. A ella la recuerda con especial cariño, agradecimiento y mucho pesar, porque siempre la cuidaba y tenía un “bocado de comida” para la joven sandinista, a quien también le proveía de ropa, relata.

“Fue una movilización masiva, todas con sus cacerolas y cucharones”, recuerda María Azucena Ruiz, conocida en las filas del FSLN con el seudónimo de “Margarita”. Los guardias al frente del temible sargento Alberto Gutiérrez, mejor conocido como “macho negro”, dispararon sus armas, impactando una de las balas en el abdomen de la señora Mercedes Sánchez viuda de Peña.

Al recordar aquella fatídica noche, “Margarita” narra el momento cuando doña Mercedes alcanzó a decir “Azucena me dieron”, en medio de la marcha de indefensas mujeres, cuyas únicas armas eran sus implementos de cocina, y que la guardia desmovilizó a punta de balas.

Conducida al hospital por Carlos Núñez Téllez

Recibiendo la Medalla Héroe de Guerra Por la Paz.
Recibiendo la Medalla Héroe de Guerra Por la Paz.

“Azucena”, en medio de la balacera, entre carreras, gritos y la confusión predominante, alcanzó a resguardar a su mamá cerrando la puerta de su vivienda y corrió en auxilio de doña Mercedes a quien herida la sostuvo en sus brazos. El vecino de al lado, Napoleón Ríos, entonces miembro del FER, se sumó a socorrer a la balaceada. En esa situación de angustia y desesperación se encontraban cuando apareció solito, conduciendo un automóvil Carlos Núñez Téllez, entonces miembro de la Dirección Nacional del FSLN, Tendencia Proletaria (TP).

Después de preguntar qué había pasado y sin pensarla dos veces subieron al automóvil a Merceditas logrando llevarla al hospital Oriental, posteriormente nombrado Manolo Morales y actualmente Dr. Roberto Calderón Gutiérrez. Al pasar por los retenes el comandante Carlos Núñez, valientemente les decía a los guardias: “Soy Mario, vendo cortes de tela en el Mercado Oriental, esta señora fue herida por una bala perdida, la llevo urgente al hospital”.

Así lograron llegar al centro asistencial, relata “Margarita”, pero al tercer día después de recibir asistencia médica, doña Merceditas falleció, dejando un vacío en su familia y en la organización de mujeres en la que se destacó asumiendo todos los riesgos para ella y sus hijos.

Ante la falta del padre de los hijos de doña Mercedes, fallecido en años anteriores y luego de su muerte a causa de las balas asesinas de la guardia de Somoza, tres de sus pequeños hijos fueron adoptados por una familia de evangélicos y llevados a Guatemala. Su hijo Lenin Peña Sánchez fue asesinado el 22 de enero de 1979, en San Carlos, Río San Juan, por soldados somocistas, mientras el mayor cayó combatiendo en el Frente Sur.

Azucena no olvida el riesgo que corrió el comandante Núñez, al conducir hasta el hospital armado solo de una pistola y cruzando los retenes de soldados que buscaban a los sandinistas hasta por debajo de las piedras. Siempre valora ese ejemplo de solidaridad, humanismo y hermandad revolucionaria de un jefe sandinista que se olvidó de su seguridad personal intentando salvarle la vida a Mercedes.

En la casa de seguridad comenzó su reclutamiento

En la clandestinidad, desde el año 1976, el comandante Carlos Núñez Téllez vivía en la casa habitada por la madre y abuela de María Azucena, en la colonia Centroamérica, donde pasaba desapercibido.

Era su casa de seguridad, donde comía, dormía, le lavaban la ropa y disfrutaba de una deliciosa sopa de res que elaboraba su abuelita Josefina. Fue así que casi sin darse cuenta, ella estaba participando y convirtiéndose en una organizadora de masas en su sector, reclutada por el propio jefe, conocido en la insurrección y el Repliegue Táctico de Managua a Masaya como el comandante “Roque”.

Ella, desde muy joven, participaba junto a otros muchachos de la Colonia Centroamérica con las Comunidades Cristianas de Base, dirigida por sacerdotes católicos partícipes de la Teología de la Liberación, una corriente surgida en 1971 a instancias del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, para impulsar una iglesia al servicio de los pobres y de las grandes mayorías.

