- Conmemoran el 41 aniversario de la toma al Palacio Nacional
El 22 de agosto de 1978 el comando guerrillero «Rigoberto López Pérez», conformado por 25 miembros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), se tomó el Palacio Nacional para presionar a Anastasio Somoza Debayle para que liberara a cientos de presos políticos encarcelados en las cárceles de la dictadura.
Diputados y senadores desarrollaban una sesión en el plenario cuando los guerrilleros, al mando del comandante “Cero” (Edén Pastora), entraron y los tomaron de rehenes, demandando la liberación de revolucionarios como los comandantes Tomás Borge, Doris Tijerino, y el compañero René Núñez, entre otros cuadros del FSLN.
La gesta heroica denominada “Muerte al somocismo” u “Operación Chanchera” fue una acción importante del proceso de lucha del Frente Sandinista para el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979.
La operación fue revelada a sus participantes sólo horas antes de ser llevada a cabo y se desarrolló bajo la convicción de todos los guerrilleros de que era necesario mantenerse firmes y hacer que la acción, que habían iniciado exitosamente contra todo pronóstico, concluyera tal como se había planeado.
Era medio día, guerrilleros vestidos y armados con los uniformes de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), irrumpieron por dos costados del Palacio, cerrando tras de sí cada una de las puertas de acceso. Fue solo un instante pero tiempo suficiente para que todo el Congreso quedara controlado por ellos.
Adentro quedaron cautivas más de 2 mil personas, quienes por un período de tres días fueron testigos y protagonistas de uno de los hechos más importantes de la historia de Nicaragua y del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
“El presidente aceptó sus peticiones”
Las exigencias del movimiento guerrillero eran: la liberación de los presos políticos, entre ellos el comandante Tomás Borge Martínez, 10 millones de dólares, la publicación en la prensa nacional de un manifiesto del FSLN, y la puesta a disposición de los medios de transporte necesarios para que el comando y los rehenes pudieran salir del país.
Ante la presión de los guerrilleros y de que Somoza no cedía a sus exigencias, se tomó la decisión de que el cardenal Miguel Obando y Bravo intercediera ante el tirano, de lo contrario iban a empezar a matar a todos los rehenes en el Palacio. “El Presidente ha aceptado sus peticiones”, fueron las palabras del arzobispo luego de hablar con Somoza, quien al final tuvo que ceder ante los guerrilleros.
La mediación de Obando fue fundamental para evitar un derramamiento de sangre, incluso él mismo acompañó a los combatientes liberados en los dos autobuses que los llevaron al aeropuerto internacional para salir hacia Panamá. Ahí se reunirían con miembros de la Dirección Nacional y luego viajarían hacia Cuba.
Este acontecimiento histórico, que algunos sandinistas consideraban incluso como un acto suicida, sacudió las entrañas del somocismo y demostró que el Frente Sandinista estaba dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para alcanzar la victoria final. Once meses más tarde, triunfaría la Revolución Popular Sandinista y el pueblo reconquistaría su libertad, sus derechos y sus esperanzas.
Juventud Sandinista celebra epopeya histórica
Para conmemorar el 41 aniversario de este histórico operativo, la Juventud Sandinista organizó una caminata denominada “Patria para todos… Te Amo Nicaragua”, encabezada por el comandante Edén Pastora y combatientes históricos que integraron el comando Rigoberto López Pérez.
La Juventud nicaragüense y los combatientes históricos caminaron desde la rotonda Hugo Chávez sobre la Avenida de Bolívar a Chávez hasta el Palacio Nacional acompañados con presentaciones de bandas y música de grupos filarmónicos.
En el Palacio, el comandante Pastora expresó que se celebraban 41 años de un operativo realizado por amor al pueblo de Nicaragua y cumpliendo orden del comandante Daniel Ortega y de los comandantes Humberto Ortega y Víctor Tirado López.
El Comandante Cero recordó cómo fue el proceso de la toma del Palacio y el objetivo que se perseguía. “Eso, hace 41 años, nunca nosotros nos imaginamos que un día ustedes jóvenes iban a celebrar esa acción y esa acción hoy ustedes la celebran como que hubiera sido ayer. Y nosotros, los del comando y todos los sandinistas celebramos esta acción como que fue ayer, por la gran importancia que tuvo ese operativo: liberamos a nuestros presos políticos, no terroristas”, indicó.
Y agregó que los jóvenes de hoy son los garantes de la Revolución y son los futuros profesionales, ministros y presidente. “Estos muchachos ya viejos, éramos jóvenes cuando entramos por esa puerta, ustedes hombres del futuro, profesionales del futuro con nivel cultural van a ser los que van a regir los destinos de este pueblo. Y a nosotros nos satisface enormemente sentir que esta acción es celebrada por ustedes”, afirmó.
Pastora agradeció a los jóvenes en nombre del comando y añadió: “Unos entraron por esa puerta, otros entramos por la puerta de atrás y cumplimos la orden de nuestro comandante a la perfección. Y el grito de nosotros, debe ser el grito de ustedes y verdaderamente vamos a pegar ese grito del sandinismo: de ¡Patria libre o morir!”.
En la juventud descansa la revolución
Por otra parte, miembros del comando sandinista que se tomó el congreso somocista sostuvieron una videoconferencia con jóvenes de la Juventud Sandinista de diferentes departamentos del país.
Al dirigirse en línea simultáneamente ante los jóvenes, Pastora recordó que esa acción guerrillera fue ordenada por la entonces tendencia tercerista del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y “nos tomamos el Palacio Nacional para que ahora ustedes tengan educación gratuita y universidades”.
“Lo más grande de todo esto es que podemos dialogar, podemos entendernos en paz que nos ha costado mucho, nos ha costado miles de muertos. Entonces sigamos en esta lucha, apoyando con fuerza, con hormonas, con ovarios, sigamos apoyando este gobierno que es el mejor que ha existido en la historia de Nicaragua”, les aconsejó a los jóvenes.
Según él, no ha habido un gobierno en Nicaragua que promueva el deporte. Y “no les cuento lo que llevamos en educación y salud, por eso es que somos sandinistas y Daniel va a estar en el poder hasta cuando este pueblo quiera”. Además, precisó que Sandino “no nos enseñó el camino, nos hizo el camino, y Carlos Fonseca Amador nos enseñó a andar en el camino y Daniel Ortega cuida para que sigamos en el camino antiimperialista”.
Por su parte, el coordinador nacional de la Juventud Sandinista, Milton Ruiz, dio la bienvenida a los miembros del comando, destacando el compromiso de los jóvenes a seguir trabajando por la paz, la prosperidad y el bienestar de las familias nicaragüenses.
“Han transcurrido 41 años después del Palacio Nacional y ahora somos más y mejores”, expresó. Recordó que esta frase de que “somos más y mejores” lo decía el comandante Tomás Borge para seguir escribiendo nuevas y grandiosas páginas de victorias en nuestro país.