Junto a compañeros del MINT. Capacitando en la Escuela de Cuadros Pedro Arauz Palacios.
Junto a compañeros del MINT. Capacitando en la Escuela de Cuadros Pedro Arauz Palacios.

Confianza firme en la unidad del FSLN

El comandante Núñez pasaba durante las noches escribiendo en una máquina de escribir, probablemente informes, análisis de coyuntura que luego pasaban a otros equipos para su reproducción en impresiones clandestinas, para ser distribuidas entre los jóvenes militantes y simpatizantes del Frente Estudiantil Revolucionario (FER).

Una de las tareas de reproducción de documentos las realizaba Azucena, con apoyo de muchachos estudiantes universitarios que tenían acceso a papel, tinta, esténcil y principalmente los mimeógrafos.

Con el surgimiento de las tendencias del FSLN, las luchas internas entre militantes se convirtieron en relaciones poco afables, principalmente en las discusiones en las universidades, las cuales en algunos casos llegaban a la violencia extrema de enfrentarse a golpes. Esa situación se la planteó con profunda preocupación Azucena al comandante Núñez y él, con la paciencia y seguridad que le caracterizaba, le afirmó que pronto se produciría la anhelada e indestructible unidad entre todos los sandinistas.

Efectivamente, las palabras del jefe guerrillero se cumplieron meses después cuando las tres tendencias firmaron la unidad el 8 de marzo de 1979, en homenaje y reconocimiento a las mujeres nicaragüenses, combatientes en las filas sandinistas. Cuatro meses después de concretarse la unidad se logró derrocar a Somoza y se alcanzó el triunfo de la Revolución Popular Sandinista (RPS), el 19 de julio.

Cuando se integró a las filas del FSLN en 1976, recuerda que su responsable fue la compañera Ruth Marcenaros, quien cayó prisionera junto a su hija Rina Campos Marcenaros, el 4 de febrero de ese año, tras la captura del comandante Tomás Borge Martínez, luego de salir de una reunión de la casa de Ruth y enfrentarse a balazos con una patrulla de guardias, donde murió el teniente jefe de patrulla y la militante sandinista Mildred Abaunza Gutiérrez, cerca del parque Los Marañones, en la Colonia Centroamérica.

Después de varios meses en prisión, cuando madre e hija recobraron la libertad, los amigos y conocidos se alejaron, pero “yo llegaba donde Ruth a visitarla, ella me regañaba porque podría ser blanco de los miembros de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), entonces yo entraba por el patio trasero que colindaba con la casa de su hermana Margot Marcenaros y hablábamos bastante, ella se desahogaba”, narrando las durezas y torturas vividas en las mazmorras de los sótanos de la OSN, en la loma de Tiscapa, rememora “Margarita”.

Combatientes en retiro del MINT, junto al comandante Jacinto Suárez Espinoza (al centro de camisa a cuadros) (qepd) durante una conmemoraciónde la caída de Selim Schible, en agosto de 1967.
Combatientes en retiro del MINT, junto al comandante Jacinto Suárez Espinoza (al centro de camisa a cuadros) (qepd) durante una conmemoración de la caída de Selim Schible, en agosto de 1967.

Paralización de la banca

Azucena, quien estudió contabilidad en la Escuela Nacional de Comercio de Managua, laboraba en 1978 en una entidad financiera perteneciente al entonces Banco Nicaragüense (BANIC), donde organizó un comité de trabajadores que en varias ocasiones paralizaron la banca privada en protesta contra los atropellos de la dictadura somocista.

Una extraordinaria y novedosa forma de comunicarse, para no ser detectados por las llamadas telefónicas entre la central y sus sucursales, fue el uso de la valija donde se hacían el traslado para el intercambio seguro de cheques y otros documentos bancarios.

Ella con mucha astucia reclutó a los encargados del transporte y recepción de las valijas en las cuales se introducía la comunicación escrita con las instrucciones para actuar y declararse en paro. Recuerda, entre los trabajadores bancarios que participaban de esas acciones de protesta antidictatoriales, al fallecido músico marimbista Flavio Galo.

Mientras estos acontecimientos ocurrían y se acrecentaban las protestas, la vivienda en la Centroamérica a la que llegó a vivir desde los nueve años, fue cateada con violencia por la guardia y agentes de la seguridad somocista con presunción que en la misma se refugiaban sandinistas o se conspiraba guardando armas y documentos del FSLN, pero en las dos ocasiones que llegaron a registrar solo encontraron a su mamá y abuelita.

Con AMPRONAC y el MPU

Junto a combatientes insurreccionales de la Colonia Centroamérica.

En tanto, Azucena había pasado a formar parte como miembro pleno del Ejecutivo Nacional de AMPRONAC, cuya cara visible era Lea Guido (hija del empresario Armando Guido, cuyo edificio en carretera norte todavía es referencia de direcciones), denunciando los asesinatos y la represión del sistema somocista contra la población, principalmente contra la juventud, y apoyando a las madres con hijos presos o asesinados.

A mediados del año 1978 se estructuró el Movimiento Pueblo Unido (MPU), integrado por 23 organizaciones de masas y sociales ligadas a las tres tendencias del FSLN: la Guerra Popular Prolongada (GPP), Tendencia Proletaria (TP) y Tendencia Insurreccional (TI), también llamados terceristas, por ser los terceros en surgir; todos con la firme convicción de luchar para derrocar a Somoza y su estructura militar mediante diferentes formas de enfoque, conducción y organización en el enfrentamiento contra la dictadura.

En el MPU “Margarita”, quien ya había pasado a la clandestinidad, coordinaba acciones junto a otros compañeros en conseguir casas de seguridad, medicamentos, buzones para armas y municiones, transportar a combatientes a diversos sectores para realizar hostigamientos a patrullas de la GN y otras tareas conspirativas que requerían de protegerse, en cuanto a guardar todas las medidas de seguridad propia y las de sus compañeros.

Entre las estructuras del MPU participaban militantes de los partidos socialistas y comunistas. Los únicos que nunca cumplían con sus compromisos y siempre se presentaban con evasivas, eran los llamados miembros del Partido Comunista (PC), afirma Azucena. Años después, cuando gobernaron los neoliberales en los años 90, muchos de sus cuadros se cruzaron a militar en el Partido Liberal Constitucionalistas (PLC), ocupando cargos ministeriales y de dirección partidaria.

Nunca dormía en el mismo lugar

Durante su vida clandestina “Margarita” nunca dormía dos noches en un mismo lugar, siempre cambiaba previniendo un posible asalto de la guardia donde se encontraba. Relata que, a pesar de tomar todas las medidas de seguridad, ella ya estaba fichada en la OSN como activista política, enterándose de ello después del triunfo de la Revolución cuando encontraron una fotografía de ella en una reunión, en los archivos de esa tenebrosa organización constituida por torturadores y asesinos.

La noche del 27 de febrero de 1978, en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) se escenificó una protesta contra la dictadura por la masacre ejecutada un día antes en Masaya, donde tropas de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), fuerza élite dirigida por el hijo del dictador Anastasio Somoza Portocarrero, atacaron de forma despiadada a la población que se alzó de forma espontánea en una insurrección en respuesta al ataque perpetrado en contra de la marcha de mujeres vestidas de negro, luego de participar en una misa de mes oficiada en memoria del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.

La protesta estudiantil, que inició dentro de la UNAN hace 46 años, se trasladó a la calle ya entrada la tarde. Los universitarios denunciaban la masacre de la GN en Monimbó y los Sabogales, donde asesinaron a Camilo Ortega Saavedra junto a los militantes sandinistas Arnoldo Quant Ponce y Moisés Rivera.

Mientras se quemaban dos vehículos de agentes del somocismo, de pronto llegó la guardia disparando sus armas y lanzando bombas lacrimógenas por todos lados, generando el pánico colectivo entre estudiantes y docentes. Azucena, esa noche se encontraba allí, participando de la protesta, con resultado de dos estudiantes muertos, Jorge Arauz y Martín Zeledón, además de varios heridos, entre ellos el profesor Virgilio Godoy Reyes.

En la insurrección final

A finales de mayo de 1979, cuando el FSLN anunció la insurrección final, la orientación que se le bajó a todos los frentes de guerra fue de prepararse para combatir y vencer al somocismo y a su sostén, el ejército instaurado por las tropas de ocupación yanqui.

Junto a otros compañeros del FSLN, Azucena organizó un puesto de mando en la Colonia Centroamérica; no obstante, cuando la guardia se instaló con carros de guerra y armamento pesado en los predios del Centro Comercial Managua, los insurrectos tuvieron que abandonar el sitio y trasladarse a reforzar a los guerrilleros atrincherados en los barrios orientales de la capital, donde se concentraron los más fieros combates.

Azucena se ubicó en el trabajo organizativo de la población y en apoyo a los combatientes, cambiando de barrio para evitar ser reconocida o detectada en ese momento por agentes infiltrados de la guardia de Somoza.

Rescate de Danilo Aguirre Aragón y su paso en la DGSE

Al triunfar la Revolución Popular Sandinista, Azucena pasó a trabajar en la recién formada Asociación de Mujeres Luisa Amanda Espinoza (AMLAE), pero a los pocos días fue convocada a formar parte del Ministerio del Interior (MINT). Posteriormente fue ubicada en la Dirección General de la Seguridad del Estado (DGSE).

Una de sus primeras acciones como vecina de la Colonia Centroamérica fue disponerse a recuperar el cuerpo del combatiente Danilo Aguirre Aragón, caído en la Barranca, Masaya, el 8 de julio de 1979. Cuando abrieron la improvisada tumba, días después, su cuerpo estaba intacto, como dormido, afirma Azucena, considerándose un caso de cuerpo incorrupto, no despedía mal olor porque no estaba putrefacto.

En 1981 fue enviada a Cuba a pasar un curso de contrainteligencia, a su retorno le otorgaron la militancia del FSLN en la segunda promoción en un acto partidario donde cayó combatiendo el comandante Julio Buitrago Urroz el 15 de julio de 1969, en las inmediaciones de las Delicias del Volga, al occidente de Managua. Tuvo el honor de recibir su militancia de parte del Comandante de la Revolución Carlos Núñez Téllez.

En la DGSE posteriormente fue transferida al trabajo político partidario. Recuerda a sus jefes Violeta Jiménez, Eleonora Rocha, Jacinto Suárez Espinoza y Edgard Guerrero Solano.

Con la pérdida de las elecciones en 1990 y la desmovilización de la DGSE, Azucena Ruiz, con el grado de capitán del MINT pasó a formar parte del Ejército. La ubicaron en Relaciones Públicas, entonces bajo la dirección de la teniente coronel Rosa Pasos Argüello, desempeñándose como jefa de sección en atención al público.

El personaje

María Azucena Ruiz, conocida en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) con el seudónimo de “Margarita”, nació en Managua el 20 de septiembre de 1955. Es hija de Uberta Ruíz, a su padre no lo conoció. Es soltera y madre de un solo hijo, Luis Carlos Ibarra Ruiz.

En 1985 realizó estudios de política partidaria y Marxismo Leninismo en la República Democrática Alemana (RDA), en la Escuela Internacionalista Wilhelm Peak. Tiene dos licenciaturas en Contaduría Pública y Ciencia Sociales.

Durante más de una década ha sido capacitadora de la Escuela de Cuadros Pedro Arauz Palacios. Ha formado parte de una comisión del sandinismo de todas las épocas, con atención a las mujeres.

Laboró en la Alcaldía de Managua en capacitación y becas, impulsando cursos de alfabetización, educación básica, universitaria, postgrados y maestría de jóvenes y adultos.

Es miembro del Comité de Solidaridad con Cuba, Venezuela, Palestina y Rusia, parte integrante de la Red Antimperialista de Solidaridad con los Pueblos Augusto C. Sandino. Actualmente es vicepresidenta de la directiva de combatientes retirados del MINT.

1 Comment

  1. Si, la Compa Ruiz de mi madre. Cuánto la quiso y admiro, pues decía que era una jovencita y con esa capacidad organizativa y su claridez política.

    Nuestra militancia, de la colonia Centroamérica saben quién es Azucena Ruiz, “MARGARITA”.

    Una compañera muy solidaria, muy honesta.

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